Discurso optimista como preludio del hundimiento

Noé Mondragón Norato

LECTURA POLÍTICA

Discurso optimista como preludio del hundimiento

Discurso optimista como preludio del hundimiento
Periodismo
Septiembre 01, 2015 22:44 hrs.
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Noé Mondragón Norato › guerrerohabla.com

Mientras que en el plano nacional, la tribu los chuchos de Nueva Izquierda (NI), ahonda su división de cara a la renovación de la dirigencia nacional del PRD, en Guerrero las tribus locales asumen distintas formas de concebir su papel como fuerzas políticas opositoras, dada su visible orfandad política. Y quedarse tras la elección pasada, sin liderazgos realmente sólidos que los regresen a las competencias electorales exitosas. El mapa político lo dice todo.


TRIUNFOS SIN FUNDAMENTOS.- En su refundación como tribu, el Grupo Guerrero (GG), ponderó situaciones que detonaron la mayor crisis política perredista, la cual les arrebató el gobierno de la entidad. Y aseguró combatirlas. Hay dos que son elocuentes: 1.- El dueño de dicha tribu, David Jiménez Rumbo, hizo un llamado a todos los partidos de izquierda a ir unidos a la competencia electoral de 2018, “porque somos hermanos y no tenemos que ir por separado”. El punto es reiterativo: por las imposiciones del GG, el PRD guerrerense también se dividió. Y fue de las tribus beneficiarias de la coyuntura. El propio David, logró encumbrarse como Senador de la república en la elección federal de 2006, gracias al efecto AMLO. Pero nunca lo reconoció. El asunto es que desde entonces, Jiménez Rumbo no ha ido a una elección abierta. Porque la perdería de calle. Al utilizar un discurso unificador hacia los partidos políticos de izquierda, los mensajes que en realidad está enviando, se asocian a la pretensión de intentar subirse otra vez al carro político de López Obrador, cuyo partido Morena no solo estaría en posibilidades de arrebatarle al PRD la jefatura del gobierno del Distrito Federal en la elección federal de julio de 2018, sino de operar el desplazo del PRD al tercer lugar aquí. Porque una vez investido como candidato del Morena a la presidencia del país, esta vez el peje sí recorrería toda la entidad guerrerense, con los candidatos del Morena. Y el PRD con sus liderazgos de tribus –justamente, como el de Jiménez Rumbo, Celestino Cesáreo, Evodio Velázquez y Sebastián de la Rosa-, bastante desgastados, no sería una atractiva oferta electoral para los electores guerrerenses. En este escenario, al PRD le conviene y le resulta altamente rentable, una alianza electoral con los demás partidos de izquierda. Es decir, se colgaría de ellos en aras de lograr sobrevivencia. Pero si David Jiménez no pudo operar dicho escenario en la pasada elección de gobernador, ¿acaso podrá lograrlo hoy cuando el PRD está en la lona? ¿Qué prendas políticas podrá ofertar si ya se le acabaron todas desde hace mucho tiempo? Con buenos deseos y discursos incongruentes, no se recupera nunca la confianza ni la credibilidad. 2.- El GG asumió –a diferencia de la recién creada tribu ADG-, que “yo no le estoy pidiendo audiencia al gobernador electo Héctor Astudillo por micrófono, como lo hicieron otros, yo le digo al gobernador electo que sabremos ser oposición firme y radical”. Tanto los priístas como los propios perredistas saben que cuando Jiménez Rumbo se radicaliza, es para alcanzar una jugosa negociación política. No para abonarle realmente al fortalecimiento democrático en Guerrero. Y hay un hecho que remarca su propia incongruencia y contradicción: el propietario del GG fue de los perredistas que reconoció por adelantado y sin esperar a que las autoridades electorales oficializaran los resultados de la pasada elección del 7 de junio, como “mi gobernador electo”, al priísta Héctor Astudillo Flores. ¿Es esa la oposición radical de la que presumió y aseguró, asumirá con el próximo gobernador del PRI? Lo único cierto es que al GG –como a las demás tribus perredistas- se les está acabando el piso como antesala del hundimiento. Y no lo quieren ver.


HOJEADAS DE PÁGINAS…Trasciende que el diputado local y presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Bernardo Ortega Jiménez, le quiere imprimir el clásico “cierre con broche de oro” a la feneciente legislatura. Pretende hacerlo con la aprobación de la Ley de Amnistía. Con un pequeño detalle: está coja. Le falta mucho contenido. Será aprobada al vapor. Y así la recibirá la próxima camada de diputados locales. La Ley de Amnistía de Bernardo y de todos los demás diputados, se convierte en burla e infamia para los guerrerenses.


dragonato@hotmail.com

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