Con venas de plata, este Pueblo Mágico tiene otros tesoros para mostrar a los viajeros
Falta poco para Semana Santa. ¿Ya sabes dónde irás? Puedes considerar a Taxco, donde las paredes blancas rematadas por tejas rojas flanquean las calles empedradas del más mágico de los Pueblos Mágicos.
Taxco ha ganado fama entre el turismo nacional e internacional por sus marchas de penitentes y flagelantes, celebraciones que podrían ser de las más antiguas en México, y por las minas de plata.
México, actualmente, es el primer productor de plata del mundo y, por el momento, la llegada de extranjeros es uno de los puntos más brillantes en la economía.
Fue Hernán Cortés quien en sus Cartas de Relación daba cuenta de que la nueva colonia era rica en plata.
Más tarde, la primera fundición se realizaría en la Hacienda del Chorrillo.
Pronto se encontró plata en todo lo que entonces se llamaba Nueva España y Taxco bien pudo haber sido olvidado de no ser por un hombre llamado José de la Borda, quien se convirtió en uno de los más acaudalados del siglo 18. Y mostró su gratitud financiando la construcción del Templo de Santa Prisca, el monumento más famoso de Taxco.
"Dios da a Borda y Borda le da a Dios", declaró Borda.
La plata pagó por los tesoros enviados a través del Océano Pacífico hasta el Océano Atlántico a bordo de la Nao de China y hasta Europa. Aquí se tenía comercio internacional desde temprano en pleno apogeo.
La Independencia y la Revolución casi destruyeron la minería de Taxco, pero, hacia 1930, un artista estadounidense de nombre William Spratling llegó al pueblo cuando estaban vendiendo plata por centavos. Spratling decidió quedarse y comenzó a diseñar prendas.
El momento resultó ideal. Alrededor de ese tiempo, Jimmy Dubin (pionero de la hotelería nacional) había empezado a transportar pasajeros que habían llegado por barco a Acapulco hacia las frescas montañas y luego hacia la Ciudad de México.
Era un viaje largo, pero sus clientes podían descansar una noche en Taxco y adquirir los diseños en plata de Spratling.
Dubin abrió los hoteles Victoria (a donde Diego Riviera y Frida Kahlo invitaron a León Trotsky), el Santa Prisca y El Borda (donde se hospedaron John y Jackie Kennedy durante su luna de miel en México). Marilyn Monroe, en los años 60, ocupó esa misma suite, supuestamente sin compañía.
También llegaron la Posada de la Misión, famosa por su mural de Juan O’Gorman, y la Hacienda del Chorrillo (casi destruida durante la Revolución), que los estadounidenses Juan y Esther Sullivan convirtieron en uno de los primeros alojamientos boutique de México.
Eventualmente, el aire acondicionado hizo a Acapulco un paraíso para los viajeros y Dubin abrió también un hotel ahí.
Pero los hoteles de Taxco llegaron primero y este destino podría reclamar el título de primer destino turístico internacional de México.
Desde entonces los tiempos han cambiado.
El Chorrillo funciona ahora como una escuela de arte y llegan pocos turistas internacionales por barco a Acapulco.
Una vez que el puerto empezó a recibir vuelos internacionales, había menos interés en llegar por carretera a la Ciudad de México e interrumpir el camino pasando una noche en Taxco.
Luego, como Cancún y Puerto Vallarta comenzaron a prosperar, hubo aún menos interés en Acapulco.
Ahora, con el costoso dólar haciendo las vacaciones internacionales poco atractivas para los mexicanos, puede ser el momento perfecto para redescubrir este Pueblo Mágico.
Y ningún tiempo podría ser mejor que Semana Santa.
Las actividades inician con el Domingo de Ramos, continúan el lunes con la Procesión de las Vírgenes y con penitentes que se presentan como ánimas con cadenas atadas a los pies en la Procesión del Martes Santo.
Luego, los Encruzados con rollos de zarzales con espinas aparecen en la Procesión del Miércoles Santo y los Flagelantes lo hacen a partir de la Magna Procesión de los Cristos del Jueves Santo (en donde se presentan todas las variantes de penitencias mencionadas).
La Procesión del Silencio del Viernes Santo, a medianoche, es la más emotiva de todas.
El Sábado de Gloria, la ciudad permanece en silencio en demostración de luto y el Domingo de Resurrección se realiza una última procesión.
Una semana que muestra una estremecedora devoción.
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