Todo sube, nada baja

Marchas vienen, marchas van y la gasolina sigue igual, así que los pobres sólo tienen que apechugar, porque la repercusión del aumento al combustible seguirá incrementando bienes y servicios.
Los partidos políticos en su deseo de jalar a su corral a los ciudadanos molestos e iracundos por el incremento que se ha dado y que seguirá en febrero a la gasolina, al gas y al diésel, hacen llamados a trabajar unidos para que se derogue el aumento, pero eso no es posible.
Por ejemplo, el PRD que organizó su protesta en el monumento a la Revolución, pide que se amparen en lo individual o lo colectivo para que se eche atrás el ’gasolinazo’. La presidenta del PRD, Alejandra Barrales, señaló ’qué si nos quedamos callados, nos van a volver a aplicar un nuevo aumento.
Y luego, en su primer discurso masivo, como presidenta del partido dijo: ’vamos a cerrar filas a favor de la gente. Queremos apoyarla’. Sin embargo, no dijo cómo la van a ayudar. ¿Le darán dinero para su manutención? ¿O regalarán despensas, como si estuvieran en campaña?
El PAN, por su parte, a través de su presidente, Ricardo Anaya, dio a conocer que con el aumento a la gasolina, impactará en el precio de las mercancías. ¡Oh, gran descubrimiento!
’Esta mala decisión del gobierno, dijo, compromete severamente el día a día de muchos mexicanos’. ¡Asombra su sabiduría!
Y para que vean que está enterado, reveló que ya aumentaron las tarifas del transporte público en diversas partes del país. Nuevamente pone de manifiesto su sabiduría, dijo que este aumento es muy grave porque las familias de menores recursos son las que destinan la mayor parte de sus ingresos al transporte.
Y como el incremento a los combustibles no tiene remedio, funcionarios de diversas dependencias y senadores y diputados y acordaron reducir el 10 por ciento de sus salarios, aunque en esta columna señalamos que la rebaja a los salarios fuera del 50 por ciento, pero algo es algo, porque ganan casi 150 mil pesos mensuales.
Sea como fuere, los comestibles ya aumentaron de precio. El kilo de tortilla subió de 12 a 14 pesos y el huevo, las verduras y la fruta, también ya cuestan más.
Y el colmo de esta escalada de precios es que la aplicación de los sacramentos en la iglesia, ¡Ya subieron de precio ¡las bodas, quince años, bautizos y primeras comuniones ya cuestan más a los fieles, según al templo que acudan!
Empero, como las marchas van a continuar con todo y sus escándalos, los precios seguirán hacia arriba, igual que la gasolina, porque marchas y marchas van, el gobierno sigue siendo el rey.
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