Sin ley ni autoridad

Armando Rojas Arávalo

Epistolario

Sin ley ni autoridad

Sin ley ni autoridad
Política
Septiembre 27, 2015 20:01 hrs.
Política Nacional › México Ciudad de México
Armando Rojas Arávalo › diarioalmomento.com

ROSI: Este es el último día de mi estancia en Chiapas, y tengo el corazón contrito no sólo porque debo dejar el terruño, sino porque lo que vi, me contaron y de alguna manera fui víctima me llevaron a la conclusión de que este es un pueblo sin ley y sin autoridad, donde ocurren injusticias a la vista de todos y no hay nadie que quiera ponerles límites.
Hace unos días, no más de una semana, en el pueblo de San Juan Chamula, ubicado a sólo media hora –cuando mucho- de San Cristóbal de las Casas, una turba linchó a dos jóvenes causándoles la muerte, presuntamente porque fueron a robar un vehículo. La verdad es que uno de ellos le dijo a su amigo que lo acompañara a Chamula a recoger un carro, en virtud de que no se lo habían pagado. Cuando le dijeron esto al cliente, éste, en estado de ebriedad (como es natural en un pueblo donde se acostumbra el “posh” para todo), llamó a gritos a sus vecinos y éstos a los demás diciendo que le querían robar el automóvil. La gente rodeó a los dos jóvenes golpeándolos hasta que cayeron desmayados, les roció gasolina y les prendió fuego. La policía temerosa no hizo para evitar el latrocinio, porque ya sabe cómo se pone un chamula en estado borracho.
Los autores del crimen fueron después detenidos y para exigir su liberación la gente de Chamula tomó por asalto la caseta de cobro de la autopista a San Cristóbal y por casi todo un día bloqueó esa carretera, con el pretexto de los desaparecidos de Ayotzinapa. Por la madrugada fueron desalojados con violencia por la policía federal y el saldo que ningún medio ha querido divulgar fue sangriento por ambas partes.
Hace unas semanas, maestros disidentes tomaron las oficinas de Hacienda en San Cristóbal y golpearon a una chica trabajadora. No contentos con haberle ocasionado lesiones echándole el portón metálico encima, uno de los “valientes” maestros se acercó a ella y le escupió la cara. ¿Y la policía? Cero.
La pasada quincena tres jóvenes que laboran en la secretaría de Finanzas en San Cristóbal fueron comisionados a entregar cheques del programa “Amanecer” a personas mayores, en diversas comunidades indígenas. Faltaron tres o cuatro cheques y los pobladores los secuestraron por varias horas acusándolos de robarse el dinero y pretendieron lincharlos. El alcalde tuvo que intervenir y comprometerse a que los cheques que faltaban se entregarían en cuanto los jóvenes regresaran a San Cristóbal por ellos. Lo que ahí ocurrió es que los encargados de elaborar los pagos no contaron correctamente los cheques y omitieron tres. ¿Y a la policía?
En la costa ya hay autodefensas. En pesquerías del municipio de Arriaga, mi pueblo, los lugareños han hecho grupos de defensa y se han armado para acabar con los asaltos carreteros y los robos en negocios. Si ninguna autoridad quiere hacer caso de sus denuncias, ellos harán justicia por propia mano.
EN LA CAPITAL DEL ESTADO las marchas y los plantones son cosa de todos los días. Nada menos ayer sábado una movilización de estudiantes de la normal rural Mactumatzá desquició la ciudad, y un plantón en la avenida que da hacia el Palacio de Gobierno obligó a cerrar la validad de todo el primer cuadro.
HOY, POR FIN, la caseta de cobro ya no estaba bloqueada y pude tomar la autopista a San Cristóbal. A la mitad del camino un retén de supuestos zapatistas con pasamontañas, machetes y palos detenía a los vehículos en ambos sentidos, exigiendo una “cooperación voluntaria”, para seguir “luchando por los desaparecidos de Ayotzinapa”.
ANTE TANTAS COSAS uno se pregunta ¿y el gobernador? ¡Já! El gobernador nunca está. El mandatario es feliz regodeándose en fiestas de la high society del D.F., reseñadas por “Hola”, “Quien” o “Caras”, pero no es capaz de tomar baños de pueblo en su tierra. Si no, que los chiapanecos me lo desmientan.
Por eso digo que regreso a la capital, contrito. Triste y al mismo tiempo con el alma podrida por la rabia.
No me da coraje la indiferencia del gobernador ante los problemas que aquejan a su pueblo, sino por el desperdicio de juventud.

armandorojasarevalo@gmail.com
rojas.a.armando@hotmail.com

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