Texcoco, Edoméx.- UNO. Nos esquilman por todos lados, nos saquean. Los neo priistas piensan que el país es de ellos y quieren vender todo: acabaron con Teléfonos de México, empresa paraestatal que tenía números negros y que el innombrable casi le regaló a Carlos Slim; ya le dieron en su máusser a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y a Mexicana de Aviación gracias al capricho y a las transas de ChaPeLen -léase Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y Fox Quesada- y ahora van contra Pemex, que está en las peores manos posibles: sujetos sin experiencia, sin sentido de la historia y tan sólo una visión comercial que indica que hay que vender todo lo más pronto posible.
Su lógica es simple: si ya no hay Pemex, ya no se puede sangrar a Pemex, una lógica brillante que se cree brillante por parte de uno de los saqueadores mayores del país:, el virrey encargado de la Secretaría de Hacienda, quien seguramente nunca ha leído a David Ricardo, Adam Smith, ni Karl Marx, y que no sabe hacer cuenta y por eso no sabe por qué gana tan bien y puede adquirir una humilde casita de descanso en Malinalco, cuando casi el 80 por ciento de los mexicanos no sabe lo que es tener una casa aunque sea de interés social.
DOS. Otro ejemplo de saqueo desconsiderado es el que realizan los Bancos, la mayoría extranjeros, quienes cobran altas comisiones e intereses por todo lo que hacen y ofrecen como servicios y que pagan lo menos que se puede cuando se tiene dinero depositado en alguna cuenta.
Mi última experiencia con Banca Santander ha sido desastrosa: debía cerca de $ 180 mil pesos de una tarjeta de crédito, situación derivada de las continuas crisis a que nos somete el gobierno y, claro, a los bajos sueldos que se pagan. Con esfuerzos y sacrificios, pagué religiosamente $ 4, 000 mensuales durante casi cuatro años. Saldada esa terrible deuda -iluso de mí- deposité $ 6, 000 más a esa cuenta entre agosto y septiembre del 2015, con la terrible condición de que mi Tarjeta de Crédito se había vencido y ya la había triturado.
Cuando me di cuenta, intenté reponer el plástico y desde octubre hasta la fecha -marzo del 2016-, ni me han repuesto el plástico y ya se cobraron a lo chino y me desaparecieron mis seis mil pesos que ahí tenía depositados, de la manera más burda poniendo un cargo a mi estado de cuenta cuando ni siquiera tengo la Tarjeta. La Súper Línea es una barbaridad: cuando por fin logras que alguien te conteste -pese a que expresan una leyenda de que esa conversación puede ser grabada con fines de calidad (sic)-, te dejan colgado, te mandan de un lado a otro: de cobranzas a servicios al cliente, de ahí a quién sabe dónde y termina uno desesperado, confundido y hastiado.
Y por desgracia todo esto no se arregla en las sucursales, donde por cierto los empleados son empeñosos y amables, pero no resuelven nada y te dan el teléfono para que llames a la Súper Línea, que es el paraíso kafkiano más inútil con que me enfrentado en los últimos 50 años de mi vida. ¿A dónde se fueron mis seis mil pesos? Porque para cobrar son tan efectivos, llamando a todas horas al deudor y ¿por qué cuando es al revés son tan lentos y morosos? No hay equidad y eso lo permite el gobierno, quien es parte de ese tinglado de dejarnos, si se puede, desnudos, sin nada, sólo con la rabia contenida de ser tratados así. Y ni siquiera ir a las instancias correspondientes, las cuales son auténtica cámaras burocráticas. Por eso los Bancos extranjeros están felices en México, porque hacen lo que quieren. En un día me birlaron $ 6, 000 pesos, que son casi una quincena de mi sueldo. No tienen progenitora.
TRES. Hay un Nuevo Reglamento de Tránsito a modo para contribuir a las arcas del gobierno de la Ciudad de México, con las foto multas, los límites de velocidad, algunos, absurdos, la represión institucional al ciudadano común y corriente que tiene y viaja en carro, la tenencia que sigue vigente, las verificaciones onerosas y más, muchos más, vehículos circulando las inhibidas y llenas arterias citadinas. Por lo visto lo que quieren es que se queme más gasolina -ya viene la Shell, la Chevron y anexas- para que les compremos a las transnacionales y siga vigente el negocio de vender barato nuestro petróleo y comprar caras las gasolinas. La ciudad está más contaminada y a eso colabora el Nuevo reglamento de Tránsito que prohíbe vueltas a la izquierda y a la derecha, continuas, límites de velocidad absurdos, y anexas. Y claro: muchas multas, muchas, demasiadas.
Hay un viejo apotegma del Derecho Romano: "Lo que no está explícitamente prohibido, está tácitamente permitido", pero por lo visto ese lema no lo sabe Miguel Ángel Mancera -aunque estudió Derecho y dicen que es doctor-, ni mucho menos sus acólitos que hicieron el nuevo reglamento. Mi hija Trilce llega a la calle de Benuto Celini, entre las calles El Greco y Mixcoac, en la delegación Benito Juárez, no hay ninguna señal que diga que está prohibido estacionarse. Deja su vehículo y cuando regresa ya no está: la grúa lo arrastró a un corralón y ni siquiera al más cercano -eso lo paga el infractor- y entonces tiene que pagar $994 pesos. Hasta los mismos policías bancarios que cuidan la zona reconocieron que no había discos de no estacionarse, pero el aparato que trae el agente de tránsito o los gruyeros mide con mucha precisión, demasiada, a los infractores. En cinco minutos consiguieron lo que un trabajador gana de salario mínimo en diez días. No tienen, de verdad, progenitora.
CUATRO. El señor que dice que nos gobierna reconoce el aporte de la Iniciativa Privada a la generación de energía y, mientras tanto, desmantela Pemex. La Secretaria de Relaciones Exteriores que responde a los pomposos apellidos de Ruiz Massieu Salinas de Gortari -¿qué méritos académicos o de trabajo, aparte de los apellidos tiene para ostentar esos cargos?-, señala las inconsistencias del reporte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mientras se siguen violando los Derechos Humanos sistemática y metódicamente en nuestro país: dos ejemplos palpables y actuales: los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero, y los cinco jóvenes supuestamente muertos, hechos pedazos y quemados en Tierra Blanca, Veracruz. De una al otro lado de nuestras fronteras, del Atlántico al Pacífico, en todas nuestras ciudades y pueblos de la República, padecemos la barbarie de la delincuencia y del Estado. Y niegan, siguen negando lo que todos vemos: eso es cinismo. Sólo hay, si comparamos a nuestro sufrido país con una casa, la pura fachada. Pobres de nosotros.
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* Profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo y miembro del IISEHMER de la misma institución. Sus más recientes títulos publicados son: Donde la piel canta (poemas, Antología, 2011), Coyotes sin corazón (cuentos, Antología, 2011), Sombras de las letras (ensayos, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2012. 136 pp.) El tren de la ausencia (cuentos, antología, Cofradía de Coyotes, 2012), Perros melancólicos (cuentos policiacos, antología, Cofradía de Coyotes, 2012), Árbol afuera (poemas, antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2013. 124 pp.), Amar es perder la piel (Ed. Molino de Letras-UACH, México, 2013. 194 pp.), Lámpara sin luz (novela, Fondo Editorial Mexiquense, México, 2013. 267 pp.), Árbol afuera (poemas, antología, Cofradía de Coyotes, México, 2013. 108 pp.), Abrevadero de Dinosaurios (antología de minicuentos, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2014. 110 pp.) y Cartas marcadas (antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2014. 112 pp.).
