’ Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación ’


Él es el Dios vivo que permanece siempre

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’ Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación ’
Religión
Noviembre 27, 2019 20:50 hrs.
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La Palabra de Dios

Jueves 28 De Noviembre 2019

Primera lectura
Dn 6, 12-28
En aquellos días, unos hombres fueron a espiar a Daniel y lo sorprendieron haciendo oración a su Dios. Entonces fueron a decirle al rey Darío: "Señor, ¿no has firmado tú un decreto, que prohíbe, durante treinta días, hacer oración a cualquier dios u hombre que no seas tú, bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?"

El rey contestó: "El decreto está en vigor, como ley irrevocable para medos y persas". Ellos le replicaron: "Pues Daniel, uno de los desterrados de Judea, no ha obedecido el decreto que firmaste, porque tres veces al día hace oración a su Dios".

Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho, se propuso salvar a Daniel y hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarlo. Pero aquellos hombres, comprendiendo que el rey quería salvar a Daniel, le urgían diciéndole: "Señor, tú sabes que, según la ley de medos y persas, un decreto real es irrevocable".

Entonces el rey ordenó que trajeran a Daniel y lo arrojaran al foso de los leones. Pero le dijo a Daniel: "Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, te va a librar".

Trajeron una piedra, taparon con ella la entrada del foso y el rey la sello con su sello y con el de sus funcionarios, para que nadie pudiera modificar la sentencia dada en contra de Daniel. Después el rey se volvió a su palacio y se pasó la noche sin probar bocado y sin poder dormir.

Al amanecer, se levantó y se dirigió a toda prisa al foso de los leones. Ya cerca del foso le gritó angustiado a Daniel: "Daniel, siervo del Dios vivo, ¿ha podido salvarte de los leones tu Dios, a quien veneras fielmente?" Daniel le contestó: "Viva siempre el rey. Mi Dios envió a sus ángeles para cerrar las fauces de los leones y no me han hecho nada, porque ante él soy inocente, como lo soy también ante ti".

El rey se alegró mucho y mandó que sacaran a Daniel del foso; al sacarlo, vieron que no tenía ni un rasguño, porque había confiado en su Dios. Luego ordenó que trajeran a los que habían acusado a Daniel y los arrojaran al foso de los leones con sus hijos y sus esposas. No habían llegado al suelo y ya los leones los habían atrapado y despedazado.

Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra: "Paz y bienestar. Ordeno y mando que en mi imperio, todos respeten y teman al Dios de Daniel.
Él es el Dios vivo,
que permanece para siempre.
Su reino no será destruido,
su imperio durará hasta el fin.
Él salva y libra,
obra prodigios y señales en el cielo y en la tierra.
Él salvó a Daniel de los leones’’.

Palabra de Dios
Te alabamos, Señor


Salmo Responsorial
Daniel 3, 68. 69. 70. 71. 72. 73. 74
R. (59b) Bendito seas para siempre, Señor.
Rocíos y nevadas, bendigan al Señor.
Hielo y frío, bendigan al Señor.
Heladas y nieves, bendigan al Señor.
R. Bendito seas para siempre, Señor.
Noches y días, bendigan al Señor.
Luz y tinieblas, bendigan al Señor.
R. Bendito seas para siempre, Señor.
Rayos y nubes, bendigan al Señor.
Tierra, bendice al Señor.
R. Bendito seas para siempre, Señor.

Aclamación antes del Evangelio
Lc 21, 28
R. Aleluya, aleluya.
Estén atentos y levanten la cabeza,
porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor.
R. Aleluya.

Evangelio
Lc 21, 20-28
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito.

¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado.

Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación’’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy
Él es el Dios vivo que permanece siempre
El comienzo del libro de Daniel, nos narra en sus primeros versículos del capítulo 6 la entrada al trono del Rey Darío. Sobre los ciento veinte sátrapas que nombró para gobernar el reino, nombró tres ministros, y uno de ellos era Daniel que sobresalía por su lealtad, y no se le podía acusar de ningún error.

Los sátrapas pidieron al rey que firmara un edicto prohibiendo que se realizara oración alguna a las deidades del entorno. Y así lo hizo.

