Peregrinos.

Hago recuento de mi peregrinar por la vida y siento que poco me faltó para que esta fuera totalmente completa. Viajé por todo el mundo, traté con personajes de la realeza y de los bajos fondos; amé a muchas y mucho. Disfruté de deportes extremos y aprendí con grandes maestros del periodismo y de la vida.
Las peregrinaciones han sido el motor que ha movido al mundo desde que los homínidos se desplazaron del África hacia las tierras del norte.
En el siglo XIII antes de nuestra era, Moisés llevó a cabo el éxodo del pueblo israelita a la tierra que le tenía prometida Yahvé. El recorrido duró 40 años y la inclemencia del desierto fue compensada por Dios enviándoles maná de alimento
Con el nacimiento del cristianismo los papas se creyeron en la obligación de rescatar los Santos Lugares en el Levante. Más de 200 años duraron las peregrinaciones llamadas Cruzadas, amén de miles de muertos. Hubo también la Cruzada de los Niños que sólo aportó mercancía a los tratantes de esclavos.
Las nieves que aún cubrían el norte del continente americano permitieron a las tribus nómadas cruzar el puente del estrecho de Bering desde donde bajaron hacia tierras más cálidas. Hace mil años, en 1,009 para ser precisos, las crónicas (’Tira del museo’) nos cuentan que las primeras acals (canoas, en náhuatl) de los amerindios iniciaron una navegación por los ríos Colorado y Gila, en el norte de lo que ahora es nuestro país, hasta llegar a Huey Culhuacán (¿Culiacán, actual?) y en 1,186 los náhuatl o aztecas partieron de Aztlán hacia el sur, a la meseta de Anáhuac (Alfonso Toro).
Para el mundo cristiano el Vaticano, Palestina, Santiago de Compostela y la Basílica de Guadalupe, son los lugares más visitados, además de cientos y cientos de templos de todo tamaño repartidos por todo el mundo. En el caso del islam, los musulmanes deben visitar por lo menos una vez en la vida los lugares sagrados: La Meca y la ciudad santa de Mashhad para los chiitas (en Irán) Mientras que los hinduistas se bañan en el río Ganges entre cadáveres sancochados, y los bahaistas en sus centros ceremoniales de Bagdad, Irak y Shiraz, Irán.
Los seguidores de la religión judía hacen lo que se llama los shelóshet haregalim, (los tres peregrinajes) esto es, las tres festividades mayores: Pézaj, Shavuot y Sucot, que terminan en el Templo de Jerusalén donde ofrecen ofrendas.
El sincretismo cristiano trajo a nuestras tierras costumbres italianas que representaban el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén. Nueve días (del 16 al 24 de diciembre) Recuerdo aún esos momentos de pedir posada en las casas que se habían ofrecido o asignado para ello. La pedida, que así se llamaba, incluía villancicos de los pedigüeños que eran respondidos desde dentro. Cuando se escuchaba el ’Entren Santos Peregrinos reciban este rincón, que, aunque es pobre la morada, la ofrezco de corazón’ entraban en tropel adultos y niños para el reparto de sangüiches y canastitas elaboradas con días de anticipación rellenas con colación; esto es, dulces, algunos de ellos en su interior llevaban una rajita de cáscara de naranja y otros un cacahuate. Terminaba la festividad con piñatas que eran rotas por los escuincles que se lanzaban a ver quién pescaba más fruta. Entre los jóvenes la competencia estaba en saber quién había sido invitado a más posadas y disfrutar el ritmo de rock and rol, que se iniciaba en esas décadas.
Qué recuerdos.
Siento que mi vagar sobre este planeta no ha terminado aún. Cuatro aneurismas y cinco microinfartos en el coco, además del pinche bicho del Chikunguya, no me van a impedir cargar los Peregrinos.