En plática con empresarios y comerciantes del estado de Guerrero, que se encuentran organizados en la Confederación Patronal de la República Mexicana en Guerrero (COPARMEX), Florencio Salazar Adame, actual Secretario General de Gobierno, les informó, cómo los gobiernos anteriores, dejaron al estado. Y concluyó con la siguiente frase: “Guerrero, está en la condición de salir del hoyo o hundirse más”.

Algunos medios informativos y asesores del anterior gobierno destacaron lo anterior, pero escondieron el contexto.

A muchos no les gustó y les provocó urticaria, luego de que en efecto, las omisiones, complicidades, corruptelas y actos en contra de la sociedad, de gobiernos anteriores y funcionarios, son muchos e infinitos sus efectos.

Cuando un gobierno nuevo hace un diagnóstico de la situación en que recibe el poder, lo mínimo que debe hacer es darlo a conocer. Hay quien lo esconde, para no alarmar más. La condición del estado de Guerrero, es de emergencia desde hace muchos años. Y quienes nos dejaron así, hoy viven muy campantes. Hay quien supone que es mejor decir que no pasa nada y no hacer nada.

Se recibe un gobierno con un déficit de casi 20 mil millones de pesos. Un gobierno paralizado con un sindicato en movimiento, en protesta y tomadas las oficinas. El cúmulo de demandas de pago de salario no realizados, pagos de fin de sexenio, aguinaldos, adultos mayores, reclamos de quienes tienen capacidades diferentes, ambiente de anarquía, plantones, protestas, vandalismo y presiones sin fin y una violencia inusitada, ligada a la inseguridad y al libre movimiento de bandas de la delincuencia organizada. Un caos, pues.

Coincido con Florencio Salazar en que el gobierno de Héctor Astudillo Flores, su capacidad de gestión, su experiencia y relaciones institucionales y personales con el poder federal, han permitido que el Presidente de México, y el Gabinete de Seguridad Nacional, pongan atención especial, e implementen operativos especiales por zonas y que hayan fluido recursos financieros, que no de haberse concretado, la situación sería todavía más complicada.

Por ello el gobernador Héctor Astudillo Flores ha convocado a la sociedad a participar más y mejor organizada y a no tomar la ley por sus propias manos, como aquella intención de los empresarios de armarse, con lo que se provocaría una mayor anarquía. O sea, los conminó a ceñirse a la ley.

Es correcto que el actual gobierno, al ver la condición actual, tome medidas, trabaje y construya un gobierno sensible y responsable que rinda cuentas y cercano a la sociedad.

Es de todos sabido que los índices delictivos de Guerrero, provienen de años atrás. De ahí que se tengan las ciudades más violentas. Por eso es entendible que el gobierno estatal por sí solo no puede revertir la violencia. De ahí que estén siendo apoyados por el Ejército, Policía Federal, Gendarmería, Marina y se demanda una actuación puntual de la misma sociedad.

“En algún momento dejamos avanzar las cosas y no es posible revertirla de inmediato. A mediano plaza, estaremos mejor. Sin la presencia de las fuerzas armadas, estaríamos peor. Confíen en este gobierno, hay que darle la vuelta a este lamentable escenario. Para volver a la normalidad de la vida ciudadana, recuperar las plazas, vías de comunicación, actividades académicas, financieras. Todas las autoridades sincronizadas en tema de la seguridad. Corporación profesional eficaz y capacidad de movilización. No a la policía dispersa. No a policías sin preparación, sin certificación, sin vehículos armamento adecuado, sin capacidad.”
“Guerrero, está en la posibilidad de salir del hoyo o hundirse más.”
O sea, de lo que se trata es no tenerle miedo al miedo.
Sin duda habrá quien no coincida con este diagnóstico y es válido. Pero esto es lo que tenemos. O le entramos o escondemos la cabeza. Esa es la otra opción.