Soy el ave, soy la estrella

Carlos Ravelo Galindo

En las Nubes

Soy el ave, soy la estrella

Soy el ave, soy la estrella
Entretenimiento
Septiembre 03, 2015 09:32 hrs.
Entretenimiento Nacional › México Ciudad de México
Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Fueron dos horas de platicarnos las venturas y desventuras de nuestro país. En ellas el joven mandatario nos recetó, como Moisés, otros diez mandamientos que piensa ejecutar, dice, en sus últimos tres años en Los Pinos. No vimos notario público, esta vez.
Luego de sumar nuestro aplauso a sus mil quinientos invitados. Dicen que no llegaron doscientos. Nos remitimos, a lo espiritual. A la verdad.
Es cierto, desde hace un mes, Bety mi amor, es un ave, una estrella.
Y para puntualizarlo, nuestro amigo el poeta y escritor Pablo Rubén Villalobos, nos estimula con el vigor de su ingenio. Que él intitula epitafio:
. “No me invoquen, no me lloren
Tengo paz, tranquilidad.
Sólo les pido por mi oren
en su íntima soledad.

¡Y conste que no están solos!
Yo siempre, los acompaño
a ustedes, que son mi todo.
El partir, no me hizo daño.

Estoy en ese infinito,
del espacio y su belleza.
Pueden verme, se los digo.
¡Soy la Estrella que embelesa!

¡Soy esa Ave en raudo vuelo,
de esplendoroso plumaje
¡Que es un hálito en el cielo,
cuando sola va en su viaje!

Ya sin llanto y sin lamentos,
hoy sé que mi vida es bella.
¡Pueden verme, se los digo..!
¡Soy el Ave..! ¡Soy la Estrella!”
craveloygalindo@gmail.com
Soy el ave, soy la estrella
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Fueron dos horas de platicarnos las venturas y desventuras de nuestro país. En ellas el joven mandatario nos recetó, como Moisés, otros diez mandamientos que piensa ejecutar, dice, en sus últimos tres años en Los Pinos. No vimos notario público, esta vez.
Luego de sumar nuestro aplauso a sus mil quinientos invitados. Dicen que no llegaron doscientos. Nos remitimos, a lo espiritual. A la verdad.
Es cierto, desde hace un mes, Bety mi amor, es un ave, una estrella.
Y para puntualizarlo, nuestro amigo el poeta y escritor Pablo Rubén Villalobos, nos estimula con el vigor de su ingenio. Que él intitula epitafio:
. “No me invoquen, no me lloren
Tengo paz, tranquilidad.
Sólo les pido por mi oren
en su íntima soledad.

¡Y conste que no están solos!
Yo siempre, los acompaño
a ustedes, que son mi todo.
El partir, no me hizo daño.

Estoy en ese infinito,
del espacio y su belleza.
Pueden verme, se los digo.
¡Soy la Estrella que embelesa!

¡Soy esa Ave en raudo vuelo,
de esplendoroso plumaje
¡Que es un hálito en el cielo,
cuando sola va en su viaje!

Ya sin llanto y sin lamentos,
hoy sé que mi vida es bella.
¡Pueden verme, se los digo..!
¡Soy el Ave..! ¡Soy la Estrella!”
craveloygalindo@gmail.com

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