’ Haz eso y vivirás ’


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’ Haz eso y vivirás ’
Religión
Octubre 03, 2021 19:58 hrs.
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Memoria de San Francisco de Asís

O4 octubre 2021

La Palabra de Dios

Primera Lectura
Jon 1, 1–2, 1. 11
El Señor le dirigió la palabra a Jonás, hijo de Amitay, y le dijo: ’Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predica en ella que su maldad ha llegado hasta mí’.

Se levantó Jonás para huir a Tarsis, lejos del Señor, y llegó a Jafa, donde encontró un barco que salía para Tarsis; pagó su pasaje y se embarcó para dirigirse a Tarsis, lejos del Señor.

Pero el Señor desencadenó un gran viento sobre el mar y provocó una tormenta tan fuerte, que el barco estaba a punto de naufragar. Los marineros tuvieron miedo y se pusieron a invocar cada uno a su dios. Luego echaron al mar la carga para aligerar la nave.

Mientras tanto, Jonás había bajado al fondo del barco, se había acostado y dormía profundamente. El capitán se le acercó y le dijo: ’¿Qué haces aquí dormido? Levántate e invoca a tu Dios, a ver si él se compadece de nosotros y no perecemos’.

Luego se dijeron unos a otros: ’Echemos suertes para ver quién tiene la culpa de esta desgracia’. Echaron suertes y le tocó a Jonás. Entonces le dijeron: ’Dinos por qué nos ha sobrevenido esta desgracia, cuál es tu oficio, de dónde vienes, cuál es tu país y de qué pueblo eres’.

Él les respondió: ’Soy hebreo y adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra’. Entonces aquellos hombres tuvieron mucho miedo y le dijeron: ’¿Por qué has hecho esto?’ Pues él acababa de decirles que iba huyendo del Señor. Y como el mar seguía encrespándose, le preguntaron: ’¿Qué hemos de hacer contigo para que el mar se calme?’ El les respondió: ’Levántenme y arrójenme al mar, y el mar se calmará, pues sé que por mi culpa les ha sobrevenido esta tormenta tan fuerte’.

Los hombres se pusieron a remar para alcanzar la costa, pero no pudieron, porque el mar seguía encrespándose en torno a ellos. Entonces invocaron al Señor, diciendo: ’Señor, no nos hagas morir por culpa de este hombre ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente, ya que es clara tu voluntad’.

Entonces levantaron a Jonás y lo arrojaron al mar y el mar calmó su furia. Y aquellos hombres temieron mucho al Señor; le ofrecieron un sacrificio y le hicieron promesas.

Dispuso el Señor que una ballena se tragara a Jonás, el cual estuvo en el vientre de la ballena tres días y tres noches. Entonces el Señor le ordenó a la ballena que vomitara a Jonás en tierra firme.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Jonás 2, 3. 4. 5. 8
R. (7c) En el peligro grité al Señor y me atendió.
En el peligro gríte al Señor y me atendió.
Desde el vientre del abismo te pedí auxilio
y me escuchaste. R.
R. En el peligro grité al Señor y me atendió.
Me habías arrojado al fondo, en alta mar,
me rodeaba la corriente,
tus torrentes y tus olas me arrollaban.
R. En el peligro grité al Señor y me atendió.
Entonces pensé:
’Me has arrojado de tu presencia;
¿quién pudiera ver otra vez tu santo templo?’
R. En el peligro grité al Señor y me atendió.
Cuando se me acababan las fuerzas,
invoqué al Señor
y llegó hasta ti mi oración, hasta tu santo templo.
R. En el peligro grité al Señor y me atendió.

Aclamación antes del Evangelio
Jn 13, 34
R. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor,
que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
R. Aleluya.

Evangelio
Lc 10, 25-37
En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: ’Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?’ Jesús le dijo: ’¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?’ El doctor de la ley contestó: ’Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo’. Jesús le dijo: ’Has contestado bien; si haces eso, vivirás’.

El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: ’¿Y quién es mi prójimo?’ Jesús le dijo: ’Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: ‘Cuida de él y lo que gastes de más, te lo pagaré a mi regreso’.

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?’’ El doctor de la ley le respondió: ’El que tuvo compasión de él’. Entonces Jesús le dijo: ’Anda y haz tú lo mismo’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

Hoy, en la iglesia católica celebramos uno de los santos más conocidos mundialmente. Al iniciar el comentario a las lecturas de la Eucaristía y pensar sobre su vida, recordé algo que hace un tiempo leí en su relación con santo Domingo:

’…estando Domingo en la iglesia de Roma, coincidió con Francisco en misa. Los dos se abrazaron y besaron, y Domingo le dijo: ‘Tú eres mi compañero; conmigo recorrerás el mundo. Establezcamos entre nosotros un compromiso de colaboración. Seamos fieles a Cristo, y no habrá adversario que pueda vencernos.’

