Un Rapidín...

¿O le entra o no la Federación?

¿O le entra o no la Federación?
Seguridad
Abril 26, 2016 08:15 hrs.
Seguridad ›
Ángel Irra Carceda › codice21.com.mx

Cierto. La noche del domingo en mi adorado Acapulco estuvo de la chingada.
Propios y extraños se apanicaron a lo kbrito. No fue para menos. El fenómeno de la violencia no da para menos.

También es cierto que las redes sociales jugaron un papel preponderante. Incidieron, incluso, en el manejo de la información de diversos medios informativos.

Finalmente quedó precisado, muy claro, que la embestida fue en contra de elementos policiacos de la federación, no indiscriminadamente en contra de la población.

Por la causa que haya sido, así fue. De otra manera, en caso de que se hubiera atentado indiscriminadamente en contra de civiles indefensos, estaríamos contando otra cosa.
Estaríamos lamentando y condenando las bajas entre civiles porteños y visitantes a mi querido puerto.

Insisto: No fue el caso. Igual me pregunto: ¿los agresores realmente intentaban ultimar a federales?

Lo planteo porque, por ejemplo, si ese hubiera sido el objetivo, habrían usado hasta granadas u otro tipo de artefacto explosivo, por ejemplo, para generar bajas de manera escandalosa.

No operaron así. ¿Por qué? Vayan ustedes a saber.

Transcurridas las horas de esos eventos lamentables, parece más bien que pretendieron dejar una prueba de poder, mediante el golpe mediático que generó entre la población, no sólo de Acapulco, sino del estado y de otras latitudes.

Ahí está el saldo: una baja (civil, de los agresores) y un federal lesionado de bala en una pierna.

Quizá minutos después de esos acontecimientos, faltó manejo de comunicación institucional en ese contexto.

A través de redes sociales se difundieron videos y hasta fotografías (unos reales y otros no), que proyectaron casi un escenario de guerra. Pero, insisto, el saldo dicta lo contrario.

No intento minimizar estos hechos. De ninguna manera. Pero las cosas hay que colocarlas en lo real. Sí se generó pánico. Ni negarlo. Y lo caldeado del ánimo social se justifica.

Pero pienso que lo acontecido sí obliga ya al gobierno federal a acudir de lleno en apoyo de Acapulco y del estado de Guerrero en general.

Como que ya no se valen ’medias tintas’. Ni el gobierno del estado y menos el de Acapulco pueden con este flagelo.

El gobierno federal, y para ser más preciso, el presidente Enrique Peña Nieto, están obligados a soltar un verdadera golpe de mano.

No hay para más. Ya no queda margen para bonitos discursos. Para poses triunfalistas ni para nada por el estilo.

Casos de impunidad como estos, obligan a que el Estado de la cara. A que demuestren su compromiso con la Nación.

Les recordamos: los acapulqueños, los guerrerenses todos, somos parte de ella, de la NACIÓN.

Ahora, también, que me expliquen: ¿Por qué no hubo un buen de agresores detenidos, si dejaron abandonados hasta dos vehículos en los que se movilizaron para cometer sus fechorías?

¿Cómo le hicieron para evitar ser aprehendidos. Se esfumaron así como así?
Aclaro, son simples preguntas. (angelirracar@hotmail.com)

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