Videgaray, el sabio

Cuando no tener pensamiento propio se convierte en un conflicto social, deben retomarse las percepciones de su realidad más profunda.
Igual sucede cuando no se cuenta con un equipo donde cada uno de los funcionarios públicos sea un experto en su actividad se debe mantener un mínimo ejercicio de autocrítica. Pero cuando se carece de una manera propia de realizar su trabajo debe entenderse que no toda ocurrencia es una idea ni toda propuesta es acertada.
Como digno representante del ITAM, Luis Videgaray, no podría explicar con fundamentos sólidos la ocurrencia de invitar al candidato republicano a la presidencia del vecino país del norte a México. Recordemos las palabras del El rector del ITAM, Arturo Fernández, quien aseguró que Morena representa ’un riesgo para el país’.
Sólo sirvió para que ése personajes colocara a Enrique peña Nieto como un patiño en la televisión estadounidense y muchos de los detractores de Trump, le dieran la razón luego de su visita a México.
Los secretarios encargados de la política externa y externa de México se indignaron ante tal propuesta que tiene su origen en el servilismo, que impulsan universidades privadas en nuestro país, donde el capital está por encima de la dignidad y la congruencia. Se dice que Osorio y Ruiz Massieu presentaron su renuncia. De paso el PRI se queda cada día con menos votos ante tal secuela de errores y descalabros que los funcionarios públicos exhiben incansablemente.
Pero el problema aquí es que para ver claramente la realidad de México el propio jefe del Ejecutivo se convirtió en el principal distractor.
Si bien mucho de lo deteriorado de la imagen de la administración pública actual tiene como su principal protagonista al jefe del ejecutivo, traspasar esas anécdotas suele ser imposible ante lo saturado de símbolos que tiene cada una de esas acciones. Es decir, el protagonista distare la atención de la historia, del suceso, del desafortunado evento, dejando en lo casual y cómico lo que puede convertirse en un conflicto estructural de inimaginables consecuencias.
La actuación del Ejecutivo es ahora el eje de la imagen de la administración pública, pero las repercusiones de la ineficiencia de su administración pública no es reconocida ni analizada ante la multitud de anécdotas que se quedan en el intento de trascender a partir de las múltiples interpretaciones que se les da a hechos que bien pueden ser sólo la puerta para análisis más profundos y compromisos sociales más organizados por parte de la población.
Sobre todo las anécdotas protagonizadas por los más altos jerarcas de la política en México detienen el avance de inconformidad social para crear conciencia a través de un análisis, simplemente se desata una serie de chistes que dejan a medio camino el intento de la toma de conciencia sobre la verdadera realidad de México.
La válvula de escape que representan los chistes, los memes, las sátiras detienen el avance de la conciencia y sobre todo, de la acción para actuar en consecuencia de una política errada y que de tener, desde ahora y no hasta que haya elecciones, una repuesta contundente de la población.
Ver cómo un secretario de Despacho sacrifica coherencia, protocolos, hace a un lado a la secretaria de Relaciones Exteriores y al de Gobernación, para que los mercados responsan positivamente ante la visita de Trump, nos habla del imperio del capital especulativo más amañado y mercenario. ¿De qué le sirve a la mayoría de los mexicanos que los mercados respondan? Lo que sucede es que en Hacienda ya no pueden sostener el peso a ese nivel, deben otorgarle su verdadero valor que rebasa con mucho los 22 pesos.
El jefe de la oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, y el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Paulo Carreño King, organizaron la visita de Trump a México, que sólo sirvió para que el candidato demócrata enriqueciera su discurso agresivo contra los mexicanos.
Así Videgaray, se convierte en el mejor asesor de Peña Nieto, condición que explica pero no justifica tantas anécdotas desafortunadas.