Sostiene historiadora que existen mitos sobre la Independencia

Norma L. Vázquez Alanís

"... existen muchos errores"

Sostiene historiadora que existen mitos sobre la Independencia

Sostiene historiadora que existen mitos sobre la Independencia
Cultura
Noviembre 16, 2015 21:08 hrs.
Cultura Nacional › México Ciudad de México
Norma L. Vázquez Alanís › diarioalmomento.com

“El libro siempre tiene un intermediario que son los historiadores y por tanto refleja las filias y las fobias del autor, pero el manuscrito de la época nos acerca a quien fue testigo de la historia o dejó ese testimonio; en cada documento se resguarda la visión de un proceso y habla el valor vital del manuscrito o fuente primaria. Los historiadores somos como detectives del pasado, por eso los manuscritos son tan importantes, y en el Centro de Estudios de Historia de México (CEHM), de la Fundación Carlos Slim, hay cerca de mil fondos documentales que se pueden consultar”.

La doctora Guadalupe Jiménez Codinach, en su conferencia ‘La Independencia en el Centro de Estudios de Historia de México’, aseguró que, de este periodo, el material con que cuenta esa institución es muy vasto, pero especialmente hay dos manuscritos que nos ayudan a resolver enigmas, como por ejemplo la razón por la cual Miguel Hidalgo no entró a la Ciudad de México a principios de noviembre de 1808 y sus fuerzas no tomaron la capital de la Nueva España, sabiendo que era uno de los principales objetivos de la insurrección.

Se trata de una carta firmada por Ignacio López Rayón que explica en parte por qué no entraron en la Ciudad de México, pues si bien Hidalgo y sus seguidores marchaban desde San Miguel el Grande hacia la capital del virreinato con rehenes que habían tomado para poder intercambiar con las autoridades con propósito de que los dejaran hacer su Junta de Criollos para gobernar, la batalla de Tres Cruces les dejó sin municiones, en virtud de lo cual decidieron retirarse.

Y de un testimonio del proceso que se le siguió a Mariano Jiménez Maldonado Zapata, un ingeniero de minas de una familia prominente a quien Ignacio Allende había convencido de unirse a la causa, en el cual revela que sabía que en la Ciudad de México habría diez mil personas esperándolos para sumarse a las fuerzas insurrectas; sin embargo ese apoyo de los habitantes de la capital nunca existió y fue la más probable causa del retiro. El documento original está en el Archivo de Indias, pero el CEHM tiene una copia.

Jiménez Codinach, quien es licenciada y maestra en historia por la Universidad Iberoamericana y obtuvo su doctorado en la Universidad de Londres, Inglaterra, dijo que uno de los periodos fundamentales para el nacimiento de México como nación independiente y libre es el que va de 1808 a 1821, son solo 13 años, pero son fundacionales, porque en ese lapso se dieron una serie de problemas que aún no hemos resuelto, pero fueron años preñados de esperanza de tener una libertad, de un anhelo independentista en hombres y mujeres de la Nueva España postrera.

Sin embargo, algunos historiadores sostienen que esa generación no sabía lo que era independencia e insisten en que lo que querían era autonomía, “pero en 40 años de investigación en documentos originales nunca he visto la palabra autonomía”, recalcó la especialista e indicó que sí entendían lo que era independencia, porque sus términos eran cercanos a la idea de libertad, de liberarse del que los oprime. Usan la palabra independencia en los documentos originales a través de los cuales podemos entender qué contenido le dieron a las palabras en su época, no hoy, puntualizó.

En su ponencia, incluida en el ciclo ‘50 años recuperando historias’, organizado por el CEHM como parte de la celebración de su medio siglo de vida, la doctora Jiménez Codinach explicó que la insurrección se planeó desde 1808 en San Miguel el Grande, no fue en Querétaro ni en Dolores (un accidente geográfico), y se trataba de un movimiento que buscaba integrar una junta de criollos -pero especificó que ‘criollo’ no significa hijo de españoles peninsulares como se ha dicho en la mayoría de los textos escolares, equivale a criado, nacido, nutrido en tierra americana- igual a las que habían surgido en España a raíz de la invasión napoleónica.

