’ Tus pecados están perdonados ’



Abrahán respondió a Dios: Aquí me tienes

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’ Tus pecados están perdonados ’
Religión
Junio 30, 2021 22:11 hrs.
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La Palabra de Dios

Jueves 01 julio, 2021

Lectura I
Gn 22,1b-19
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: ’¡Abraham, Abraham!’ Él respondió: ’Aquí estoy’. Y Dios le dijo: ’Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré’.

Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: ’Quédense aquí con el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después regresaremos’.

Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: ’¡Padre!’ Él respondió: ’¿Qué quieres, hijo?’ El muchacho contestó: ’Ya tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?’ Abraham le contestó: ’Dios nos dará el cordero para el sacrificio, hijo mío’. Y siguieron caminando juntos.

Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.

Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: ’¡Abraham, Abraham!’ El contestó: ’Aquí estoy’. El ángel le dijo: ’No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único’. Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio ’el Señor provee’, por lo que aun el día de hoy se dice: ’El monte donde el Señor provee’.

El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: ’Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras’.

Abraham volvió a donde estaban sus criados y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. Y Abraham se quedó a vivir ahí.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Del Salmo 114
R. (9) Nuestro Dios es compasivo.
Amo al Señor porque escucha
el clamor de mi plegaria,
porque me prestó ateción
cuando mi voz lo llamaba.
R. Nuestro Dios es compasivo.
Redes de angustia y de muerte
me alcanzaron y me ahogaban.
Entonces rogué al Señor
que la vida me salvara.
R. Nuestro Dios es compasivo.
El Señor es bueno y justo,
nuestro Dios es compasivo.
A mí, débil, me salvó
y protege a los sencillos.
R. Nuestro Dios es compasivo.
Mi alma libró de la muerte,
Del llanto los ojos míos,
y ha evitado que mis pies
tropiecen por el camino.
Caminaré ante el Señor
por la tierra de los vivos.
R. Nuestro Dios es compasivo.


Aclamación antes del Evangelio
2 Co 5,19
R. Aleluya, aleluya.
Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo,
y nos ha encomendado a nosotros
el mensaje de la reconciliación.
R. Aleluya.


Evangelio
Mt 9,1-8
En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad.

En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: ’Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados’.

Al oír esto, algunos escribas pensaron: ’Este hombre está blasfemando’. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: ’¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil: decir ‘Se te perdonan tus pecados’, o decir ‘Levántate y anda’? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, –le dijo entonces al paralítico–: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’.

El se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

Abrahán respondió a Dios: Aquí me tienes
Abrahán, por elección de Dios, es el padre de los creyentes. Yavhé Dios le hizo una promesa: ’Vete de tu tierra, y de tu patria y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición’. Abrahán creyó plenamente a Yavhé y en él depositó su total confianza. A partir de aquí, muchos acontecimientos de la vida de Abrahán son especiales, impulsados por el mismo Yavhé. Su mujer, Sara, le da un hijo, Isaac, cuando era de edad muy avanzada. En el relato de hoy, leído tal como nos aparece, sin acudir a los exegetas y teólogos, resalta la confianza absoluta de Abrahán en Yavhé, aunque lo que le pide, en un primer momento, sea el sacrificio de su hijo: ’Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré’. Abrahán está dispuesto a sacrificar a su hijo en obediencia a Yavhé. Pero en el último momento, Yavhé viene en su ayuda: ’No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo’. Para Abrahán Yavhé era Dios, al que hay que temer, adorar, obedecer, amar… Y así lo hace y ve que Dios no quiere el sacrificio de su hijo.

La verdad es que leído este pasaje desde Jesús, desde el ’tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito’, nos resulta extraño. No vemos a Jesús pidiendo tal cosa o algo parecido. Nos pedirá una y mil veces que sigamos sus pasos: ’Ven y sígueme’.

Tus pecados están perdonados
Aunque la rutina pueda adormecernos, en cuanto nos despertamos, seguimos cayendo en la cuenta de las maravillas que el Señor ha hecho y sigue haciendo con nosotros. Quizás su principal maravilla hacia nosotros sea su amor. Que el Hijo de Dios nos ame y nos siga amando es realmente algo grande y capaz de entusiasmar a cualquiera. Pero posiblemente debemos colocar a la misma altura otra de sus maravillas, la maravilla de su perdón, que esté dispuesto a perdonarnos siempre. Que siempre que lo necesitemos, Jesús salga a nuestro encuentro y nos diga a cada uno de nosotros lo mismo que al paralitico y pecador del evangelio de hoy: ’¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados’. Y ante su perdón nuestro corazón se llena de una paz que nada ni nadie nos puede dar.

Aprovechemos un día más, apoyándonos en este evangelio, para dar gracias al Señor por las maravillas de su amor y su perdón. Y ya sabemos que ’amor con amor se paga’ y ’perdón con perdón se paga’. La misma moneda que Jesús nos regala: su amor, su perdón, se la hemos de ofrecer a todos y cada uno de nuestros hermanos.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

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