Tres años

Fernando Irala

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Tres años
Periodismo
Noviembre 30, 2015 11:25 hrs.
Periodismo Nacional › México Ciudad de México
Fernando Irala › diarioalmomento.com

En un ambiente político y social muy distinto de cuando llegó al poder, hoy se completan tres años, la mitad del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto.
El fracaso de las administraciones panistas derivó en el desencanto de los ciudadanos, casi los mismos que doce años habían terminado con una etapa de más de siete décadas de gobierno unipartidista.
Luego, el desencanto por el desastre albiazul, y el miedo ante los visibles afanes dictatoriales de Andrés Manuel López Obrador, hicieron a los votantes volver al refugio y aplicar a tiempo y destiempo, el refrán popular: “más vale malo por conocido…”
El priísmo volvió con el aura de que ellos sí sabían cómo hacerle, y el arranque fue espectacular: el Pacto por México, diversas reformas que se pensaban imposibles, ambiciosos proyectos de inversión y desarrollo.
La caída de los precios del petróleo, los escándalos que van de presunciones de corrupción a lo que elegantemente se llama “conflicto de intereses”, la cancelación de obras, y un pésimo manejo de la tragedia de Ayotzinapa, trasformaron radicalmente el escenario.
En este último caso, un crimen en el que hay mezclados grupos de narcotraficantes, normalistas que no estudian, atracadores simples, autoridades municipales y estatales corruptas y policías locales manejadas por el hampa, derivó en una condena para el gobierno federal.
A partir de mañana, Peña Nieto entra a su cuarto año de gobierno, el lapso en el que tradicionalmente un Presidente llegaba en el esplendor de su mandato, con todos los hilos del poder en las manos.
Esta vez visiblemente no es así. Lo que vivimos desde hace meses es un proceso de sucesión adelantada, cuyo mensaje subliminal es que ya nada se espera del actual régimen.
En el panismo una mujer ha anunciado su postulación, y se habla de otras figuras como posibles. El PRD, hecho pedacitos, ya no tiene ni presidente propio, así que de candidato ni hablamos. Morena se construye desde hace años para dar base al sueño del Mesías. El PRI tendrá que inventar una nueva estrategia, pues ya no podrá funcionar como en una película de misterio en que el “tapado” se devela en el último capítulo.
En alguna medida eso mismo había pasado ya en los dos anteriores sexenios. Y es que la divisa actual de la ciudadanía es el desencanto. Cada vez menos gente cree en los partidos, y éstos se han encargado de hacer ver que la política es ante todo un negocio.
Así llegaremos a 2018.

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