’ Donde está tu tesoro allí estará tu corazón ’



No acumulen ustedes tesoros en la tierra

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’ Donde está tu tesoro allí estará tu corazón ’
Religión
Junio 17, 2021 23:29 hrs.
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La Palabra de Dios

Viernes 18 junio 2021

Primera Lectura
2 Cor 11, 18. 21-30
Hermanos: Ya que otros presumen de cosas humanas, yo también voy a presumir de ellas. Porque de cualquier cosa que alguien presume, aunque sea una insensatez lo que digo, también yo puedo presumir.

¿Ellos presumen de que son hebreos? Yo también lo soy. ¿De que son israelitas? Yo también lo soy. ¿De que son descendientes de Abraham? Yo también lo soy. ¿De que sirven a Cristo? Es una locura decirlo, pero yo lo sirvo más: yo les gano en fatigas y cárceles; y les gano por mucho en azotes y en peligros de muerte.

Cinco veces me han dado los judíos los treinta y nueve azotes. Otras tres veces me han azotado con varas y una vez me han apedreado. He naufragado tres veces y me he pasado un día y una noche perdido en el mar. He viajado sin descanso y me he visto en peligros en los ríos y entre ladrones; peligros por parte de los de mi raza y por parte de los paganos; peligros en las ciudades y en despoblado, en el mar y entre falsos hermanos. He andado muerto de cansancio; he pasado muchas noches sin dormir, con hambre y sed; muchos días sin comer, con frío y sin ropa.

Además de éstas y otras cosas, pesa sobre mí diariamente la preocupación por todas las comunidades cristianas. ¿Quién se enferma en ellas sin que yo no me enferme? ¿Quién cae en pecado sin que yo no me consuma de dolor? Si se trata de presumir, presumiré de mis debilidades.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7
R. (cf 18b) El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Bendeciré al Señor a todas horas,
no cesará mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor,
que se alegre su pueblo al escucharlo. R.
R. El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Proclamemos la grandeza del Señor,
y alabemos todos juntos su poder.
Cuando acudí al Señor, me hizo caso
y me libró de todos mis temores. R.
R. El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Confía en el Señor y saltarás de gusto,
jamás te sentirás decepcionado,
porque el Señor el clamor de los pobres
y los libra de todas sus angustias. R.
R. El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Aclamación antes del Evangelio
Mt 5, 3
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
R. Aleluya.

Evangelio
Mt 6, 19-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ’No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que perforen las paredes y se los roben; porque donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón.

Tus ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus ojos están enfermos, todo tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia oscuridad!’
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

Si hay que gloriarse, me gloriaré de lo que muestra mi debilidad
Hay un tono reticente en Pablo en los versículos previos; no le importa que le consideren loco. Casi es un tono de guasa, de burlona ironía. ¿Acaso la ironía no es, por lo general, burlona? Más vale que te tomen por loco que por un cuerdo con razón lógica y con sentido. Eso es imperdonable. Por eso no duda en hacer su lista de ’locuras’ e insensateces por Cristo. No pretende convencer a nadie, simplemente expone su currículo de dichas y desdichas. Puestos a presumir… yo más, viene a decirles a los corintios como su carta de presentación (aunque es la 2º carta que les escribe) ante aquellos acusadores o dudosos de su capacidad.

Termina muy bien, no sin cierta ironía, ’Si hay que gloriarse de algo, me gloriaré de las cosas que demuestran mi debilidad. Dios sabe que todo lo dicho, es verdad’. Pablo no se anda con tapujos ni medias palabras que le restarían credibilidad. Él va al grano de lo que ha padecido por ser discípulo de Cristo Jesús. Es hombre enérgico, decidido, y sabe de quién se ha fiado.

Pablo es tipo Unamuno que decía: ’Creo en Dios porque creo a Dios’. Para qué más vueltas. Dejémonos de andróminas, que también diría Unamuno. Qué mejor y mayor locura. Salva de tanta sensatez insensata como la negación de Dios o el no sabe, no contesta de los agnósticos a los que les trae (o eso dicen) sin cuidado la cuestión de Dios.

El Señor libra a los justos de sus angustias
Nadie como el Señor para librar de las angustias. Es una invitación a poner la confianza de Dios y experimentar aquello de lo que Él es capaz.

Una alabanza agradecida con firmeza y convicción. ¿Acaso cabe otra? Sí, a veces el espíritu dolorido puede clamar al Señor, pero el justo sabe que solo Él lo libra de sus angustias, aunque haya momentos donde la vivencia no esté tan clara, o se tarde en experimentarlo.

A veces, hay que esperar una vida entera y, mientras, vivir de la esperanza.

No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra
Conocía bien Jesús a su pueblo. Sabía el afán desmedido por las riquezas y la psicología avara del pueblo judío. Sabía de sus refranes y dichos y de esa actitud tan orgullosa de que, considerándose ricos y sanos, era porque habían sido justos y Dios los premiaba.

Jesús insiste en que es en el corazón donde debe acumularse la riqueza interior. Los demás lugares están llenos de polilla que corroe, donde todo se echa a perder o los ladrones acuden porque saben que allí hay acumulado. ¡Ah el ’acumulado’ de las cuentas personales, comunitarias o empresariales!

Donde está la riqueza dice que está el corazón, no dice está tu perdición; pero sabe que es así.

Bonito final del texto para invitar a tener la mirada limpia, diáfana, transparente, por donde entra la luz y, claro, por donde también sale de dentro. Bien sabía que la cara es el espejo del alma y que el alma se escapa por la mirada.

Lo sabemos bien, hay rostros que callando lo dicen todo, mirando se les ve el fondo del alma. Los retorcidos lo acompañan con una torva mirada, con una sonrisa cínica. Los buenos miran de frente, sonríen con franqueza, todo en ellos es luminoso, verdadero y eso los hace libres. ¿Libres? ¿para qué? Dirán algunos.

Cada uno sabemos ver, mirar, leer en el fondo del alma y, cada uno, sabemos bien cómo y cúando queremos ser rostros y miradas de luz para los demás. De no querer serlo, mejor cerrar los ojos y no ser descubiertos, pero, ¿para vivir así…? Qué pena.

’Y si la luz que hay en ti resulta ser oscuridad, ¡qué negra no será la propia oscuridad!’ termina diciendo Jesús. Qué buen observador. Qué sabio. Así terminó Él: ahogado por la oscuridad de los cínicos, oportunistas y aduladores ante el César y sus representantes.

No han cambiado mucho las cosas, quizá hayan ido a peor, por muy justas que parezcan las leyes y derechos humanos.

Fr. José Antonio Solórzano Pérez O.P.
Casa San Alberto Magno (Madrid)

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