Desde aquel sábado 26 de julio en que ante cientos de priistas, reunidos en el Auditorio Plutarco Elías Calles, el Presidente Enrique Peña Nieto inició su guerra contra el populismo político y enfocó sus baterías contra Andrés Manuel López Obrador, sin mencionarlo. El tabasqueño no deja de afirmar que “todos me tienen miedo” y no cesa en culpar de la crisis que vivimos “a la mafia del poder”.
No puedo entender porque es tan impulsivo el mexiquense, al grado de que el asunto lo trató en la tribuna de la ONU, aunque se interpretó también como un golpecillo contra Donald Trump, quien en su campaña por la candidatura presidencial, que tendrán lugar dentro de un año en Estados Unidos, ataca permanente a México y a los mexicanos radicados en el Sur del vecino país sureño-
Peña Nieto en sus tres primeros años del sexenio, que se cumplen el próximo lunes 30, no ha demostrado madurez como político y su popularidad descendió considerablemente. Tal parece que los asesores o consejeros en materia política, que debe de tenerlos, no son tomados en cuenta y de nada sirve que el presidente nacional del PRI haga declaraciones de apoyo a las acciones que se planean, se ordenan y se ejecutan en y desde Los Pinos.
Nadie encuentra una justificación a la postura asumida por el Presidente Peña Nieto frente a López Obrador, mientras que él aparece en las pantallas de los televisores para promoverse como candidato presidencial para el 2018, con la bandera de que “la tercera es la vencida”. No le ha bastado a “El Peje” el ser perdedor dos veces consecutivas, no admite que sus millones de simpatizantes no son los millones de votantes a su favor y que los resultados obtenidos en 2006 y en 2012 los alcanzó por la estructura que tejió el Partido de la Revolución Democrática junto con alianzas concertadas entre los grupos de la llamada izquierda.
López Obrador no tiene consistencia ideológica y es muy frágil para dar saltos, cambiar de siglas lo distinguen y cuando la situación no es favorable a sus intereses, hábilmente y con rapidez da los pasos para una nueva ubicación. Salió de la presidencia estatal del PRI, en Tabasco, cuando los presidentes municipales se lo exigieron al gobernador Enrique González Pedrero. Se volvió izquierdista para ingresar al PRD; apoyado por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano fue líder nacional del partido, consiguió el voto para convertirse en jefe de Gobierno del Distrito Federal, violando la respectiva ley.
Su choque con los dirigentes de las diferentes tribus perredistas, la segunda derrota al buscar la Presidencia de la República, le restó personalidad y autoridad cuando “Los Chuchos” tomaron el poder partidista. Entonces López Obrador dejó las filas del PRD y se refugió en el Partido del Trabajo que Raúl Salinas de Gortari financiara para fundarlo. También lo cobijó otro expriista, Dante Delgado, en el partido Convergencia que cambió de nombre al de Movimiento Ciudadano. Finalmente abandonó a los dos e hizo su propio partido: Morena.
Los resultados de los comicios celebrados el domingo 7 de junio último, no le dieron, a Morena, una presencia nacional, sólo logró dominar en el Valle de México, aunque unidos PRI y PAN en la Asamblea Legislativa del D.F. minimizaron el control político que deseaba López Obrador. Tampoco hubo éxito de Morena en las elecciones para presidente del Tribunal Superior de Justicia. Hubo pretensión, de “los morenos”, de apoyar a una candidata a la Rectoría de la UNAM. La doctora Rosaura Ruiz no fue electa por los miembros de la Junta de Gobierno.
La democracia recibió un rudo golpe al interior de Morena. Andrés Manuel fue “electo” para presidir el partido político, sustituyendo a uno de sus fieles seguidores. No hubo ningún aspirante. Todos los votos favorecieron al tabasqueño, un político que critica la antidemocracia que ejercen los demás partidos. La campaña para oficializar su candidatura presidencial, la mantendrá López Obrador. Debe recordar que unos son los que van por las calles con él y otros lo que acuden a las urnas a respaldarlo con un voto.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Podrán los hombres cercanos al Presidente Peña Nieto convencerlo de que tiene enemigos más fuertes que Andrés Manuel López Obrador?