Texcoco, Edoméx.- Hace unas horas el portal amigo reporterosenmovimiento publicó una nota-denuncia ciudadana que muestra una foto de unos malandrines en pleno asalto a un Oxxo así como un efectivo llamado de auxilio.

“Estos sujetos se dedican a asaltar tiendas Oxxos en los municipios de Tecamac y Zumpango.

Actúan después de las 10 de la noche, cuando hay total ausencia de vigilancia policiaca.

Usan un auto Civic color negro con vidrios polarizados.

Operan principalmente los fines de semana. Difundan por favor!!”.

Y la imagen que presentan es por demás contundente. Exhibe a plenitud la fuerza de los estereotipos.

Al mirar esa foto de inmediato, en automático, a bote pronto brinca la sospecha: ese joven se parece a los cientos de manejadores de mototaxis que pululan en todo el territorio del edoméx.

Y en catarata aparece otro de los estereotipos, de los conceptos e imágenes que convencionalmente se tienen de ladrones de esa naturaleza, no exentos de verdad al cruzar historias verdaderas con pláticas de recientes robos.

En la mayoría de los casos los delincuentes son jóvenes que tienen algo en común: miradas que denotan cierto desapego a la vida, soberbia, violencia suprema en su actuar y lenguaje, así como la utilización de motonetas para moverse o autos compactos con vidrios polarizados.

Son enemigos del jabón y el baño diario. Cuando escalan estatus dejan de ir a los tianguis y prefieren ropa de centros comerciales; compran ropa de marca, colores refulgentes y nunca a la medida.

A niveles de altísima jerarquía en el hampa es cosa de recordar que cuando detuvieron al delincuente apodado “La Barbie”, hace algunos años, la playera que portaba causó furor. De inmediato juniors, progres y hasta no pocos señores de dudosa reputación corrieron con sus proveedores exclusivos a conseguir una playera como esa.

No tarda en ocurrir lo mismo con el estilo que seguramente impondrán las camisas de “El Chapo” que portaba en ciertas fotografías un poco antes de su espectacular detención.

Este ladrón de Oxxo de la imagen, con capucha, es probable que guarde cierta admiración con los modos de vestir y de hablar del piloto del mototaxi que casi te atropella hace unos días.