A unas cuantas semanas de que se lleven a cabo las votaciones de junio próximo, el candidato del PAN a la alcaldía de Huixquilucan, Enrique Vargas, no sólo no levanta, sino que se hunde.

En las reuniones que ha sostenido en la zona tradicional y popular como Canteras, San Bartolomé Coatepec, y Santiago Yancuitlalpan, por mencionar algunas, no logra aglutinar a la población. Él y sus promesas no convencen.

En el más reciente de los encuentros con los electores, como es el último de los pueblos mencionados, reunió escasas 40 personas, parte de los asistentes eran los integrantes de su equipo de trabajo

Sus promesas tales como reordenar las vialidades y mejorar la seguridad pública no atraen a los residentes del municipio.
No olvidan que él como legislador se opuso a que el actual gobierno municipal retirará de la vía pública a los comerciantes que realizan sus actividades en el primer cuadro de la cabecera municipal, por lo que hoy tales sujetos literalmente tienen sitiado el palacio municipal, lo que además de dar un aspecto desagradable, incurren en la ilegalidad y la anarquía.

Como diputado local, Vargas jamás se preocupó por intervenir ante las instancias correspondientes para mejorar la seguridad pública, si lo hizo nunca se vieron resultados positivos.

Para colmo de su desatino, ha incrustado en su equipo de trabajo a panistas con mala reputación, tal es el caso del ex edil, Guillermo Espinoza Cruz, quien fue a parar a la cárcel siendo alcalde, esto por el delito de extorsión agravada.

Como se recordará, fueron sus propios directores de área, entre ellos el padre de Enrique Vargas, por cierto del mismo nombre, quienes lo acusaron de inflar la nómina y que según cobraba cada mes 429 mil pesos extras, dinero, según dijeron era para pagar sus compromisos que adquirió en campaña. En suma lo trataron y acusaron de delincuente, todo por la rebatinga del poder.

Vaya contradicción del candidato del PAN, promete un gobierno humanista, que se distinguirá por su rechazo total a la corrupción y resulta que se rodea de personas con dudosa calidad moral. Promete mejores vialidades, con mayor movilidad y solapa a los comerciantes de la cabecera municipal, que hoy son un lastre.
Falta poco para las votaciones y hasta ahora el panorama es adverso para Enrique Vargas. Es evidente no gana simpatías. Lo sabe y seguramente estará pensando en alguna estrategia alterna que le garantice el voto de los electores. Dinero como lo ha hecho saber, lo tiene.

Por cierto en el equipo del aspirante del PRI a la alcaldía de Huixquilucan, Fernando Maldonado, está a la vista su estrategia para ganar las elecciones, esta es la compra del voto.
Sin pudor alguno, han desplegado un verdadero ejército de personas encargadas de enganchar a personas sin solvencia moral, que comprometen su voto a cambio de dinero o regalos.
Esas a su vez convencen a otras más, les piden copia de su credencial de elector, les ofrecen dinero y otros beneficios bajo la advertencia de que el día de los comicios, tienen que votar por el PRI y su candidato Fernando Maldonado.

Así es como pretende ganar la alcaldía el ex secretario estatal del transporte, con la compra del voto. Las autoridades electorales debieran investigar el origen de tales recursos.