’ Jesús llamó a sus doce discípulos ’



José se retiró y lloró; después volvió a ellos

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’ Jesús llamó a sus doce discípulos ’
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Julio 06, 2021 20:47 hrs.
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La Palabra de Dios

Miércoles 07 julio 2021

Lectura I
Gn 41, 55-57; 42, 5-7a. 17-24a
En aquellos días, en todo el país de Egipto hubo hambre, y el pueblo clamó al faraón, pidiéndole pan. El faraón le respondió al pueblo: ’Vayan a José y hagan lo que él les diga’. Entonces José mandó abrir todas las bodegas y abasteció de víveres a los egipcios. Y como el hambre se extendiera por toda la tierra, de todos los países iban a Egipto para comprar víveres a José y remediar la carestía.

Los hijos de Jacob, junto con otros, fueron también a Egipto a comprar víveres, pues había hambre en el país de Canaán. José gobernaba en todo Egipto y los víveres se distribuían a todo el mundo, según sus indicaciones. Llegaron los hermanos de José y se postraron en su presencia. Al verlos, José los reconoció, y sin embargo, como a desconocidos, les preguntó con severidad: ’¿De dónde vienen?’ Ellos respondieron: ’Venimos de Canaán a comprar provisiones’. José los acusó de ser espías y durante tres días los metió en la cárcel.

Al tercer día José los mandó sacar y les dijo: ’Yo también temo a Dios. Si hacen lo que les voy a decir, salvarán su vida. Si son gente de bien, uno de ustedes se quedará detenido en la prisión, mientras los demás van a llevar a sus casas las provisiones que han comprado. Luego me traen a su hermano menor, para que pueda yo comprobar si me han dicho la verdad. Así no morirán’.

Ellos estuvieron de acuerdo y se decían los unos a los otros: ’Con razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano José, cuya angustia veíamos, cuando nos pedía que tuviéramos compasión de él, y no le hicimos caso. Por eso ha caído sobre nosotros esta desgracia’. Rubén añadió: ’¿No les decía yo que no le hiciéramos daño al niño y no me hicieron caso? Ahora nos están pidiendo cuentas de su vida’.

Como estaban hablando por medio de un intérprete, ellos ignoraban que José les entendía. Entonces José se alejó de ellos y rompió a llorar.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Del Salmo 32
R. (22) Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Demos gracias a Dios al son del arpa,
que la lira acompañe nuestros cantos;
cantemos en su honor nuevos cantares,
al compás de instrumentos alabémoslo.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Frustra el Señor los planes de los pueblos
y hace que se malogren sus designios.
Los proyectos de Dios duran por siempre;
los planos de su amor, todos los siglos.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen
y en su bondad confían;
los salva de la muerte
y en épocas de hambre les da vida.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.


Aclamación antes del Evangelio
Mc 1, 15
R. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor;
arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
R. Aleluya.


Evangelio
Mt 10, 1-7
En aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.

Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos del Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: ’No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

José se retiró y lloró; después volvió a ellos
Este episodio que la primera lectura nos presenta, sin ser una lectura continua, sino que ofrece un texto formado por párrafos no consecutivos, permite que la liturgia insista en el perdón y la misericordia, (véase el salmo responsorial). José no se identifica ante sus hermanos, ellos no le reconocen. Pero llora por la ocasión que se le brinda, después de tantas peripecias, de ayudar a quienes le vendieron, le alejaron de su padre, de su tierra, de su hermano pequeño. No hay en él reacción de venganza. Por el contrario, él, el vendido por sus hermanos, a quien acuden suplicantes para tener que comer, para poder vivir, responde con lágrimas por la oportunidad que se le brinda de poder ayudarlos; y de poder ver a su hermano pequeño, Benjamín.

Misericordia sin verse superior, sin rebajar la condición de quien la solicita; alegre hasta las lágrimas, por poder ayudarles. Siguen siendo sus hermanos.

Es fácil aplicar eso a la vida de cada uno. No se trata sólo de perdonar, sino de sentirse feliz por ese perdón que podemos ofrecer, que restablece la relación fraterna.

Jesús llamó a sus doce discípulos
Los tres sinópticos narran la elección de los doce apóstoles. Lucas precisa que lo hizo después de pasar la noche orando. Fue una elección pensada y orada. Había otros que seguían a Jesús. En los Hechos de los apóstoles, se dice que, para sustituir a Judas, el traidor, los once incorporaron al Colegio apostólico a Matías, ’uno de los que nos acompañaron todo el tiempo en que convivió con nosotros el Señor Jesús’; así Pedro precisa la elección a los once (He 1,21). Jesús podía haberlo elegido apóstol, en vez de Judas Iscariote. No lo hizo. Desde el inicio, la Iglesia, que en sus comienzos se realiza en los apóstoles, estuvo conformada con personas imperfectas, no es una asociación de ’puros’.

Jesús de momento les envía a ’proclamad que el Reino de los cielos está cerca’ a los judíos, no a paganos ni a samaritanos. Al final del evangelio de Mateo, 28,19, Jesús les envía ’a todas las gentes’. La misión a la que alude este texto es misión previa, como entrenamiento, diríamos. Junto a la proclamación de la cercanía del Reino de los cielos, han de realizar un servicio de curación espiritual, expulsar espíritus inmundos, y corporal, curar toda enfermedad y dolencia. Unos versículos antes Mateo aplicaba a Jesús esa misma misión. Los apóstoles han de continuar la misión de Jesús. Esa es la tarea de la Iglesia. No tiene evangelio propio, ni misión propia. Su misión es la de Jesús: predicar el Reino de los cielos, y adelantarlo curando, haciendo el bien, acercándose a los necesitados, a los que sufren. Es necesario unir a la Palabra heredada de Jesús y proclamada por los apóstoles, la acción de ayuda en el cuerpo y en el espíritu a los necesitados.

¿Cómo nos vemos cada uno de los cristianos ante esa misión en nuestro ámbito familiar, social?

Fray Juan José de León Lastra
Convento de Santo Domingo (Oviedo)


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