Postigo
José García Sánchez
La Secretaría de Educación Pública se ubica exactamente enfrente de la Plaza de Santo Domingo. Cuando Aurelio Nuño deje, por fin y por el bien del país, esa dependencia, deberá cruzar la calle de Brasil, para empezar susurrar al oído de los transeúntes: ’Credencial para votar, actas de nacimiento, qué documento buscaba’. Tiene vocación.
Cuando llegó a la Presidencia de la república Ernesto Zedillo, nombró a Fausto Alzati secretario de Educación Pública donde sólo permaneció un breve tiempo por ostentarse y firmar documentos oficiales como abogado, sin embargo, se tituló como licenciado en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México en 1995, es decir un año después. El caso de Peña Nieto es similar, porque el medio a través del cual se obtiene una licenciatura no es lícito, aunque el secretario de Educación Pública diga que ese hecho es irrelevante y que hay otros problemas más graves en el país.
En efecto, uno de los problemas graves de México es la incursión agresiva de la educación privada, cuyos egresados, desde la llegada de Miguel de a Madrid al poder, han hecho del país lo que ahora es. Desde esa época han gobernado no sólo el país sino diferentes estados de la República, egresados de universidades privadas con las consecuencias que pueden advertirse a simple vista.
Mientras en la UNAM se instrumentan métodos para detectar plagios, en la administración pública, el secretario de Educación asegura que el plagio de casi el 30 por ciento de una tesis carece de importancia. Todo esto en medio de un escenario de conflicto social donde Aurelio Nuño, egresado de la Universidad Iberoamericana, quiere imponer una reforma educativa en nombre de la calidad académica.
La Universidad Panamericana y la calidad de su enseñanza está en entredicho. Porque de lo que menos puede responsabilizársele es de ser sumisa con el poder. Porque en 1991, cuando Peña Nieto realizó su tesis para obtener el título de abogado, era secretario del Movimiento Ciudadano de la Zona I del Comité Directivo Estatal de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares. Asimismo, y luego delegado del Frente de Organizaciones y Ciudadanos en municipios del estado de México e instructor del Centro de Capacitación Electoral del Partido Revolucionario Institucional.
De tal suerte que puede suceder, no sería la primera vez, que una Universidad Privada concede su certificación de documentos a un funcionario en el pdoer, recordemos a Vicente Fox que obtiene su carta de pasante de la Universidad Iberoamericana de León, Guanajuato, meses antes de las elecciones de 2000, cuando resultó vencedor.
La Universidad Panamericana está regida por el Opus Dei. Es común ver toda una ceremonia medieval hasta en sus entregas de diplomas y sus rituales se asemejan más a los de un recinto religioso que a los de un espacio de conocimientos.
El artículo 114 del reglamento general de la Universidad Panamericana dice que está prohibido violentar derechos de autor o realizar cualquier otro comportamiento deshonesto o contrario a la ética profesional o académica, y dicha conducta será considerada grave; sin embargo, el director de tesis del Presidente del a República señala que el presunto plagio se trata de minimizarlo al igual que el secretario de Educación, paladín de la calidad educativa, diciendo se trata de un error de imprenta.
Pues esos errores de imprenta también debe supervisarlos la escuela que expide el título y aprueba la tesis, el tema y al forma en la que está escrita. De otra manera el título carece de validez.
