Ciencias y artes se reencontraron en el Cervantino y el Universum

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Ciencias y artes se reencontraron en el Cervantino y el Universum


*.- Roald Hoffmann, investigador, poeta y filósofo, conversó sobre sus experiencias en el ámbito personal y profesional, ante un abarrotado auditorio del Museo de las Ciencias

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Ciencias y artes se reencontraron 
en el Cervantino y el Universum
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Octubre 29, 2015 15:43 hrs.
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En su XLIII edición, el Festival Internacional Cervantino concitó las dos culturas que en los años 70 describiera Charles Percy Snow: ciencia y arte; para ello, tanto Jorge Volpi como José Gordón, respectivos director general y uno de los curadores del festival, invitaron a los premios Nobel de Física y Química, George F. Smoot y Roald Hoffmann, quienes tuvieron, además una intensa actividad en otras ciudades de México y no sólo en Guanajuato.

Así, en el marco de las celebraciones por los 45 años del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el doctor George Smoot presentó los avances que en materia de la visión del cosmos se han logrado hoy en día. Smoot dio su conferencia primeramente en Guanajuato, el sábado 17 de octubre pasado y el martes siguiente, en el auditorio Jaime Torres Bodet, del Museo Nacional de Antropología.

Por su parte, el doctor Roald Hoffmann ofreció una velada lírica el domingo 20 de octubre, en el Museo Gene Byron de Guanajuato, donde leyó varios de sus poemas contenidos en su libro Catalista. Tres días más tarde, el laureado Nobel presentó la conferencia Chemistry´s essential tensions: three views of a science in culture ante dos auditorios abarrotados, en el teatro del Museo de Ciencias Universum, el también filósofo presentó sus experiencias en el ámbito personal y profesional, lo que lo llevaron al reconocimiento por su labor como científico.

Hoffmann explicó que las personas suelen pensar que los químicos hacen que las cosas exploten, sin embargo la química no sólo tiene lugar a través de explosiones –dijo-, tiene lugar dentro de cualquier ser vivo de este planeta y es una química extremadamente compleja.

“Hemos pasado de lo macro a lo micro. El conocimiento que tenemos de las moléculas, por ejemplo de agua, u otras sustancias es un conocimiento que no adquirimos a través de microscopios, sino de manera indirecta, a través de nuestros sentidos y de la extensión de nuestros sentidos, es decir, a través de los instrumentos”, expuso.

La pasión del filósofo por la Química se reflejó al explicar la belleza de la molécula de hemoglobina con la cual se demuestra lo complejas que pueden ser las moléculas.

“Existen muchos estímulos sensoriales, luz, sonido, para que el cerebro pueda procesar todos estos estímulos de manera eficiente y poder sobrevivir. Hay algo que ocurre en nuestra mente que favorece la simplicidad”, remarcó.

La química se hace presente en una molécula llamada Taxol (paclitaxel) la cual proviene de la corteza de un árbol que tarda hasta 300 años en crecer: el Taxus Brevifolia. La importancia de este árbol es tal que se utiliza para el tratamiento para combatir el cáncer. Tan sólo de la corteza de un árbol se obtienen tres dosis; y ahora se puede producir de manera sintética y semisintética en un laboratorio.

Las tensiones en la Química

Las tensiones son polaridades que pueden estar dentro de los extremos de un rango, por ejemplo: de lo macro a lo micro, la simetría y la asimetría, lo natural y lo no natural. Estas tensiones muestran que la misma molécula puede ser benéfica o dañina.

Hoffmann subrayó que existen ejemplos comunes y muy utilizados diariamente en todo el mundo: la morfina es una sustancia utilizada en medicina, puede ser tanto curativa como dañina; o también el azúcar, la sal o la penicilina.

“Las moléculas son interesantes no porque sean A o B, sino porque están entre A y B. Están alineados en diversas tensiones”, explicó.

Entre la ciencia y el arte

Platicó a los asistentes cómo ha logrado dedicarse con sus dos pasiones en la vida: la química y la poesía. Hoffmann recordó que cuando era joven buscaba la manera de crear algo diferente a lo que ya existía, crear una “obra maestra”.

“Si en realidad queremos saber si tenemos la capacidad o no de crear una obra maestra, no vean la obra maestra, vean el proceso, a eso es a lo que hay que prestar atención”, recomendó a los jóvenes.
Con la ayuda de una diapositiva en la que se observaban algunas escrituras a mano y “tachones”, el poeta mostró al público un pequeño fragmento de cómo Dmitri Mendeléyev creó la tabla periódica de los elementos.

“Lo que lo hace hermoso son los errores y tachones. Esa es la evidencia de que lo hizo un ser humano y no una máquina”.

Este es uno de los puntos donde la historia de la ciencia y la poesía convergen, que aunque el arte no es equivalente a la ciencia, se encuentran en algún punto en común. La prueba y error.

“La ciencia y las artes son actividades de seres humanos que tachan las cosas y tratan de entender el mundo que nos circunda y el que está dentro de nosotros mismos”, finalizó el premio Nobel.
La conferencia fue transmitida simultáneamente en el foro de Química del mismo museo, así como por vía streaming en la página de Universum.

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