No obstante, Daniel rezaba como era su costumbre tres veces al día, mirando hacia Jerusalén. Y fue espiado por sus compañeros. Al ser descubierto orando, fue denunciado ante el rey, y presionaron a Darío para que ejecutase sentencia sobre él. Lo echó al foso de los leones con esta sentencia:

’¡Que te salve ese Dios a quien tú veneras tan fielmente!’.Así fue, Daniel a la mañana siguiente seguía vivo. ’Entonces el rey Darlo escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra: «¡Paz y bienestar! Ordeno y mando que en mi imperio todos respeten y teman al Dios de Daniel. Él es el Dios vivo que permanece siempre’.

Muchas veces, para quedar bien ante los poderosos, uno se ve atrapado ante sus propias sentencias, opiniones, comportamientos y actitudes. Sobre todo, si éstas mantienen una apariencia totalitaria. No siempre la coherencia se ajusta a lo que uno pretende o piensa.

En este relato el rey Darío mantiene su palabra ante los sátrapas, pero interiormente se preocupa por Daniel. Su decisión le ha dejado intranquilo. Hay ocasiones que nuestras decisiones no las creemos justas, sobre todo si van acompañadas de la presión de los ególatras, los celosos, y envidiosos, y esas decisiones no nos dejan vivir.

Hay algo que Darío dice del Dios de Daniel: ’Él es el Dios vivo que permanece para siempre’. Es el testimonio ante lo que parecía imposible. Daniel salió vivo de los leones. Un Dios que defiende a los vivos, que actúa, que permanece para siempre a nuestro lado, así lo demostró con Daniel, y así lo reconoció el rey Darío.

Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación
Jesús habla de la destrucción de Jerusalén. Describe cómo será el final de los tiempos, la angustia que se vivirá, y cómo ha de ser el ánimo de los que caminan con fe.

Al final del tiempo litúrgico, ya en la última semana, el evangelio de Lucas nos sitúa en una visión apocalíptica de cómo será el final de los tiempos. Jerusalén será el centro neurálgico de la catástrofe. Sitiada por los ejércitos, y una angustia le acompañará junto al castigo de este pueblo.

Una visión escatológica del Hijo del hombre, que vendrá sobre una nube, habla de la segunda venida de Cristo. Esto sabemos que sucederá, pero no deja de ser una visión simbólica de lo que creemos. Nadie sabe cómo será. Es algo anunciado.

Nunca está de más pensar en el final de los tiempos, pero quizás hemos de prepararnos a nivel personal situándonos hacia el final de nuestros días. Pensar en que todo será destruido y que el mundo se acabará, nadie sabe cuándo sucederá, y resulta un poco pretencioso pensar que eso va a ser ahora, y ha sido culpa de nuestra negligencia y nuestra responsabilidad. Es cierto, que requerimos de acciones ecológicas para el cuidado del planeta, pero pensar que algo que ha durado miles de años, nos lo vamos a cargar hoy suena muy pretencioso.

Lo importante de este mensaje no es tanto el final del mundo, sino lo que se nos dice. Cuando esto suceda: Levantaos, Alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación.

No debemos de temer al final, es el momento de mirarlo de frente, de alzad la cabeza ante la liberación que se nos ofrece. No entramos en la esclavitud, al contrario, la abandonamos y nos liberamos de ella. Ya no hay yugo, ni hay dolor, todo se muestra para el orgullo de la vida.

Nuestro miedo a la muerte y al final, nos sitúa en la idealización de visiones apocalípticas como la que narra el Evangelio. Lo que anuncia Jesús como profecía, no se ha de confundir con la literalidad del texto.

Terminamos con estos textos con el año litúrgico. En unos días comenzaremos el Adviento, la preparación para la venida de nuestro Señor Jesucristo, que siempre vendrá a permanecer entre nosotros, estableció su morada en medio de nosotros, y habita para siempre. Es momento de levantarse, de mirar al presente, de encontrarse con los acontecimientos de salvación que a lo largo de la historia de la salvación nos ha ofrecido, es el momento de nuestra liberación. Y de orar, para que sepamos encontrarnos con Cristo, que nos ofrece el amor como testimonio salvífico de ayer y de hoy.

Fr. Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

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