’ No hagáis frente al que os agravia ’


Tú no eres un Dios que ame la maldad

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’ No hagáis frente al que os agravia ’
Religión
Junio 14, 2020 18:27 hrs.
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Lunes 15 de junio 2020



La Palabra de Dios

Primera lectura
1 Reyes 21, 1-16
Nabot de Yezrael tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaria, y Ajab le dijo a Nabot: ’Dame tu viña para plantar ahí una huerta, ya que está pegada a mi casa; yo te doy por ella una viña mejor o si prefieres, te pago con dinero’. Nabot le respondió a Ajab: ’Dios me libre de darte la herencia de mis padres’.

Ajab se fue a su casa, triste y enfurecido, porque Nabot le había dicho: ’No te daré la herencia de mis padres’. Se acostó en su cama, se volvió de cara a la pared y no quiso comer. Entonces se le acercó su esposa, Jezabel, y le dijo: ’¿Por qué estás de mal humor y no quieres comer?’ Él respondió: ’Es que hablé con Nabot de Yezrael y le dije que me vendiera su viña o que, si prefería, yo se la cambiaría por otra mejor; pero él me respondió que no me daría su viña’.

Su esposa Jezabel, le dijo: ’¿No que tú eres el rey poderoso que manda en Israel? Levántate, come y alégrate. Yo te daré la viña de Nabot’.

Entonces ella escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y hombres principales de la ciudad en que vivía Nabot. Las cartas decían: ’Promulguen un ayuno, convoquen una asamblea y sienten a Nabot en primera fila. Pongan frente a él a dos malvados que lo acusen, diciendo: ‘Ha maldecido a Dios y al rey’. Luego lo sacan fuera de la ciudad y lo apedrean hasta que muera’.

Los habitantes de la ciudad, los ancianos y los hombres principales que vivían cerca de Nabot, hicieron lo que Jezabel les había mandado, de acuerdo con lo escrito en las cartas que les había remitido. Promulgaron un ayuno y en la asamblea sentaron a Nabot en primera fila. Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y lo acusaron delante del pueblo, diciendo: ’Nabot ha maldecido a Dios y al rey’. Luego lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió. En seguida le mandaron avisar a Jezabel que Nabot había muerto apedreado.

Cuando Jezabel supo que Nabot había muerto apedreado, le dijo a Ajab: ’Ve a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael, que no quiso vendértela, pues Nabot ya no vive: ha muerto’. Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, fue a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Salmo 5, 2-3. 5-6. 7
R. (2b) Señor, atiende a mis gemidos.
Señor, oye mi voz,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis súplicas,
rey y Dios mío. R.
R. Señor, atiende a mis gemidos.
Pues tú no eres un Dios al que pudiera
la maldad agradarle,
ni el malvado es tu huésped
ni ante ti puede estar el arrogante. R.
R. Señor, atiende a mis gemidos.
Al malhechor detestas,
y destruyes, Señor, al embustero;
aborreces al hombre sanguinario
y a quien es traicionero. R.
R. Señor, atiende a mis gemidos.


Aclamación antes del Evangelio
Sal 118, 105
R. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos
y una luz en mi sendero.
R. Aleluya.


Evangelio
Mt 5, 38-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ’Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda’.
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús


Reflexión del Evangelio de hoy

Tú no eres un Dios que ame la maldad
En la primera lectura se nos narra la historia de Nabot, de Yezrael. Desde que el mundo es mundo, el abuso de poder y los caprichos de los poderosos se pagan con la sangre y el sacrificio de los inocentes. Por otra parte, en nuestra mentalidad tal vez no se concibe que pierdas la vida por una propiedad a la que incluso te ofrecen intercambiarla sacándole buenos beneficios. Pero para un israelita la heredad de sus padres suponía la pertenencia a un clan, un derecho de ciudadanía y en muchos casos, el lugar donde reposaban los restos de los antepasados.

Nabot se niega a acceder a los deseos del rey para defender sus derechos, como lo han hecho y lo hacen tantos hermanos nuestros. Y lo más sarcástico de esta injusticia y de este pecado que se nos narra es que se hace en nombre de Dios y de su ley (Lv. 24,14), proclamando un ayuno colectivo para ’aplacar la ira de Dios’. Esto es algo que, por desgracia, se ha repetido y se repite también muchas veces a lo largo de la historia.

Pero como nos dice el salmista, nuestro Dios no ama la maldad, ni el malvado es su huésped, ni el arrogante se mantiene en su presencia.Detesta a los malhechores, destruye a los mentirosos y aborrece a los sanguinarios y traicioneros. El pecado tiene sus consecuencias y siempre pasa factura.

Dios siempre nos escucha, atiende a nuestros gemidos y nos defiende del peligro. Él es nuestro verdadero Rey, que protege y defiende nuestros derechos. Él es nuestro verdadero y único Dios, que conoce nuestro corazón y nos libera del poder del pecado y de la muerte.

Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia
En el evangelio vemos a Jesús como nuestro gran Maestro, que no sólo no ha venido a abolir la Ley y los Profetas, sino que le da plenitud, la plenitud del Amor.

En este caso se trata de la ley del Talión. Una ley ’justa’ para evitar los excesos de venganza. Jesús nos introduce en el corazón del Padre, pues de allí salimos, y nos muestra una vez más, que la medida del amor es el amor sin medida(San Agustín). No sólo no quiere que no nos excedamos en la venganza sino que no anide en nuestro corazón ningún sentimiento malo.

Es fuerte poner la otra mejilla al que te abofetea, es más, nos parece inaudito y en la mayoría de los casos, cuando nos vemos en esas situaciones, nos vence la tentación de defendernos ante la ofensa. Pero Jesús no nos pide algo por lo que él no haya pasado, pues ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado(Hb. 4,15); dándonos ejemplo para que sigamos sus huellas(1Pe. 2,21); ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos(Is. 50,6).

Dios es amor; amor hasta el extremo. Él nos enseñó el Mandamiento: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Amarás al prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos sostienen la Ley y los Profetas(Mt. 22, 37-40). No basta sólo cumplir, no basta sólo resistir al mal, hay quevencer al mal a fuerza de bien(Rm. 12,21).

Señor, que tu Espíritu de Amor venga en ayuda de nuestra debilidad para vencer las tentaciones del odio y del egoísmo. Que tu Espíritu de Amor nos haga vivir la caridad que es paciente, amable, que no lleva cuentas del mal, que aguanta sin límites y todo lo soporta. Derrama sobre nosotros tu Espíritu de Amor para que el testimonio de nuestra vida haga creíble el Evangelio. AMEN.

Monjas Dominicas Contemplativas
Monasterio Santa María de Gracia-Casa Federal, Córdoba

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