“¿Ya llegaste?” “No, lo que estás viendo es un holograma.” / En el cine: “¿¡Viste eso!?” “No, pagué $60 solamente para venir a contemplar el techo.” / ¡Compañía, armas al hombro! ¡¡¡El del cañón no, imbécil!!! / “Y al final le dije hasta de lo que se iba a morir.” “¡Ay, qué fuerte!” “Pero ni modo, a veces así es el trabajo de un doctor.” / “¡Amor, hoy es viernes! Quiero que pasemos un fin de semana perfecto.” “Ok, nos vemos el lunes.”



COINCIDENCIAS, SINCRONÍAS Y CASUALIDADES



Ayer te di mi opinión de que no todas las coincidencias de la vida son producto de conspiraciones o tenebras, como mis favoritas fuentes conspiranoicas sostienen sistemáticamente y como es ahora el caso del avionazo de Germanwings.



Algunas de estas desgracias sí pueden ser producto de acciones maliciosas, de acuerdo, pero hay otra cosa que se llama “sincronía”. Entendiendo por “sincronías” las coincidencias no casuales pero tampoco provocadas por intervenciones humanas voluntarias de malosos de todo orden y nivel, sino por inescrutables vericuetos cósmicos que uno puede aprovechar si las sabe percibir, interpretar y obedecer. Ver el libro “Sincrodestino” (1998) de Deepak Chopra para una exposición coherente de este asunto.



En fin, volvamos al caso del copiloto de Germanwings. La versión conspiranoica que corre en la web es que este caso está copiado del primer episodio de los seis que integran la película argentino-española “Relatos salvajes” (Wildtales, 2014), cuya trama te platiqué ayer. Bueno, pues déjame decirte que yo mismo protagonicé un caso extraño similar, cuando en 40 días de junio-julio de 1990 escribí la novela A imagen y semejanza.



Mi querido paisano Jaime Labastida me la publicó en 1992 en Siglo XXI. La novela narra una historia que según muchos prefigura de manera asombrosa (con todo y sicario dizque loco y solitario que al final de un mitin le dispara al candidato presidencial, en público, en la cabeza, a quemarropa) el asesinato de Luis Donaldo Colosio, que sucedería dos años después, en 1994.



Que el asesinato fuera una “copia” de mi libro, o que éste contuviera algún “aviso” alusivo, me parece una verdadera mafufada: entre otras muchas cosas, yo ni siquiera sabía en 1990 que existía un político llamado Colosio. El que yo haya estado entre los cientos de comensales en la última cena de Colosio, el martes 22 de marzo de 1994 en el hotel Ejecutivo de Culiacán, es otra coincidencia curiosa, pero también enteramente casual (o en todo caso “sincrónica” en el sentido que da Chopra a esta clase de eventos).



Si te interesa el tema, el libro difícilmente lo encuentras en librerías, pero sí en la editorial, que 23 años después lo sigue publicando (teléfono del conmutador 56.58.79.99).



GALLITOS GIRATORIOS

En el siglo IX el Papa ordenó que colocaran un gallo en los campanarios de las iglesias para simbolizar el hecho de que San Pedro negara tres veces a Jesús antes del canto del gallo, según se refiere en el Evangelio de San Marcos. Como los campanarios de las iglesias ya estaban adornados con veletas para medir la dirección del viento, pusieron el gallo en la punta, estableciendo así la costumbre.



AQUÍ Y AHORA

Si estás deprimido, es que estás viviendo en el pasado. Si estás ansioso, es que estás viviendo en el futuro. Si estás en paz, es que estás viviendo en el presente.

OOOOOOMMMMMM
Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.

HUECONOMÍA
Hoy viernes a las 2 de la tarde pasa por canal 40 mi capsulita de brujería apantallatarugos, errrrrrrr, macroeconomía científica. Quizá quieras verla; a veces se me escapan ideas más o menos útiles, ciertamente exóticas para la absurda concepción económica al uso, y tan simples que las puede entender cualquiera menos doctorados en economía de Yale o Harvard (ese refugio político disfrazado de institución académica que alguna vez tuvo cierto prestigio) como Stanley Fischer, Janet Yellen, Larry Summers, Paul Krugman, Thomas Picketty, Joseph Stiglitz y despistados conexos. También puedes ver estas cápsulas en internet: http://www.proyecto40.com/videoteca/finanzas/hueconomia/



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