Trump yAyotzingo

Así como involuntariamente el gobierno federal contribuyó con su visita a México a que Donald Trump se posicionara mejor en las encuestas de intención del voto, así el agridulce candidato republicano ayudó, involuntariamente al gobierno federal de México a distraer la atención pública sobre el problema mayor del 26 de septiembre. Dos años de Ayotzinapa sin respuesta sobre el paradero de 43 jóvenes.
A la misma hora que los manifestantes comenzaron a avanzar hacia el zócalo los canales de televisión abierta y los noticiarios de cable, redoblaron sus anuncios sobre la transmisión en vivo y en español del debate entre los candidatos a la Presidencia de la República de Estados Unidos.
Las noticas de la noche dieron una amplia cobertura a la transmisión del debate entre Donad Trump y Hillary Clinton, a la marcha que conmemora los dos años de la desaparición de los estudiantes sólo unos minutos. No es importante el dolor de la población ante el espectáculo que ya comienzan a imitar los políticos mexicanos: el espectáculo de la política a través de los medios, lo cual la hace inalcanzable, porque al estar del otro lado del televisor, la distancia crece. La televisión es la única ventana por donde el mundo estadounidense puede asomarse sorprendiendo a los mexicanos en el más amplio sentido de la palabra.
Son 730 días que cada instante se renueva la esperanza y la asesina la angustia. Pero el poder es indiferente a la tragedia de la población. Lejos de sumarse a la búsqueda encuentran siempre la mejor manera de criminalizar la derrota de quienes consideran disidentes.
A la mañana siguiente los diarios destacaron en primera plana el debate de los candidatos a la presidencia del vecino del norte. La noticia sobre la marcha que desde hace dos años exige encontrar aunque sean los restos de los estudiantes se fue a interiores.
El PRD, partido al que Mancera Espinosa insiste en hacer ver como una organización de izquierda, se unió a los partidos PRI, PVEM y PES para bloquear de manera formal las investigaciones sobre el caso Ayotzinapa y limitarlas a ’la atención a las víctimas’.
La Junta de Coordinación Política, que preside ahora el PRD, presentó un punto de acuerdo propuesto por el PRI y avalado por el PVEM, PES y PRD, para cambiar el objetivo de la comisión del caso Iguala. Así, el PRI pidió cambiar el ’objetivo’ con el argumento de la desintegración del GIEI, consideración que fue respaldada por sus aliados tradicionales, el Verde y el PES, con la novedad que a éstos se sumó el PRD. Ahora de un plumazo se establece ’ya no dar seguimiento al GIEI’, sino ’dar a las obligaciones del Estado mexicano, en particular a la atención de víctimas’.
Con ello no sólo acotan a la segunda comisión para el caso Ayotzinapa, sino que a dos años de la desaparición forzada de los 43 estudiantes, el PRI ’le cedió’ su lugar al PVEM para que presida el segundo año de dicha comisión, su incondicional, pero al mismo tiempo un partido que no representa a nadie más que a los intereses propios de una familia que se adhiere al partido que está en el poder como la única manera de mantener su registro como partido político.
Ahora, el PAN se coloca más en el centro que el propio PRD, convertido en un partido de ultraderecha, igual que el PRI y sus satélites, su coordinador parlamentario, Marko Cortés, cuestionó que el gobierno federal no haya sido capaz de dar con el paradero de los 43 normalistas y que fraguara una ’verdad histórica’ que se desmorona.
El PRD no sólo ha dejado de ser un partido de izquierda sino también de oposición y determinaciones parlamentarias como ésta lo confirman.
El espectáculo televisivo sirvió para que se abandonara poco a poco la búsqueda a través de la transformación de comisiones legislativas. Ya habían criminalizado a las víctimas y restado espacios informativos. Sólo faltaba que Trump y Clinton realizaran su comedia para enterrar cualquier compromiso oficial de búsqueda de los 43 desaparecidos.