’ Quien no lleve su cruz detrás de mi no puede ser discípulo mio ’




El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío

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’ Quien no lleve su cruz detrás de mi no puede ser discípulo mio ’
Religión
Noviembre 02, 2021 20:02 hrs.
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La Palabra de Dios

Miércoles 03, 2021

Primera Lectura
Rom 13, 8-10
Hermanos: No tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo, porque el que ama al prójimo, ha cumplido ya toda la ley. En efecto, los mandamientos que ordenan: ’No cometerás adulterio, no robarás, no matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás’ y todos los otros, se resumen en éste: ’Amarás a tu prójimo como a ti mismo’, pues quien ama a su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, el cumplimiento pleno de la ley consiste en amar.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Salmo 111, 1-2. 4-5. 9
R. (5a) Dichosos los que temen al Señor.
Dichosos los que temen al Señor
y aman de corazón sus mandamientos;
poderosos serán sus descendientes:
Dios bendice a los hijos de los buenos.
Quien es justo, clemente y compasivo,
como una luz en las tinieblas brilla.
Quienes compadecidos prestan
y llevan su negocio honradamente
jamás se desviarán.
Al pobre dan limosna,
obran siempre conforme a la justicia;
su frente se alzará llena de gloria.

Aclamación antes del Evangelio
1 Pedro 4, 14
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos ustedes, si los injurian por ser cristianos,
porque el Espíritu de Dios descansa en ustedes.
R. Aleluya.

Evangelio
Lc 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:

’Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.

Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar’.

¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.

Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

El que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley
Grande es el amor, cuando es lo que da sentido a todo lo que son las relaciones con Dios y con los hombres. Y, sin embargo, superponemos, con frecuencia, muchas otras conductas a la del amor. La experiencia nos dice que no es fácil entrar en esa dinámica, aunque escuchemos una y otra vez que es lo único que merece la pena. Pero no debemos olvidar que la caridad, el amor, representa la plenitud de la ley. Es decir, el mandamiento del amor, encierra en sí todas las otras leyes.

Cuando se habla del amor no estamos aludiendo a un mero sentimiento o impulso. Es algo mucho más profundo que se convierte en raíz de todo lo que llevamos a cabo. Implica decisión, esfuerzo, autocontrol.

No se puede caer en el simplismo de reducirlo a mera palabrería. Sabemos que el amor es más exigente que cualquier otra ley. Por eso, la frase de S. Agustín ’ama y haz lo que quieras’ es muy sabia. El amor supone una disposición a poner ese amor en todo lo que llevamos a cabo.

Pablo lo resume así: el que ama a su hermano ha cumplido toda la ley.

Amar es más difícil de lo que en principio parece. Requiere madurez, en la vivencia de la fe. Conlleva equilibrio, medida, reflexión. Cuando hablamos de que el amor equivale a esfuerzo, estamos hablando de caminar, muchas veces, contra nuestra propia conveniencia, nuestros intereses, pero también significa ir más allá de nuestros miedos. Supone saber disculpar, perdonar. Otras veces pide coraje para buscar siempre el bien de los demás, lo que significa valor para ayudar a quien falla y saber hacerlo sin herir al otro: Uno que ama a su hermano no le hace daño.El no hacer daño equivale a ofrecer a los demás aquello que está necesitando, no lo que a mí me parece que le conviene. La corrección fraterna, que tanto nos cuesta, significa que los fallos de los demás no nos dejan indiferentes, sino que ayudamos a eliminarlos con nuestra palabra, siempre dichas desde el deseo de hacer el bien, cuidando, por eso, la forma de hacerlo.

El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío
El relato de este evangelio se abre con una frase que nos facilita la comprensión de este texto: mucha gente acompañaba a Jesús. Tal vez, al ver a toda esa gente que lo acompañaba, Jesús decidiera aclarar bien cómo han de ser aquellos que, de verdad, quieran adherirse a su comunidad. Una vez más, propone no dejarse manipular por nada. Esa manipulación puede llegar, incluso, desde la propia familia. Por eso, enfatiza de forma llamativa un punto para aclarar mejor su propuesta. Tampoco dejarse esclavizar por el dinero y, ante ello, tener como objetivo seguirlo con decisión para colaborar en la extensión del Reino. Ese es el objetivo y es lo que ha de prevalecer ante posibles tentaciones. En definitiva, nos quiere libres, sin ataduras, explicando que estar con Él requiere discernir el abandono de muchas cosas para que, solo Él, dé sentido a nuestro vivir. Queda claro que Jesús no pide nada que él haya realizado antes. Por eso es nuestro mejor modelo.

Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío
Es curioso constatar que Jesús nunca edulcora su mensaje buscando seguidores inconscientes o el aplauso fácil del auditorio. Sus palabras mantienen siempre un nivel de claridad y exigencia. En sus invitaciones a seguirlo, siempre afirma que, ese seguimiento, implica liberarse de ataduras, algo nada fácil, dada nuestra tendencia a dejarnos llevar por valores materiales. De ahí que nos invite siempre a la reflexión, de la que ha de salir una decisión sopesada, tomada con decisión y sabiendo a qué nos comprometemos cuando optamos por su seguimiento.

Jesús desea que, quienes se decidan a ese seguimiento, no lo hagan de cualquier forma. Han de valorarlo y caminar tras Él, conscientemente, después de reflexionar lo que todo ello implica. Es un ejercicio difícil, costoso. Él nos sugiere dónde encontrar fuerza para llevar a cabo su proyecto: estar con Él; mantener una relación de amistad con Él.

El Papa Francisco lo expresó de forma gráfica al comentar este evangelio: ’Jesús dice a sus discípulos: El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y venga conmigo. Este es el estilo cristiano porque Jesús ha recorrido antes este camino. Nosotros no podemos pensar la vida cristiana fuera de este camino. Siempre está este camino que Él ha hecho antes: el camino de la humildad, el camino también de la humillación, de negarse a uno mismo y después resurgir de nuevo. Este es el camino. El estilo cristiano, sin cruz no es cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana. El estilo cristiano toma la cruz con Jesús y va adelante. No sin cruz, no sin Jesús’.

Estas palabras del Papa Francisco, matizan bien mi comentario. Las palabras de Jesús, hoy, son una invitación a plantearnos cómo es nuestro seguimiento. Con las palabras de Pablo a los Romanos, donde propone, una vez más, el lugar que ha de ocupar el amor en nuestra vida, complementan lo que nos ha dicho Jesús. Sin amor, todo lo que hagamos por seguirlo, carece de sentido.

La reflexión de hoy puede inscribirse en ese tratar de responder al llamamiento de Jesús, renovando nuestra intención de seguirlo siempre y hacerlo con el ejemplo que Él nos ofrece con su vida.

Ser fiel a Jesús, en este mundo tan contradictorio, garantiza una vida plena. Costosa, pero liberadora porque Jesús es Camino, Verdad y Vida.

San Martín de Porres, cuya fiesta celebramos hoy, supo encarnar bien estos principios. Fue un hombre sencillo, humilde, dadivoso, amante de los pobres. La fiesta es una invitación a seguir sus pasos. Si así es, no nos equivocaremos al tomar decisiones. Feliz fiesta, especialmente, para toda la Orden Dominicana.

Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

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