No pudimos... perdón por ello

Sócrates A. Campos Lemus

¡Qué conste... son reflexiones!

No pudimos... perdón por ello

No pudimos... perdón por ello
Política
Agosto 25, 2015 15:20 hrs.
Política Nacional › México Ciudad de México
Sócrates A. Campos Lemus › diarioalmomento.com

“ESTÁ BIEN QUE HAYA AÚN HOMBRES CAUTOS QUE SEPAN HACER BIEN SU TRABAJO, INCLUSO SI ES EL TRABAJO SUCIO”. SÉNECA.
Y BIEN, ASÍ QUE TODOS DEBEMOS PEDIR PERDÓN: los viejos como yo, debemos pedir perdón por no haber tenido la fuerza de voluntad ni el talento para eliminar a los vándalos del poder. Debemos pedirles pendón a los jóvenes que están sin empleo ni escuela, millones de explotados, porque en 1968, en vez de aclarar nuestras ideas y evitar la traición que llegó al poder, nos apendejamos y dejamos llegar al populismo y continuar con la oligarquía en el poder, así, se perdió la excelencia académica y nuestras universidades e Institutos Tecnológicos perdieron su fuerza transformadora, y en la derrota, dejaron de luchar al permitir que los cuadros que se generaban para el control del gobierno y de la iniciativa privada, se fueran formando desde las escuelas privadas y confesionales, perdiendo la ruta de la revolución y la justicia social para dar paso a la formación de la tecno burocracia en el poder que, con esta insensibilidad mostrada, siguen destrozando al país con cinismo, indiferencia y totalmente desnacionalizados. Sí, tenemos que pedirles perdón, a lo mejor la cárcel nos llevó a buscar salidas sencillas y caímos en las garras de los especuladores financieros y dejamos que ellos se montaran en el poder para continuar saqueando al país usando sus recursos naturales y sus fondos públicos para hacer sus negocios privados. Sí, hay que pedirles perdón a todos.
Hay que pedirles perdón a los niños, porque en vez de lograr despertarles la vocación y el ánimo por el estudio, les hemos mostrado un camino lleno de inmundicias que les deja la televisión y se destruye todo lo que se aprende en las aulas. Debemos pedirles perdón como padres, por no haber tenido el valor de criticar la indiferencia, dejando que el país se destruyera y se entregara a los intereses de los ricos y de los especuladores financieros. No les mostramos a nuestros hijos que, si queremos tener una familia diferente, ser diferentes, tener un gobierno diferente, un país diferente, lo único que no podemos ser, es ser indiferentes, como nos hemos mantenido en las casas y en la sociedad.
Debemos pedirles a los pobres de este país, perdón, mucho perdón, porque a pesar de haber tenido el privilegio de estudiar gracias a su sudor y esfuerzo en las escuelas oficiales con la enseñanza gratuita y laica, no supimos encontrar las rutas para su reivindicación social y económica, nos quedamos viendo cómo crecer y mejorar nosotros, con egoísmo, con brutalidad, igual que los insensibles en el gobierno o en la oligarquía nacional, nos ganó el egoísmo y no supimos estar a su lado, en sus comunidades, en sus pobres casas, en su dolor, pobreza y marginación para utilizar nuestros conocimientos para ayudarles a salir de ese pozo de indignación y crueldad. Creo que todos los egresados de las escuelas públicas gratuitas y laicas debemos solicitarles perdón, y en los últimos días de nuestra vida, cuando menos, llevar algo a las comunidades y a los grupos vulnerables, dicen los cínicos en el poder, cuando son los jodidos, los injodibles, los marginados, los explotados, los despreciados por los grupos del poder, más ahora que, los funcionarios públicos y los políticos, son miembros de las mafias familiares que controlan los negocios y los recursos públicos para continuar haciendo sus negocios privados, en vez de llevar salud, educación, comida, trabajo a los que les han encumbrado, creyendo que, con su voto, van a cambiar su pobre condición y creyendo que los políticos cuando andan en campaña dicen la verdad y regresarán a cumplir con sus promesas. Se nos olvida, por el ánimo de creer en algo y esperar los milagros, que los políticos no tienen palabra, que las utilizan para convencernos para que votemos por ellos para que nos sigan jodiendo y chingando, para que nos sigan robando, para que nos sigan reprimiendo y asesinando con cualquier pretexto, utilizando a sus sicarios en la delincuencia organizada o a sus policías que no cuidan a los ciudadanos, pero si matan a los que les ordenan.
Les debemos pedir perdón a los mexicanos porque en el sentido de la modernidad dejamos que los medios de comunicación solamente sirvieran a los poderosos y a los hombres del poder que les pagan sus servicios con nuestro dinero y no para que sean los instrumentos para las denuncias de sus robos y corruptelas y para que sean o se convirtieran en la voz de los que no la tienen para denunciar las ofensas y las indignidades, o bien, para demandar el cumplimento de obras y servicios para las mayorías. Les debemos pedir perdón a los mexicanos porque en vez de darles diversión sana permitimos que les pasaran películas y telenovelas, se construyeran los equipos de futbol y que con la publicidad, los mexicanos, creyeran que eso era la diversión y el conocimiento para que en vez de despertarles conciencia social y política los embrutecieron y los dejaran en el nivel de zombis, para que consuman lo que les dicen, aunque no les alimente y los engorde y gasten lo que no tienen en consumos suntuarios que solamente enriquecen a los ricos. En fin tenemos que pedir perdón por esto y mucho más, seguramente lo escribiremos en un libro para dar más o menos idea del daño que causamos de “buena fe”, olvidando que “los caminos al infierno están empedrados de buenas intenciones”.

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