La vida como es…

Tiempo pasado

Tiempo pasado
Entretenimiento
Abril 06, 2017 19:26 hrs.
Entretenimiento ›
Octavio Raziel › diarioalmomento.com

Los pájaros copulan en un segundo (*)

Nunca te preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor, pues ésa no es una pregunta inteligente. (Eclesiastés 7:10)
Uno de los síntomas de la vejez es cuando piensas que en tu juventud todo era mejor; añoras esos tiempos, y los de tus padres, y los de tus abuelos; y así, hasta el atrás del atrás.
Pongo sobre el tapete el ayer y el hoy. No estoy seguro que los tiempos pasados fueran mejores. Cierto que me dejaron sabores de felicidad variados; sin embargo, mi presente es tan bueno o tan malo como el pasado que me dejó experiencias de errores y aciertos.
Si nos centramos en nuestro país, las encuestas dicen que cada año somos menos felices; ocupamos ya el escaño número 25 entre los 150 países encuestados por el Programa de desarrollo de las Naciones Unidas.
Pero, ¿De veras fueron mejores los tiempos pasados?
No me gustaría vivir con los egipcios pues tal vez me tocaría empujar una gran piedra para construirle su tumba al faraón; tampoco ser un esclavo amerindio en las encomiendas; ni sufrir los pogromos de la Rusia zarista, ni viajar como una res en un tren rumbo a Dachau, Auschwitz o Treblinka.
Pese a todo lo malo que existe, vivimos uno de los mejores momentos de la historia. La ciencia y la tecnología nos asombran diariamente. Hay una vivencia de felicidad invisible.
Tenemos a nuestra disposición cosas que no soñaron nuestros padres o abuelos. Millones de mexicanos no conocían siquiera la capital de su estado por la falta de vías de comunicación; muchos de ellos carecieron de agua potable o electricidad para su casa; no había la señal de ondas de radio o televisión; tampoco libros de texto en lugares apartados del país.
El pueblo, en general, viste y come. Los sistemas de salud, en todos los niveles ha mejorado, y la edad promedio del mexicano llega casi a los 78 años, cuando hace no mucho a una persona de 35 le revoloteaban los buitres sobre la cabeza. Los transportes terrestres los llevan a lugares que antes sólo era posible alcanzar a caballo o a pie. Millones de teléfonos celulares les mantienen informados sobre su familia o amigos que se encuentran a cientos de kilómetros; inclusive en el extranjero.
Que hay pobreza y que el índice de felicidad no les ha tomado en cuenta en las encuestas internacionales; claro. Que la delincuencia, por incultura o falta de empleo se ha incrementado, no lo dudo. Que los organismos internacionales manejan la educación nacional para crear seres manipulables que sólo accedan a puestos de segunda o tercera; cierto. Que vivimos en un Estado fallido, también. Que la corrupción, el cinismo y la injusticia se han enseñoreado en México; sin duda alguna. Hay una larga lista de asegunes que no podemos ocultar.
Si me preguntan si extraño correr en calles libres de automóviles, seguras, sin contaminación; a mis amigos, a mis padres o abuelos; las visitas al rancho donde la comida tenía otro sabor, les contesto afirmativamente. Cuando escucho una melodía o me llega un aroma me remiten a otra época en que lindé con la felicidad. Sí, todo eso, y muchas cosas más, añoro. Pero todo eso no significa que los tiempos pasados fueran mejores.


(*) ¿Por qué inicié este escrito con una apreciación ornitológica?
Fue sólo un breviario cultural.

Ver nota completa...

Suscríbete

Recibe en tu correo la información más relevante una vez al mes y las noticias más impactantes al momento.

Recibe solo las noticias más impactantes en el momento preciso.

Tiempo pasado

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.