De allí data la tradición de que, en la fiesta de San Francisco, los dominicos se reúnen con ellos y celebran la Eucaristía, y de la misma manera, los hermanos Franciscanos en la fiesta de Santo Domingo.’

Los hijos espirituales de ambos, asumieron que la amistad entre los dos santos, significaba la unión fraternal de ambas órdenes religiosas.(J. Salvador Hernández. C. O.P)

Levántate, vete a Nínive y predica…
Cierto día, la vida de Jonás dio un giro inesperado: recibió un encargo divino que le pareció extremadamente difícil de llevarlo a cabo. Casi imposible.

Había una gran ciudad en Asiria llamada Nínive. La gente de Nínive se había pervertido, así que Dios decidió destruir tal ciudad. Pero, siendo Dios amor, (1ªJn 4:8) ¿cómo iba a hacer eso? Así que mandó a Jonás a advertir a la gente de Nínive de la sentencia divina, invitándoles al arrepentimiento, a una conversión de vida, para obtener la misericordia y perdón divino (Jon 1).

Pensaríamos que este profeta hubiera obedecido rápidamente a Dios, pero Jonás no lo hizo. Se levanto y tomó un barco que partía para Tarsis con el fin de huir de la presencia y mandamiento de Dios. Es obvio que Jonás no tenía la más mínima intención de cumplir la orden de Dios. (Jon 1,3) Jonás no quería llevar ningún mensaje de arrepentimiento a Nínive, no quería darles esperanza, ya que él pensaba que tal pueblo malo merecía ser destruido sin advertencia ni consideración.

Al ser humano le cuesta entrar en la lógica de Dios. A menudo quiere, queremos aplicar los conceptos de justicia, perdón…según nuestra capacidad humana, afectada por rigideces, terquedades, falso perfeccionismo, superioridad. Jonás quiere enseñar a Dios cómo se debe hacer las cosas, lo mandado le parece un absurdo. Esta claro que Jonás no comprendía demasiado bien la gratuidad de la gracia. No cabía en su pensamiento que él mismo merecía el mismo juicio que los ninivitas, que era tan pecador como las personas a las que era enviado. No entendía que ’los caminos de Dios no son nuestros caminos’, son mejores, incluso cuando no los comprendemos.

Debido a la desobediencia de Jonás, una gran tormenta se levantó en medio del mar, tanto que el capitán del barco no pudo controlarlo. Temiendo a la muerte, todos en el barco comenzaron a clamar a sus dioses, excepto Jonás, que en la bodega del barco permanece dormido. Pero Dios tiene otros planes para él. Jonás reconoce su culpa (V.12) y Dios se apresta a hacer algo para que Jonás lleve a cabo la misión encomendada. (V.2)

Nos podemos preguntar: ¿qué de lejos estamos nosotros del comportamiento de Jonás? ¿Qué nos está enseñando Dios a través de la vida de Jonás? Podemos orar con una súplica. Jon 2,3-10

Has respondido correctamente. Haz eso y vivirás
El texto de Lucas que hemos escuchado hoy, comienza señalando la verdadera intención de ese maestro de la ley. Era muy común que intentarán poner en aprietos al abordar a Jesús. Esperar y ver como era su respuesta, ¿sería un verdadero Rabí? ¿O un embaucador?

En este caso podemos apreciar la forma magistral con la que Jesús, responde. El maestro de la ley le hace la primera pregunta y se queda a la escucha. Jesús va a utilizar una metodología curiosa, (nuestro refranero también la conoce…) le responde formulando otra pregunta y se queda esperando y a la escucha de su interlocutor. Jesús afirma lo correcto de la respuesta y, con una pequeña frase: ’Haz eso y vivirás’,da por concluido el dialogo.

Sin embargo, el maestro de la ley hace la pregunta, no para entender mejor, sino para ganar ventaja sobre Jesús y el resultado no pudo ser más desastroso. Jesús le remite a su propia conciencia y conocimiento de la ley. Es como si le hubiera dicho: Ahí, encontrara todo. ¿No eres tú el experto?

El maestro, actúa como un hábil interlocutor que quiere sacar puntos en el debate, de ahí, la 2ª pregunta formulada: ’¿Y quién es mi prójimo?Ante esta pregunta, Jesús les narra una historia apasionante, quiere mantener la atención de sus oyentes, que esperen el desenlace final. El maestro de la ley no se imagina cuan lejos va a llevar Jesús la definición de prójimo.

Hemos escuchado la parábola, y no desearía que hoy nos distrajera la explicación de todos los personajes y del porqué actuaron de tal forma en esta historia. A veces podemos dar por buenas ciertas escusas en el actuar, intentemos no caer en ellas. Hoy, en mi situación concreta: ¿quién es nuestro prójimo?

En resumen, es toda persona que necesite nuestra ayuda, comprensión, agradecimiento y colaboración. Quedémonos con la respuesta correcta a la última pregunta de Jesús y el envío que Él nos hace: ’Vete y haz tu lo mismo’.

Hna. Virgilia León Garrido O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo

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