Como bien es sabido por muchos (aunque se nombren “ateos”), el inicio de la Semana Santa es para muchos (la mayoría católicos) el momento de arrepentirse por lo malos que han sido en estos pocos meses que llevamos del año.

Una semana donde muchos buscan el perdón, haciendo de su cuerpo un campo de entrenamiento, acudiendo a iglesias de día y de noche (no exagero), el ser humano se siente limpio al cumplir determinadas “mandas” por los hechos cometidos en su conciencia y perjuicio de otros, intentan llevar los diez mandamientos al 100%; no matarás (pero matan, al rato pido perdón y listo), no robarás y bueno, los Ministerios Públicos hacen su “agosto” para que vean que son buenos y en vez de pedir diez o quince mil pesos, solo piden cinco, para que se vea la bondad de apoyar a Jesús y sean tomados en cuenta en el Reino de los cielos.

Algo que me sorprende mucho, me cuesta trabajo creerlo, es que dejan de tener relaciones sexuales para no ofender a Dios, para no manchar la imagen pura de la Virgen Morena, (es lo que cuenta la leyenda), sin embargo muchas cosas no cambian, muchas siguen igual o peor, sea la semana que sea.

Para poder ejemplificar mejor las cosas, - sacerdote viola a niños- el Papa pide perdón en nombre de la Iglesia, por los niños que sufrieron abuso por parte de los miembros de las diferentes doctrinas católicas. Muchos lo hacen en nombre de Dios, otros por sacar al “Diablo” de México, pienso a mejor opinión de usted querido lector, que, juegan con la fe, con esa ideología de saberse limpio y no estar en el infierno y poder gozar de las mieles del paraíso.

Me da pena y tristeza (perdón por plasmarlo de esa manera) ver como cada año le Rompen toda la… “Madre de todos los mexicanos” la Virgen María de Guadalupe que ve sufrir a su hijo por que lo traicionaron; no entiendo la representación, ver sufrir a un ser humano (o al hijo de Dios en su lugar), recorrer las calles con una cruz y posteriormente ser clavado en ella; ahora hasta “casting” hay que realizar, siendo romano, Poncio Pilatos o el que la hace del hijo de Pedro.

Nos quejamos de la economía y siempre hay un “guardadito para salir de vacaciones, seguir purificando pecados, estar con la familia y no acudir a esos lugares de mala muerte donde hay mujeres pecaminosas que se quitan la ropa poco a poco con bailes sensuales, haciendo que los presenten suden, se retuerzan de ganas de poseer a esas mujeres (me lo contaron solamente).

Eso si acudiendo a la Iglesia los días que corresponden al “señor que está en los cielos”, sobre todo explicándole a los hijos el porqué sufrió tanto ese ser (porque así lo quiso Dios) entre las mejores respuestas que encontramos, no estoy en contra de la fe, ni de la creencia que profesen, solo la crítica a la Iglesia que ha manipulado la información, que ha trasquiversado la fe, que ha hecho unos de los mejores negocios de la historia; han matado, asesinado a sangre fría, han violado a niños y a niñas, como diría Arjona – ¿con tres padres nuestros el asesino revive a su muerto?-

Yo valoro lo que cuenta la historia de Jesús, aunque no entiendo como el protagonista y su mejor amigo (Judas) no lo plasman en la Biblia, es como nuestro gobierno, no nos dice todo porque es por nuestro bien, “no sabríamos manejar la verdad”. Hay valores, hay principios, hay normas de convivencia, pero a mi si me da tristeza ver (ahora por televisión, en vivo ya todo color) como maltratan a un ser humano, así como la policía agrede a los manifestantes, la forma en que el gobierno aplasta nuestros derechos, no hay alguien que levante la mano y diga – yo intervengo-

Seguimos en el país del no pasa nada, la Iglesia sigue con mucho poder, sacerdotes con carros último modelo, como el que tenía Jesús (el que le trajeron los reyes magos), las más selectas carnes, sus chefs especiales, mientras que la gente a veces no tiene para comer, no recuerdo en ningún pasaje de la Biblia donde digan que el hijo de Dios fuera envidioso, que solo viera por él, que no le importara lo que les sucediera a los demás. Predicaba con hechos no con palabras y oraciones.

Pues queridos lectores disfruten su Semana Santa, gaste el dinero que le sobre o que juntó con tanto trabajo, después viene el calvario.