Zona Cero
Roberto Santos
No deja de ser preocupante ver ese video donde un jovencito es interrogado acerca de su labor dentro de una empresa delictiva, y contestar fríamente que ha participado en la muerte de varias personas.
Terrible aunque no nuevo, pues el Ponchis, joven sicario de Morelos fue el primero que aceptó haber hecho algo semejante en el mundo de las drogas, secuestros y asesinatos, que por cierto asustó a la sociedad.
Es cierto que es el Estado el que en teoría debería cuidar de un desarrollo sano de la niñez y la juventud. Pero y ¿el papel de los padres de familia, de los educadores y directores de escuela?
¿El problema tiene sólo su origen en la pobreza, la marginación o la ausencia del Estado y de los padres de familia? ¿El abandono es fértil para modelar futuros criminales?
¿Está la sociedad predestinada a soportar que sus hijos y nietos actúen como psicópatas y sean sus propios verdugos?
Anoche los jóvenes que fueron asesinados a tiros en la colonia Lombardo Toledano solo estaban platicando afuera de sus casas, y el niño había salido a comprar a la tienda, según la información de vecinos.
Y la pregunta obligada:
¿Era eso necesario. Balacear al grupo para ver quién caía? ¿Cómo una ruleta rusa?
Está claro que la marginación ni la pobreza son decantadores de las mentes criminales.
La riqueza que genera la producción y venta de droga es de tal magnitud que atrae familias enteras que conscientemente deciden dedicarse a tal negocio, y no necesariamente son de escasos recursos, marginadas ni el padre ha abandonado el hogar. Al contrario se convierte en la guía de los demás en ese mundo de las empresas delictivas.
Familias disfuncionales siempre existirán y son en parte generadoras de jóvenes antisociales, quienes pierden toda noción de la importancia de las normas sociales, de las leyes y derechos individuales.
Y a eso es a lo que la sociedad se enfrenta.
Lo que ha prohijado, se convierte en su propio enemigo con su cauda de prácticas delictivas.
El trabajo que se tiene enfrente es mayúsculo y debería comprometer a todos. Solo unidos y enfocados en restaurar eso que llaman ’tejido social’ es como se podrá cambiar el estado de cosas que hoy nos abruman
