El inicio de la LXIII legislatura mostró parte de las estrategias que habrán de seguir los partidos políticos y sus bancadas en ambas cámaras del Congreso de la Unión.

Parte de esa estrategia fueron los nombramientos de Jesús Zambrano Grijalva y Roberto Gil Zuarth como presidentes de las mesas directivas de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, respectivamente.

La jugada le salió a la perfección a las bancadas priistas que coordinan César Camacho, diputado y Emilio Gamboa, senadores, aunque la idea no partió de ellos.

En la Cámara de Diputados todo mundo esperaba el arribo de Ivonne Ortega Pacheco o Jorge Carlos Ramírez para asumir la presidencia juzgando que como primera minoría, el PRI tendría derecho a la presidencia de la mesa directiva en el primer año legislativo.

Sin embargo, los priistas comprendieron que 2018 será un año sumamente difícil, con un informe presidencial dos meses después de los comicios presidenciales, donde la disputa será seria.

De acuerdo al panorama y sin especular con los nombres de los candidatos que presentará cada partido, se advierte que la contienda presidencial se dará entre los siguientes protagonistas Revolucionario Institucional, Acción Nacional, Movimiento de Regeneración Nacional, Partido Verde y Partido de la Revolución Democrática, algunos de ellos podrían ir en alianza, para conformar un frente común.

Pero también se advierte la posibilidad de que uno o dos independientes alegren la justa electoral y el resultado puede ser sumamente cerrado o con bajos porcentajes para quien resulte triunfador.

De ahí la importancia de que los priistas presidan la mesa directiva de la Cámara de Diputados.

La estrategia no solamente conlleva ese propósito, aunque ese fue marcado como prioritario, ya que entregando la presidencia de la mesa directiva al partido ubicado como la tercera fuerza legislativa se desactiva la posibilidad de que surja una cuarta bancada que dispute dicha presidencia.

Y es que no son pocos los que consideran que el resquebrajamiento del PRD continuará y con ello la fuga de militantes que podrían sumarse a otro partido (MORENA) y que incluso los del Movimiento Ciudadano salten hacia los brazos del partido que preside Martí Batres.

Con una docena de legisladores que migren de uno a otro partido, los morenos se robustecerían y superarían fácilmente al principal partido de izquierda que continúa siendo, hasta ahora el PRD.

Lo que también queda claro es que desde las instancias gubernamentales pagan los favores que les otorgó en su paso por la presidencia del PRD, Jesús Zambrano Grijalva., quien canjeó la coordinación de los diputados de su partido por la presidencia de la mesa directiva.

Zambrano Grijalva fue uno de los más entusiastas favorecedores del Pacto por México, lo que le provocó fuertes reclamos dentro de su partido y por parte de los otros partidos de izquierda, por lo que fue considerado como colaboracionismo con el gobierno.

La jugada de Zambrano fue benéfica, cuando menos para el grupo de Los Chuchos y su partido que con los magros resultados de las elecciones federales y estatales, apenas ganó el gobierno de Michoacán, por medio de otro de los grandes apoyadores del pacto por México, Silvano Aureoles.

En los momentos difíciles que vive el PRD y, especialmente, el grupo de Los Chuchos, el espaldarazo dado a Jesús Zambrano es magistral.

Por el otro lado, debido a la rotación existente en el Senado de la República, la presidencia de la mesa directiva correspondía al Partido Acción Nacional, aunque el problema que afronta desde hace tiempo ese partido, de dos bandos en la llamada Cámara alta, requería de una operación de precisión y esta se consiguió.

Roberto Gil Zuarth fue el senador elegido para presidir el primer año de la LXIII legislatura en el Senado de la República, dejando de lado la pretensión de José Rosas Aispuro de alcanzar esa distinción.

Para Rosas Aispuro era fundamental tener esa posición, en su intentona por repetir como candidato del PAN al gobierno de Durango, donde ya fue derrotado en dos ocasiones por el PRI. La primera en la lucha por el gobierno estatal y la segunda como candidato de mayoría al Senado, teniendo que conformarse con la senaduría de primera minoría.

Gil Zuarth y Rosas Aispuro pertenecían al mismo grupo que comanda Ernesto Cordero y vinculado al ex presidente Felipe Calderón, de quien Roberto Gil fue secretario particular, aunque marcó distancia, sin ruptura de por medio.

Eso le valió la presidencia de la mesa directiva, con el aval del nuevo presidente de su partido, Ricardo Anaya, con quien se entiende maravilla, por ser parte de la misma generación.

De esa manera, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República se plancharon las decisiones en el primer acuerdo de gobernabilidad establecido entre los tres nuevo coordinadores de una y los tres que se mantienen en la otra.



ATENCIÓN A MIGRANTES

El que cumple eficientemente con su misión, es el subsecretario de Desarrollo Social, Ernesto Nemer Álvarez, dando a conocer los beneficios de los programas del gobierno federal, instrumentados por el presidente Enrique Peña Nieto.

Durante el pasado fin de semana, Nemer Álvarez se reunió con migrantes en San Francisco, San José y Sacramento, California, a quienes explicó las bondades de los programas sociales como es el 3X1 para migrantes y la Reforma Educativa.

En su décima visita a Estados Unidos, el subsecretario de Desarrollo Social cumple de esa forma con el compromiso del Ejecutivo federal de estar en contacto permanente con los mexicanos radicados en el exterior.



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