Qué verdad

Rosa María Campos escribió un comentario con el título ’La sopa está lista’. Después de leerlo consideramos darlo a conocer, con su permiso, a nuestros amigos.
Así empieza:
’No más inseguridad, violencia, crímenes, pobreza, abuso y despilfarro, de nuestros gobernantes, encabezados por Javier Duarte de Ochoa, gobernador con licencia de Veracruz. Hoy prófugo.
Ellos, los poderosos, se olvidan de que la historia la escribimos nosotros. Pueblo jodido, hambriento, ansioso de un líder honesto, decidido a renovar este corrupto sistema político, que nos mantiene sumidos en una crisis histórica.
Pero cuidado: En la crisis nace la inventiva. Las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.
La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. Sin crisis no hay desafíos. Y sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.
Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla. Dijo Albert Einstein Oportuna sentencia. Más en lo personal, creo que muchos mexicanos estamos inmersos en un proceso social para el cambio, que ya sembramos semillas, que habrán de germinar.
En todo México, hoy determinante en Veracruz, existe una vasta y poderosa red, sin dirigentes. Desprovista de doctrina y política, que trabaja con entusiasmo y vigor para lograr un cambio radical, en pro de un nuevo programa de la actuación humana.
Este estremecedor e irrevocable movimiento no es un nuevo sistema político, religioso ni filosófico, es la aurora una nueva mentalidad con una sorprendente visión del mundo.
Jóvenes y viejos amigos del Face, Twiter, WhatsApp, estamos unidos: Abraham Mohamed, Carlos Ravelo, entre otros muchos periodistas, quienes con sus columnas en el ciberespacio rescatan nuestros ideales y dan voz a nuestras inconformidades.
También hay otros combatientes, no menos importantes: maestros, oficinistas, científicos, artistas, taxistas, doctores, abogados, psicólogos, quienes manifiestan sus ideas.
Sus nombres pueden resultarnos familiares. Otros, por temor a las agresiones prefieren silenciar su compromiso.
Sí, hay legiones de nuevos revolucionarios, emparentados por sus ideas críticas, de protesta, de desesperación ante la actitud cínica, despilfarro y prepotencia, de quienes se adueñaron del poder. Siempre hay esperanza.
Y ante este negro panorama, más ennegrecido por el ascenso de Trump, regalémonos algo de tiempo para enterarnos de la actitud de algunos líderes que han conquistado a miles de jóvenes cautivados por su humildad, honradez autenticidad.
En otras palabras por su filosofía de vida. Por citar a dos, que no quieren exponer a las nuevas generaciones a una tercera guerra mundial o dejarles como herencia un planeta basurero, está un Jeremy Corbyn proclamado líder del Partido Laborista Británico, pacifista y republicano.
Este hombre de 66 años, vegetariano, utiliza la bicicleta para sus desplazamientos. Colabora habitualmente en campañas internacionales de derechos humanos. Participó en la coalición Stop The War, contra la guerra de Irak y en la campaña solidaridad con palestina. Vicepresidente de la campaña para el desarme nuclear, en el 2009, cuando estalló el escándalo en Gran Bretaña por los gastos de los diputados, Corbyn fue el que menos dinero público había gastado.
Y este otro, José Mujica. El más pobre de todos los presidentes del mundo. Tierno, gordo, con cara de gurú, logra con su ejemplo que uno recupere la fe en el hombre.
’La austeridad y consumir poco es la verdadera libertad’. Es el credo de Mujica.
El, José Mújica, el presidente que vivió con un sueldo de 1.250 dólares mensuales. Y al terminar su mandato. Vaya, al salir de la presidencia, no acepto que se le otorgara la pensión de la jubilación presidencial.
Esta anécdota lo pinta de cuerpo presente:
’Cuando lo eligieron senador, llegó al Palacio Legislativo montado en su vieja motocicleta y vestido con la misma ropa que usa cuando trabaja en su huerta.
Se estacionó frente al edificio y entonces, uno de los policías custodios del solemne lugar le preguntó: ¿Cuánto tiempo se va tardar?, pronto llegaran los senadores.
Mujica con voz suave contestó ’ si no me echan antes, pienso estar 4 años", y le mostró al custodio su carnet de senador.
Y como corolario: Sin pasar por alto contadas y valiosas excepciones, hagamos memoria y comparemos a nuestros senadores con José Múgica.
Los nuestros, bien trajeados, gastan a manos llenas en suntuosos restaurantes. Presumen sus coches millonarios y su insultante palacete, donde dizque trabajan y todavía con el cinismo de manifestar su grotesco comportamiento misógino’. taca.campos@gmail.com

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