Era algo a lo que ellos tenían derecho según las leyes vigentes, porque Nueva España era un virreinato, un reino, nunca fue una colonia, los insurgentes nunca usaron la palabra, la aborrecían, era como una ofensa; todavía en 1821 Vicente Guerrero se quejó de que los mencionaran o quisieran tratar como colonos; “fíjense y hoy hablamos de monumentos coloniales, eso es una barbaridad”, aseguró la conferencista.

Pues bien, ellos se sabían parte de un reino con fuero perteneciente a la corona de Castilla como fue la organización de la monarquía española, y según las leyes castellanas de las Siete Partidas, que eran medievales, tenían derecho de hacer una junta para gobernar si el rey no podía o se encontraba preso o había muerto o si era un niño; no era nada revolucionario, era lo que marcaban las leyes, aclaró la también investigadora de Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Comentó que el CEHM tiene en su acervo un documento que es copia manuscrita del proceso que se le siguió a Hidalgo del 7 de mayo al 29 de julio de 1811, cuando iban a degradar (pero no en la forma que lo asegura Martín Moreno en sus libros). Ahí se explican muchas cosas; en primer lugar se declara español, todos ellos dicen ser ‘español o español americano’ y no podían decir que eran mexicanos porque no existía México como nación, pero es curioso porque con una visión muy cerrada, en el siglo XX se cambiaron los términos pues estaba mal visto para la historia oficial que hubieran dicho que eran españoles; sin embargo los textos están ahí y no se puede cambiar la realidad del pasado.

En ese escrito se asienta que Hidalgo declaró que la insurrección tuvo principio el 16 de septiembre como a las 5 de la mañana, e indicó que los principales motores del movimiento fueron Ignacio Allende y él. Apuntó que estaba persuadido de que la independencia le era útil al reino, pero que nunca pensó en proyecto alguno, a diferencia de Allende que siempre estaba propenso a hacerlo, empero él no lo disuadía, lo más que llegó a decirle fue “que los autores de semejantes empresas nunca gozaban del fruto de ellas”.

Con este relato se resquebraja otro mito difundido por la historia oficial, pues el propio Hidalgo nunca habló del 15 de septiembre, eso empezó en 1825 cuando el presidente Guadalupe Victoria decidió, junto con su gabinete, que como la verbena para festejar se llevaba a cabo con cohetes, ésta no se podía hacer en la mañana ya que los fuegos artificiales no se ven, la verbena sería entonces el 15 a partir de las siete de la noche, y el 16 se pronunciaría el discurso en la Alameda y tendría lugar el desfile. Es una mentira que fue Porfirio Díaz el que cambió la fecha porque su cumpleaños era el 15, dijo Jiménez Codinach, pues existe el decreto presidencial de 1825.

“Para que vean como decimos una sarta de cosas y las repetimos falsamente, a través del tiempo se han ido cambiando las versiones y en la escuela nos enseñan como símbolos de la Independencia la campana de Dolores y el Grito, pero esto es falso, no hubo discurso ni arenga, solo es una metáfora que se usaba en la época cuando se decía ‘el grito de libertad’, ‘el grito de insurrección’”, expresó la también ex directora del proyecto sobre Archivos Españoles en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos (1987-91).

En su proceso, Hidalgo “supone estar preso por querer poner en independencia este reino”, y sostiene que no son revolucionarios: “nosotros estamos luchando por el rey y por la religión”, mientras que en su juicio Allende afirma que “no es reo de alta traición, que en todo caso es reo de alta lealtad porque nos levantamos en defensa del rey de la religión”, sólo quieren una independencia, pero a su modo, porque en 1810 el rey de España está preso y el papa también. En España gobierna José Bonaparte y en ningún lugar de América se aceptó este gobierno impuesto por Francia.

La historiadora habló también de los archivos que tiene el CEHM sobre el periodo insurgente, dentro de los cuales destaca uno de los cinco originales del Plan de Iguala, pero recomendó, para entender esta etapa de la historia de México, que también se consulten los documentos de los realistas, porque es indispensable tener una visión de ambos bandos.

Como corolario, la doctora Jiménez Codinach afirmó que “la historia es como una cadena de eslabones que se van uniendo y que no los entendemos si no vamos a esa cadena de hechos que van determinando las decisiones de nuestros antepasados, y si no la conocemos, pues cometemos muchos errores”.

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