Exhibicionismo de Mancera Daña al DF

Jorge Herrera Valenzuela

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Exhibicionismo de Mancera Daña al DF

Exhibicionismo de Mancera Daña al DF
Política
Julio 06, 2015 19:54 hrs.
Política Nacional › México Ciudad de México
Jorge Herrera Valenzuela › diarioalmomento.com

La sorpresiva acción emprendida por el doctor en Derecho Miguel Ángel Mancera Espinoza de renunciar a todo su equipo de colaboradores, pomposamente llamado “gabinete legal”, so pretexto de hacer una evaluación del trabajo realizado por cada uno de ellos, es una clara muestra de su inexperiencia política y del deseo de “muestrearse” nacionalmente con el propósito de que se hable de él, recordando que se autodesignó como aspirante a una candidatura presidencial para el 2018.

Demandar, a la mitad del mandato sexenal, que a partir del próximo miércoles 15 del presente queden “renunciados” desde el secretario de Gobierno hasta el más modesto colaborador, de la primera línea, en el Gobierno del Distrito Federal, tiene muchas interpretaciones o, como se dice ahora, existen varias lecturas y ninguna de ellas deja bien parado a Mancera Espinoza. Los perjudicados son todos los habitantes de la Capital del País, porque se cortan los programas –si es que existen—y se deja de atender a la ciudadanía, incluyendo en ésta a la población flotante.

Mancera Espinoza llegó a la jefatura del D.F. por decisión de su jefe inmediato Marcelo Ebrard Casaubón. El entonces procurador de justicia recibió el respaldo total del Partido de la Revolución Democrática, sin pertenecer a dicho instituto ni a ningún otro. Es decir, el doctor en Derecho (no llega a jurista), se presenta como apolítico y hasta estas fechas afirma no tener filiación partidista. Este es un primer punto que provoca desconfianza hacia quien pretende alcanzar la Presidencia de la República.

Muy cuestionada la administración mancerista, si se acepta que así la califique, porque los principales problemas que afrontan casi 10 millones de mexicanos no tienen una solución. La corrupción reina en las 16 delegaciones políticas y los que en el primer trienio fueron responsables de las mismas, abandonaron el cargo sin más para ir en busca de nuevos horizontes presupuestales.

Mancera Espinoza jamás se atrevió a tocar a delegados como un tal Toledo que operaba en Coyoacán, como tampoco metió las manos en Iztacalco donde la delegada Elizabeth Mateos Hernández puso a sus padres, hermanos y cuñados en cargos con extraordinarios salarios. Como lo acostumbra Martí Batres Guadarrama, incrustar hasta el último pariente en la nómina oficial: Batres actualmente es el empleado número uno de Andrés Manuel López Obrador.

En el caso de la Línea 12 del Metro, Mancera ha jugado como le viene en gana. No decidió, jamás, actuar con energía, con la ley en la mano y se dedicó a embrollar más el asunto. Miles de usuarios son los perjudicados, pero no le importa al aspirante presidencial. Ya estamos por festejar el primer aniversario de la suspensión del servicio en media ruta de la llamada Línea de Oro, con acusaciones sobre funcionarios menores, dejando a Ebrard Casaubón a disposición del gobierno federal para que le cierre todas las puertas, buscando incriminarlo penalmente.

Además de manejar una política populista, convirtiendo la Plaza de la Constitución, nuestro hermoso Zócalo, en escenario para todo tipo de espectáculos, con costos millonarios, Mancera Espinoza es rechazado por los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, cuyo poder está ya en la Asamblea Legislativa y en cinco delegaciones, entre ellas la Cuauhtémoc. El PRD perdió mucha fuerza por el estrecho acercamiento de Miguel Ángel con el Presidente Enrique Peña Nieto, como se reflejó en las elecciones del pasado histórico domingo 7 de junio.

Hacer un cambio de colaboradores también implica una miopía de parte del jefe de Gobierno del D.F., porque requirió de tres años para darse cuenta de quién sirve y quién no. ¿Quiere quitarse a los simpatizantes de su exprotector Marcelo Ebrard o a los lópezobradoristas que lo tienen la mira? El viernes pasado habló de que haría la evaluación de cada uno de los hombres y de las mujeres que él nombró, pero, el pero que nunca falta, dio el giro al decir que puede haber “enroques” o sea que todo se reducirá a hacer rotación de funcionarios. “Voy hacer una evaluación puntual de todo el gabinete”, declaró Mancera Espinoza.

La falta de oficio político del actual titular de la administración en la Capital del País, ha provocado un crecimiento en la inseguridad, pese a las declaraciones en el sentido de que los narcos “tienen miedo de entrar al Distrito Federal”. La serie de problemas en la vialidad aumenta considerablemente, porque los líderes y los monopolistas del transporte público imponen sus reglas. La delincuencia “no organizada” impunemente continúa asaltando casas habitación, opera en vialidades como las avenidas Constituyentes y Observatorio (denunciados en la televisión); suman cientos los robos en las inmediaciones de los cajeros bancarios.

Mancera Espinoza no tiene control de nada, excepto de los negocios que se realizan “en bien de la sociedad” como los parquímetros en la residencial Lomas de Chapultepec, en Polanco, en La Condesa y en otras zonas citadinas. Es intocable la concesión para que “los gruyeros” operen 24 horas al día, los siete días de la semana, los 30 o 31 días del mes; no hay días festivos. El negocio es redondo y jamás sabemos en que se invierten las millonarias sumas que se recaban diariamente en todos el Distrito Federal.

PREGUNTA PARA MEDITAR:

¿Se atrevería el Presidente Enrique Peña Nieto a mover a quienes están en su gabinete o considera que no ha lugar para una evaluación?

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