SALVADOR: El sábado hubo otra multitudinaria marcha ciudadana en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. La primera fue hace una semanas, para protestar por las porquerías del PVEM –compra descarada de votos, coacción del sufragio, regalos de despensas en plena plaza principal, reparto de útiles escolares y propaganda masiva el mismo día del evento- para lograr el triunfo de su candidato a alcalde de esa ciudad capital, y ni así porque la mayoría votó por el PAN. La manifestación del sábado fue en contra del dictamen del Instituto Electoral de la entidad validando la fraudulenta elección, otorgándole la victoria al Partido Verde en los comicios municipales, y hasta para gritarle al propio gobernador que ya se vaya.
Si como dicen, MANLIO FABIO se lo va a traer al PRI, que aproveche el viaje. Por la paz social de Chiapas. Su estancia en el gobierno es ya insostenible. Un ciudadano, FRANCISCO GORDILLO, escribió en el Facebook un comentario que coincide con el de muchísimos chiapanecos: “Manuel Velasco Coello, gobernador de Chiapas, ya no es interlocutor de los chiapanecos. No está, no aparece, no dice nada. No le interesa Chiapas, no le importa Chiapas. ¿Por qué no da la cara? Vive encerrado en su torre de marfil. Entonces: ¿quién gobierna en Chiapas?”
La marcha del sábado no fue por un partido ni por un candidato; fue por la democracia, para exigir respeto a la soberanía ciudadana. El voto señaló el camino hacia el cambio –como en otras partes del país en las elecciones del 7 de junio- por el hartazgo de la gente. En Chiapas, concretamente contra un gobernador frívolo que se siente muy protegido por el Presidente y un partido aliado del PRI que dilapidó recursos y cometió toda suerte de actos ilegales, que en su momento fueron sancionados y dieron motivo a que los otros partidos exigieran su desaparición y, sin embargo, el INE al final premió.
La protesta ciudadana del sábado en la capital de Chiapas fue airada. Hubo insultos a las autoridades electorales, pero de manera especial al gobernador. VELASCO COELLO ya se ganó el odio de los chiapanecos por sus actitudes personales banales, porque ha delegado la autoridad en su mamá, porque aparece con más frecuencia en saraos sociales en la ciudad de México y otras partes del país que en sus oficinas de Tuxtla; porque no gobierna. Porque ha tomado descaradamente a Chiapas como un trampolín futurista. Todo político tiene derecho a ascender a puestos más importantes. Eso nadie puede negarlo. Lo que jode a los chiapanecos es su ambición desmedida y, repito, su frivolidad.
Esto también daña a la endeble imagen de PEÑA NIETO. Muchos dicen que los cambios que hizo el Presidente en su Gabinete, fueron con miras al 2018 para enfilar las miradas hacia quienes él cree podría escoger como su sucesor. Fue poner en la vitrina a los posibles, para ver quien despunta y quien acapara más la atención. En este sentido ya se habla de JOSÉ ANTONIO MEADE KURIBREÑA y de AURELIO NUÑO MAYER, a quienes el Presidente colocó en dos secretarías claves: SEDESOL y Educación Pública. Sin olvidar, por supuesto, a MANLIO FABIO BELTRONES, quien ya dirige el PRI con una praxis basada en “primero está el 2016, después el 2017 y ya veremos en el 2018”.
El análisis se me antoja sumamente simplista. Aunque, en efecto, PEÑA NIETO colocó a sus alfiles, los cambios obedecen a la crisis que se produjo en el Gabinete por falta de operación política eficiente, la cual tiene al Presidente en los más bajos índices de aceptación popular que cualquier otro mandatario mexicano haya experimentado, con excepción de DÍAZ ORDAZ. Nada más que en aquellos tiempos no había redes sociales, que constituyen ahora la herramienta que ha empoderado a la ciudadanía que no tenía voz.
De acuerdo con una encuesta publicada por Pew Research Center, la popularidad de ENRIQUE PEÑA NIETO cayó siete puntos en los últimos doce meses, del 51 por ciento al 44 por ciento. El sondeo asegura que el 72 por ciento de los mexicanos está insatisfecho con el manejo en cuestiones como educación, seguridad, economía y combate a la corrupción; los escándalos en torno a un presunto conflicto de interés que salpicaron a su entorno cercano en 2014, así como la fuga del narcotraficante Joaquín "el Chapo" Guzmán el pasado 11 de julio, influyeron en la percepción de los ciudadanos.
Los tiempos han cambiado y de aquí al 2018 todavía queda mucho trecho, en el cual pueden darse cambios sociales más drásticos. El candidato presidencial del PRI no la tendrá fácil, ni porque toda la maquinaria electoral se ponga a trabajar a su favor. ENTRETANTO, PEÑA NIETO quiere medir la opinión y enderezarla primero –y de manera prioritaria- a recuperar la credibilidad ciudadana perdida.
Los cambios en el gabinete se hacían necesarios. Las vendettas internas eran ya evidentes, y si no que lo desmientan MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG y AURELIO NUÑO o VIDEGARAY y ROSARIO ROBLES. Muchos esperan que los cambios consoliden las propuestas de PEÑA NIETO; pero, más importantes que esos movimientos, es que el Presidente escuche el clamor de la gente, se deslinde de las preferencias personales hacia algunos gobernantes que en vez de ayudarlo lo perjudican con sus actitudes, para mandar un mensaje contundente a la ciudadanía.
Mientras eso no ocurra, la popularidad de PEÑA NIETO seguirá en picada.
MIENTRAS TANTO, y no obstante que EPN ha ordenado a sus colaboradores más respeto a comunicadores, el gobernador sustituto de Querétaro, JORGE LÓPEZ PORTILLO, es aquel que siendo secretario de Gobierno ordenó al titular de Comunicación Social, ABEL ERNESTO MAGAÑA ALVAREZ, “madrear” al comunicador radiofónico JUAN MANUEL AUZÚA, el pasado 28 de octubre de 2014, al que llamó “putarraco”, por hablar mal del gobierno.
El nuevo gobernador queretano fue exhibido luego que su hijo, RICARDO LÓPEZ ALCÁNTARA, quien aparece como secretario particular del oficial mayor en el gobierno del estado, impulsó la empresa “Quiero Taxi”, misma que es competencia de Uber, a la que López Portillo puso obstáculos.
Su esposa MARÍA DE LOURDES ALCÁNTARA DE LA TORRE ocupó la titularidad del Instituto Queretano de la Mujer, días antes de que la administración de JOSÉ CALZADA ROVIROSA (hoy Secretario de Agricultura) entrara en funciones como gobernador.
Total, todo un personaje.

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