REBATINGA ELECTORAL

El Consejo Estatal de MORENA clavó una daga en el corazón de su partido en Guerrero, sin importar de donde o hacia quién fue el golpe, el mal ya está hecho para el partido de Andrés Manuel López Obrador, y es que en los municipios donde optaron por cambiar el género del candidato, son justamente los que concentran el mayor número de votantes afines al proyecto Obradorista, tan sólo en 2012 Acapulco aportó 132 mil de los 600 mil votos totales en el estado. El cambio de género no sería grave, pero tomando en cuenta que fue una decisión de última hora, el partido no se ocupó de posicionar mujeres para esta competencia, si no a 7 hombres con un perfil académico respetable y que ahora se ha quedado fuera de la jugada de un día para otro.

Al parecer, las nacientes ’tribus’ morenistas se están valiendo de la equidad de género para golpearse entre sí, causando un efecto contrario al deseado, ya que de este modo se demerita la participación política de las féminas y se les utiliza como carne de cañón para golpear al equipo contrario, lo cual no abona para generar un clima de igualdad y equidad, ante lo cual, honestamente, me siento ofendida.

Los miembros del partido aseguran que el triunfo de AMLO es su única prioridad en este momento, pero en los hechos demuestran que las tribus internas se imponen en las decisiones medulares, ¡Qué pronto cayeron en las más nefastas prácticas que llevaron al fracaso al PRD!

Siendo MORENA la única oportunidad de cambio para el país, se tenían altas expectativas y con decepción vemos que, en Guerrero, ha dejado mucho que desear.

Si revisamos con calma el perfil y el desempeño de sus representantes en las cámaras federal y local, nos encontramos con perfiles pobres y desempeños grises, que no han presentado una sola iniciativa de ley, ni han dado un debate de altura que ponga en jaque a los poderes fácticos, ni se han pronunciado respecto a nada, y miren que en este estado hay tela de dónde cortar. Por ser elegidos en una tómbola nunca se ponderó su perfil, calidad discursiva, preparación académica o trayectoria, simplemente, se dejó a la suerte el destino que el partido con más potencial del país y el único que puede ser una esperanza para México, tendría para los próximos tres años, futuro, que ya nos alcanzó y he aquí el resultado, un partido en el que imperan las pugnas internas, sin candidatos fuertes capaces de llevarlos al triunfo, regalando en bandeja de plata el municipio más importante del estado, con tres dirigentes que caminan a palos de ciego, uno, octagenario y radical, con el que razonar es francamente imposible, que quiere seguir al mando y se niega a dar paso a las nuevas generaciones, otro, al que ya le urge ser senador para poder regresar a vivir a DF y deshacerse del primero y el ex rector, quizá el más oscuro de los tres, que quiere a toda costa tener el control del partido como si fuera su franquicia personal.

Para el naciente partido hay en este momento una sola salida, nutrirse de los elementos nuevos, frescos, menos radicales y organizarse desde abajo, dirigir un partido fuerte y unirse desde su raíz, sacudiéndose los liderazgos que pretenden heredar sus rencillas a las nuevas generaciones, darse cuenta de que finalmente el problema lo tienen ellos, pero que -ellos- ya se van, plantearse seriamente qué tipo de partido quieren heredar y qué tipo de partido quieren construir en Guerrero.