Acabamos de platicar durante una comida en el Club Primera Plana con el embajador del Estado de Palestina en México, el doctor Munjed Saleh. Fue sincero al responder a todas las cuestiones de los asistentes. No escatimó esfuerzo. Su gallardía nos hizo recordar de inmediato a un casi paisano suyo. De inmortal memoria. Sí, por supuesto, nada menos que Gibran Khalil Gibran. Este poeta, pintor, novelista, ensayista y filósofo, nace en 1883 y fallece en Nueva York 1931.
A los 11 años, emigra con gran parte de su familia, a los Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades. Como muchos palestinos a otras naciones, luego de la “invasión” judía a su territorio en 1948. Con la bendición inglesa.
Llegaron los israelitas a una pequeña porción británica, pero hoy, por la fuerza y ayuda estadunidense, están a punto de quedarse con toda Palestina.
Ante la grima mundial, 148 países desaprueban la acción hebrea.
Por ello, para no entrar en más detalles, invoquemos a quien, por su fama e influencia se esparce por todo el orbe. Sus reflexiones y su poesía se han traducido a más de veinte idiomas, y sus dibujos y pinturas se han expuesto en las grandes capitales del mundo.
Durante su estadía, en Norteamérica, a Gibran le nace la idea de escribir un libro, que con el tiempo sería su obra cumbre: en “El Profeta”, refiere que en cierta ocasión, una mujer que llevaba un niño en brazos le pidió: “Maestro, háblanos de los hijos”.
A lo que él respondió: “Sus hijos no son sus hijos. Son los hijos y las hijas de los anhelos que la vida tiene de sí misma”
“Vienen a través de ustedes, mas no de ustedes y aunque vivan con ustedes, no les pertenecen.”
“Pueden darles su amor, mas no sus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.”
“Pueden  albergar sus cuerpos, mas no sus almas, porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños les será dado visitar.”
“pueden esforzarse por ser como ellos, mas no intenten hacerlos como ustedes, porque la vida no marcha hacia atrás, ni se detiene en el ayer.”
“Ustedes son el arco por medio del cual sus hijos son disparados como flechas vivas.”
“El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y las dobla con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.”
"Que el hecho de estar en manos del arquero sea para su dicha, porque así como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece  firme. "
“Por eso ustedes tuvieron la oportunidad de  vivir su vida  y la libertad de amar y hacer  su vida. Dejen que sus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no les reclamen para que vuelvan.”
“Ellos los querrán por siempre Y tendrán  también su nido, del cual algún día, ellos solos quedarán, pero fue su nido y su  vida, déjenlos libres.”
“Ámenlos con libertad no apaguen el fuego de su hogar, vivan y dejen  vivir, Así ellos siempre los querrán.”
Evidentemente nos lo hizo recordar este diplomático, que tiene dos años de convivir con nosotros. Y que hoy brindó su presencia y aquiescencia al Club Primera Plana a cuyos integrantes, reporteros, escritores, poetas, filósofos. Fue elocuente, sincero pero sobre todo fraternal. Sobre México y Palestina. Buen amigo.
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