Opinión
Leoncio Castrejón Salgado
El uno de diciembre del 2015, en sesión ordinaria los diputados locales de Guerrero, aprobaron la relación de 14 aspirantes que según ellos, podrían encabezar la Fiscalía General del Estado de Guerrero (FGE) de la entidad por cumplir con los requisitos y perfil. La aprobación fue de 40 votos a favor de la lista y seis en contra. Esa lista la envió al gobernador Héctor Astudillo para que éste, regresara una terna y esta fuera votada en el Congreso.
De entre esa lista salió vencedor o nombrado por el Congreso local el abogado penalista Xavier Olea Peláez Silva, a quien usted recordará, asumió la defensa legal de Raúl Salinas de Gortari (hermano del expresidente Carlos Salinas de Gortari), arrestado por los cargos de asesinato y enriquecimiento ilícito en marzo de 1995; del ex alcalde de Tlapa, el priista Willy Reyes Ramos, a quien cuatro años atrás (2011), se le responsabilizó del asesinato del diputado federal Moisés Villanueva de la Luz. También al abogado Olea Peláez, se le recuerda por la defensa del obispo titular de la Diócesis de Ecatepec en el Estado de México, Onésimo Cepeda Silva, cuando en 2011 la empresa Arthinia Internacional SA, acusó al prelado por presunto fraude procesal de 130 millones de dólares. Por citar tan solo algunos casos.
En esa sesión del legislativo local, integrantes de la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano, rechazó particularmente la propuesta del abogado Xavier Olea Peláez Silva.
Una vez que el abogado Xavier Olea, empezó a despachar en la Fiscalía General del Estado, se dio cuenta que la situación era mucho más complicada y compleja de lo que se alcanzaba a ver desde fuera o desde el ruedo.
Coincidencia o no, su estancia en el cargo se desarrolló de manera paralela con una serie de acontecimientos en Guerrero que la verdad ya nadie quería estar en los zapatos del Fiscal Olea. Los acontecimientos en la procuración de justicia parecían no tener solución y así se fue enrareciendo el ambiente en la entidad.
Hubo momentos en que las circunstancias parecían darle duro y tupido al Fiscal Olea, y que de un momento a otro el gobernador lo relevaría del puesto. Sin embargo el gobernador lo sostuvo hasta donde humana y políticamente le fue posible. Sin embargo las condiciones y momentos en el país son de revuelta electoral, por ello, se dice que la instrucción vino desde los pinos. Remover al fiscal y no dar cabida a la oposición política para ser blanco de críticas y señalamientos hacia el fiscal de manera innecesaria. Por ello, y a tiempo, le anunciaron que sería removido por causales obvias.
Y bueno, ya en estos casos todos sabemos que la diplomacia es y seguirá siendo eso, decir las cosas de manera suave, firme y contundente. De ahí lo conocido e instruido: ’…el fiscal renuncia por causas estrictamente personales…’
Lo demás juzgue usted estimado lector.
Mientras tanto…’ Que tenga usted, un excelente fin de semana’
