’ Jamás ha hablado nadie como ese hombre ’


"¿También vosotros os habéis dejado embaucar?"

| | Desde guerrerohabla.com
’ Jamás ha hablado nadie como ese hombre ’
Religión
Marzo 27, 2020 22:05 hrs.
Religión ›
Agencia de noticias Plata Pura › guerrerohabla.com


La Palabra de Dios

Sábado 28 de marzo 2020


Primera lectura
Jer 11, 18-20
En aquel tiempo, dijo Jeremías: ’El Señor me instruyó y yo comprendí; él me explicó lo que hacían. Yo era como un manso cordero que es llevado a degollar, y no sabía lo que tramaban contra mí, diciendo: ‘Talemos el árbol en su pleno vigor, arranquémoslo de la tierra de los vivos y que su nombre no se pronuncie más’.

Ahora tú, Señor de los ejércitos, justo juez,
que sondeas lo más íntimo del corazón,
haz que yo vea tu venganza contra ellos,
porque a ti he encomendado mi causa’.

Palabra de Dios
Te alabamos, Señor


Salmo Responsorial
Salmo 7, 2-3. 9bc-10. 11-12
R. (2a) En ti, Señor, me refugio.
En ti, Dios mío, me refugio:
de mis perseguidores, sálvame.
No permitas que algunos, como fieras,
me destrocen y nadie me rescate.
R. En ti, Señor, me refugio.
Tú que llegas, Señor, a lo más hondo
del corazón humano,
Tú júzgame, Señor, según mis méritos;
conforme a mi inocencia, da tu fallo.
Apoya al hombre recto,
Pon fin a la maldad de los malvados.
R. En ti, Señor, me refugio.
Tengo mi escudo en Dios,
que salva a los de recto corazón.
Alabaré al Señor por la justicia
y cantaré el nombre del Altísimo.
R. En ti, Señor, me refugio.


Aclamación antes del Evangelio
Cfr Lc 8, 15
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor
con un corazón bueno y sincero,
y perseveran hasta dar fruto.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.


Evangelio
Jn 7, 40-53
En aquel tiempo, algunos de los que habían escuchado a Jesús comenzaron a decir: ’Éste es verdaderamente el profeta’. Otros afirmaban: ’Éste es el Mesías’. Otros, en cambio, decían: ’¿Acaso el Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá de la familia de David, y de Belén, el pueblo de David?’ Así surgió entre la gente una división por causa de Jesús. Algunos querían apoderarse de él, pero nadie le puso la mano encima.

Los guardias del templo, que habían sido enviados para apresar a Jesús, volvieron a donde estaban los sumos sacerdotes y los fariseos, y éstos les dijeron: ’¿Por qué no lo han traído?’ Ellos respondieron: ’Nadie ha hablado nunca como ese hombre’. Los fariseos les replicaron: ’¿Acaso también ustedes se han dejado embaucar por él? ¿Acaso ha creído en él alguno de los jefes o de los fariseos? La chusma ésa, que no entiende la ley, está maldita’.

Nicodemo, aquel que había ido en otro tiempo a ver a Jesús, y que era fariseo, les dijo: ’¿Acaso nuestra ley condena a un hombre sin oírlo primero y sin averiguar lo que ha hecho?’ Ellos le replicaron: ’¿También tú eres galileo? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta’. Y después de esto, cada uno de ellos se fue a su propia casa.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

"La soledad se consuela en las manos de Dios"
Jeremías siente cómo sus exhortaciones al Pueblo para que siga los caminos de Yahvé le complican la vida. No es fácil ir contracorriente. Denunciar la idolatría de los sacerdotes y responsables del Templo por celebrar los cultos atávicos de los pueblos circundantes le crea enemigos. La moda es seguir las creencias astrales e invocar a las fuerzas naturales para sentir la protección de los dioses de la naturaleza.

Jeremías les reprocha haber olvidado que el verdadero Dios es Yahvé. Que la promesa viene por el Dios creador que les dio una tierra, les eligió como Pueblo y estableció una Alianza con ellos. Ser fiel al Señor es seguir sus pasos, cumplir sus preceptos, invocar su amparo. Y ese compromiso le supone al profeta afrontar la persecución y la amenaza de muerte.

Sus advertencias proféticas desmontan el mercadeo, la manipulación y apoderamiento que los principales tienen construido. No quieren depender de nadie ni dar cuenta o respuesta de sus actos. No soportan un profeta que les contradiga. Sobra, debe eliminarse. Y en esa soledad e incomprensión general, Jeremías clama al Dios fiel para que le salve.

Abanderar la verdad, ponerse del lado del Dios justo, del camino de la Alianza salvífica, acarrea incomprensión y desaliento. Pero nuestra esperanza está en ese Dios fiel, que cumple sus promesas y acoge a quien se refugia en Él.

"¿También vosotros os habéis dejado embaucar?"
Vemos en este evangelio la figura de un Jesús contradictorio. Su presencia y sus discursos generan admiración y rechazo. Sus palabras son chocantes. Para unos son las de un profeta de Israel, que incluso suscita la esperanza de tener al Mesías esperado.

A los oídos del pueblo fiel y sencillo, Jesús llena sus expectativas, los acoge en la nueva alianza que él predica. Sin embargo, para los oídos de los sumos sacerdotes y fariseos, es un impostor, sacrílego, embaucador, que debe ser eliminado. Ni por su origen galileo, ni por razón de estirpe, ni por lo que predica (el reino para los pobres y desheredados), ni por su enfrentamiento con la estrechez legalista puede ser respetado.

Jesús, el verdadero profeta de Israel, es denostado como lo fue Jeremías y la mayoría de profetas en la historia del Pueblo. Pero la llamada y la misión del Padre no pueden quedar retenidas. Cualquier excusa sirve a sus enemigos para contradecirle y buscar su ruina. No es de Belén, no sabe de la Ley, es un embaucador. Pero Jesús se enfrenta al poder. La verdad del Padre es anterior a todas las dificultades que pretendan plantearle. Ni el desaire y la persecución pararán su andadura.

Está condenado, pero debe cumplir la voluntad del que le ha enviado. Así nos enseña que la llamada al servicio de Dios provoca enemistades y rechazos. Que defender el mensaje del Reino supone apostar por la verdad y por la misericordia. Que frente a las adversidades y descalificaciones que nos plantee el mundo, la semilla de la caridad y el amor a la verdad deben refrendarse con toda la sencillez y radicalidad que Dios nos pide.

El único temor que se nos permite es el de no ser fieles pregoneros de la verdad de Dios. Somos profetas, elegidos de Dios para proclamar su Reino.

¿Intentamos ser verdaderos predicadores de la Palabra de salvación que Jesús vino a traer a este mundo, especialmente para los más indefensos y necesitados? Pidamos fuerzas al Señor para llevar adelante esta misión.

D. Oscar Salazar, O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de San Martín de Porres (Madrid)

Ver nota completa...

Escríbe al autor

Escribe un comentario directo al autor

Suscríbete

Recibe en tu correo la información más relevante una vez al mes y las noticias más impactantes al momento.

Recibe solo las noticias más impactantes en el momento preciso.


’ Jamás ha hablado nadie como ese hombre ’

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.