Tapar la crisis

Miguel Ángel Osorio Chong, retomó la vieja tradición priísta de anteriores secretarios de Gobernación, al querer tapar el sol con un dedo, o con un dedazo, ante la negación de una realidad que lacera a la gran mayoría de los mexicanos.
Justificar, y a veces resaltar, el trabajo lo ejecutivo ha sido una de las tareas de los principales encargos del responsable de la política interior del país.
Ahora, Miguel Ángel Osorio Chong, rechazó que el gobierno de Enrique Peña Nieto viva el peor momento del sexenio.
Pero no sólo eso sino que México está en el peor momento de su historia. Por si fuera poco, la administración pública nunca había estado tan desprestigiada como ahora.
Los mexicanos habitualmente indiferentes a los problemas del país, ahora están preocupados.
No sabemos si Peña Nieto pone esas palabras en el discurso de Osorio Chong para seguir deteriorándolo, o son sólo palabras de agradecimiento del ex gobernador de Hidalgo por seguir manteniendo viva la esperanza de que pudiera ser candidato, aunque no por ello presidente.
Cuando se despoja de los Videgaray, Peña Nieto, deja una pieza suelta en Gobernación, el hueco que deja su incondicional Luis Miranda n la principal subsecretaría de Gobernación.
Las vacantes de Hacienda fueron cubiertas al día siguiente por el Presidente de la República y la de Gobernación, con más significados, espera más tiempo.
De hecho se dijo que si el lugar del sustituto de Luis Miranda era nombrado por el Presidente de la República el candidato del PRI a la Presidencia sería José Antopio Meade, si lo ponía Osorio, éste sería el abanderado tricolor para la Presidencia de la República.
Peña Nieto nombro a los sustitutos de los incondicionales de Videgaray y deja pasar más tiempo para sustituir a Miranda en Segob.
Debe ponerse atención ahora en el papel que desempeñe, por primera vez como titular de algo Luis Miranda, el problema no radica en su eficiencia sino en la instrumentación que pueda operar en su tarea. Miranda es el obediente por antonomasia, no decide ni el color de su corbata.
Ahora, la otra aventura retórica de Osorio Chong ocurrió al negar que existan fracturas en el gabinete del presidente Enrique Peña Nieto, a propósito de la renuncia, de Luis Videgaray, quien en realidad hacía las veces de vicepresidente sin cartera.
El discurso del secretario de Gobernación camina por el filo de la navaja. La realidad cotidiana, la que se percibe en los bolsillos de los mexicanos de todas las clases, no puede disimularse con un discurso alejado de la verdad.
Ya bastante alejados del pueblo están los funcionarios públicos como para intentar alejarlos ahora de la verdad. Es tiempo de regresar a revisar las funciones cada funcionario público, de cada secretario de Estado, sus atribuciones han sido traslapadas por la urgencia de salvar un prestigio extraviado, descuidado e inexistente.
Ahora las tareas de un buen secretario de Gobernación están en la búsqueda de los equilibrios, que son los que menos existen en este momento, en este país.