’ Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición ’


Debemos manifestar la bondad de la creación divina

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’ Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición ’
Religión
Febrero 08, 2021 20:37 hrs.
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La Palabra de Dios

Martes 9 de febrero, 2021

Primera Lectura
Gn 1, 20–2, 4
Dijo Dios: ’Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes y revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo’. Creó Dios los grandes animales marinos y los vivientes que en el agua se deslizan y la pueblan, según su especie. Creó también el mundo de las aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno y los bendijo, diciendo: ’Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra’. Fue la tarde y la mañana del quinto día.

Dijo Dios: ’Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras, según sus especies’. Y así fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada uno según su especie. Y vio Dios que era bueno.

Dijo Dios: ’Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra’.

Y creó Dios al hombre a su imagen;
a imagen suya lo creó;
hombre y mujer los creó.

Y los bendijo Dios y les dijo: ’Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra’.

Y dijo Dios: ’He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas’. Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto día.

Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos, y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había hecho. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque ese día cesó de trabajar en la creación del universo.

Ésta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Salmo 8, 4-5. 6-7. 8-9
R. (2a) ¡Que admirable, Señor, es tu poder!
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos,
la luna y las estrellas, que has creado, me pregunto:
¿Qué es el hombre, para que de él te acuerde;
ese pobre ser humano, para que de él te preocupes?
R. ¡Que admirable, Señor, es tu poder!
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
y todo lo sometiste bajo sus pies.
R. ¡Que admirable, Señor, es tu poder!
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas,
todos los animales salvajes,
las aves del cielo y los peces del mar,
que recorren los caminos de las aguas.
R. ¡Que admirable, Señor, es tu poder!

Aclamación antes del Evangelio
Salmo 118, 36. 29
R. Aleluya, aleluya.
Inclina, Dios mío, mi corazón a tus preceptos
y dame la gracia de cumplir tu voluntad.
R. Aleluya.

Evangelio
Mc 7, 1-13
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas, venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: ’¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?’ (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).

Jesús les contestó: ’¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres’.

Después añadió: ’De veras son ustedes muy hábiles para violar el mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre. El que maldiga a su padre o a su madre, morirá. Pero ustedes dicen: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Todo aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para el templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre’. Así anulan la palabra de Dios con esa tradición que se han transmitido. Y hacen muchas cosas semejantes a ésta’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

Debemos manifestar la bondad de la creación divina
Somos creaturas de Dios y transitamos este mundo como peregrinos del mismo. Pero nuestro destino tiene una dimensión diferente de las criaturas y realidades que nos rodean. Cuando el autor del primer texto de la creación del mundo se cuestiona la naturaleza y fin de todos los seres y habitantes de la tierra, ve la mano de Dios, que con sabiduría y amor va configurando todos los entes que habitan nuestra realidad cósmica. Su relato repasa las diferentes entidades y especies, que día a día, Dios ha ido constituyendo para completar el universo. El firmamento, los mares, las hierbas, el sol y las estrellas, los peces y monstruos marinos…. todo está bien. Y reciben la bendición de Dios. Pero Dios se plantea crear al hombre a su imagen y semejanza. Hombre y mujer, los creó, y les da una identidad específica a imagen suya. Esta relación con Dios separa al hombre de los animales. Gozan de un parecido en inteligencia, voluntad, y poder con Dios, que les da prioridad sobre todo lo creado. Y concluye el relato con la consagración del séptimo día, el día del Señor, donde toda la creación glorifica a Dios y da gracias por su gratuita entrega creadora. Esta reflexión originaria debe hacernos reflexionar sobre nuestra dependencia de Dios y nuestra vocación como garantes de esa creación ’que era buena’. El papa Francisco nos hace una seria advertencia en la ’Laudato si’ para que no perdamos de vista nuestra obligación de respetar esta naturaleza bien construida por Dios, para mantener un equilibrio y disfrute de todas las creaturas que participamos en este mundo, y nos invita a promover una ecología inclusiva, que haga posible la supervivencia de los pueblos y las personas.

Dejáis a un lado el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición
Jesús nos llama también a mantener una alabanza y celebración verdadera del amor del Padre. El culto que Dios quiere es en verdad y de corazón. Así lo refleja este fragmento de Marcos, cuando unos fariseos le recriminan a Jesús que no amoneste a sus discípulos por no respetar la limpieza ritual del lavado de manos antes de comer. No era a Jesús, pero sí a alguno de sus discípulos. Y Jesús también les recuerda a estos fariseos su dureza de corazón y su hipocresía. Dejáis de lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres. No está en la ley primitiva la limpieza ritual, sino en el Talmud, en la tradición. Y Jesús les recrimina otras prácticas de tradición egoístas como la fórmula ’qorbán’ (don ofrecido a Dios, a través del Templo, para retener la posesión del patrimonio y del dinero propio), y así eludir la atención, el respeto y amor por el padre y la madre, que Dios nos manda. Priorizan enriquecer el culto del Tempo y olvidan el mandamiento de Dios del respeto por los padres. Pero Jesús respeta las leyes mosaicas aunque con su actitud sabe que están llegando a su fin. El verdadero culto no se dará en el Templo, sino que se manifestará en espíritu y verdad. Es lo que Jesús nos pide. Comprometernos con Dios sin miedo, sin mantener parcelas de nuestra vida privada al margen de Dios. ’Ve vende lo que tienes, dalo a los pobres, Ven y Sígueme’. Cuando somos conscientes de que todo lo que tenemos nos viene de Dios, el egoísmo, la usura, acaparar o retener con temor no pueden estar en nuestra identidad. Más bien, la disposición de san Pablo: Todo lo puedo en aquel que me conforta. Un espíritu y un ánimo abierto a la voluntad de Dios y a mirar por las necesidades que Dios nos presenta en nuestras vidas.

Que estemos abiertos a Dios y a cultivar el amor entre los hermanos en la nueva creación.
D. Oscar Salazar, O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de San Martín de Porres (Madrid)

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