’ Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias ’



¡Aquí estoy! ¡Cuenta conmigo!

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’ Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias ’
Religión
Febrero 18, 2021 22:49 hrs.
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La Palabra de Dios

Viernes 19 febrero, 2021

Primera Lectura
Is 58, 1-9
Esto dice el Señor:
’Clama a voz en cuello y que nadie te detenga.
Alza la voz como trompeta.
Denuncia a mi pueblo sus delitos,
a la casa de Jacob sus pecados.

Me buscan día a día y quieren conocer mi voluntad,
`como si fuera un pueblo que practicara la justicia
y respetara los juicios de Dios.
Me piden sentencias justas
y anhelan tener cerca a Dios.
Me dicen todos los días:
‘¿Para qué ayunamos, si tú no nos ves?
¿Para qué nos mortificamos, si no te das por enterado?’

Es que el día en que ustedes ayunan
encuentran la forma de hacer negocio
y oprimen a sus trabajadores.
Es que ayunan, sí, para luego reñir y disputar,
para dar puñetazos sin piedad.

Ése no es un ayuno que haga oír en el cielo la voz de ustedes.
¿Acaso es éste el ayuno que me agrada?
¿Es ésta la mortificación que yo acepto del hombre:
encorvar la cabeza como un junco
y acostarse sobre saco y ceniza?
¿A esto llaman ayuno y día agradable al Señor?

El ayuno que yo quiero de ti es éste, dice el Señor:
Que rompas las cadenas injustas
y levantes los yugos opresores;
que liberes a los oprimidos
y rompas todos los yugos;
que compartas tu pan con el hambriento
y abras tu casa al pobre sin techo;
que vistas al desnudo
y no des la espalda a tu propio hermano.

Entonces surgirá tu luz como la aurora
y cicatrizarán de prisa tus heridas;
te abrirá camino la justicia
y la gloria del Señor cerrará tu marcha.

Entonces clamarás al Señor y él te responderá;
lo llamarás y él te dirá: ‘Aquí estoy’ ’.
Palabra d Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Salmo 50, 3-4. 5-6a. 18-19
R. (19b) A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión y misericordia,
Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos,
y purifícame de mis pecados.
R. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Puesto que reconozco mis culpas,
tengo siempre presentes mis pecados.
Contra ti sólo pequé, Señor,
haciendo lo que a tus ojos era malo.
R. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios
y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría.
Un corazón contrito te presento,
y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias.
R. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.

Aclamación antes del Evangelio
Cfr Am 5, 14
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el mal, para que vivan,
y el Señor estará con ustedes.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.


Evangelio
Mt 9, 14-15
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: ’¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?’ Jesús les respondió: ’¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

¡Aquí estoy! ¡Cuenta conmigo!
El texto, que comienza muy bien, da un giro adversativo con el ’sin embargo’. El profeta comienza gritando, muy propio de ellos, sin miedo, reprendiendo al pueblo. El pueblo parece que responde con actitudes positivas, parecen felices por acercarse a Dios…Pero no. Se produce un cambio inesperado y comienzas las preguntas/protesta: ¿Para qué ayunar? ¿Para qué sacrificarnos si Dios está ausente, ni se fija, ni parece interesarle…? Y se produce en ellos un cambio de actitud negativa: hacen negocios turbios, explotan, disputan, pelean, dan golpes criminales…

Y Dios, por medio del profeta, los recrimina, echándoles en cara lo que LE desagrada y volviéndoles a recordar lo que es el ayuno para Él: romper las cadenas de la injusticia, liberara a los oprimidos, acabar con los tiranos, compartir el pan, recibir al pobre en tu casa, vestir al desnudo, socorrer a los desvalidos… Entonces brillará la luz, sanarán las heridas y Dios responderá: ¡Aquí estoy! ¡Cuenta conmigo!

Todo un programa socio-político-religioso nada blandengue y sí muy realista y transformador. Jesús, que conocía bien a los profetas y sabía del clamor de Isaías, repetirá lo mismo. Esa era para Él la verdadera piedad, tan alejada o ajena al pietismo sensiblero y acomodaticio. No haber entendido, asimilado, tal clamor de Jesús es no haber comprendido lo que significa tiempo de preparación cuaresmal para celebrar su muerte y resurrección más adelante.

Aceptar tales propuestas no es fácil, pero hay que intentarlo.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias
Salmo de clamor del arrepentido, pero un clamor agradecido. Hay un derroche de misericordia porque el arrepentimiento es sincero. Hay una constante súplica de purificación, de toma de conciencia de lo que supone estar ya limpio de todo pecado, de la alegría que produce saber que Dios le ha dado un corazón sincero, un espíritu nuevo y fiel y, sobre todo, haberse dado cuenta de que lo que agrada al Señor es un espíritu arrepentido, un corazón ha sabido recomponerse y se ha unificado para agradar al Señor. Cuaresma es el tiempo idóneo para tal reconocimiento y recompostura interior.

¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Jesús sabe responder con inteligencia y rapidez a las preguntas insidiosas de los fariseos y de los discípulos de Juan, que aún vivían con mentalidad veterotestamentaria. Les costó cambiar, muchos no lo hicieron. ¿Qué necesidad hay de tales ayunos y tristezas y quebrantos quijotescos mientas Él, Jesús, el novio, el amigo, está con ellos en el festín de la vida? Ya habrá tiempo para tomar conciencia de la necesidad de ayuno/oración cuando Él no esté físicamente con ellos. Ya llegará el momento de la persecución y de las estrecheces y cárceles por causa de su nombre; pero de momento… disfrute de la amistad.

En tiempos de Jesús el ayuno/privación estaba centrado en la comida, escasa en general. Había que privarse de pequeñas cosas o caprichos (pocos tendrían) comestibles para educar la voluntad y ofrecer su esfuerzo al Señor como símbolo de agrado, pero a sabiendas de que el ayudo que pedía el Señor -Jesús lo recuerda a menudo- es lo que ya desde el profeta Isaías se les venía diciendo: Todo aquello que supusiera una relación más sincera, justa, pacífica y cordial con los demás. El ayuno exterior podría degenerar en el mero aparentar y figureo farisaico.

El dominico fray Luis de Granada nos dice: ’Así como las embarcaciones que llevan menores cargas navegan con mayor velocidad, y las que van muy cargadas avanzan con mayor peligro. Así las almas despojadas con el ayuno están más ligeras para navegar por el mar de esta vida y para levantar los ojos al cielo y despreciar desde allí- como sombra- todas las cosas presentes’.

¿Cuáles serían en la actualidad nuestros ’ayunos’ necesarios…? Ayunar de tanto móvil y whatsaapp; ayunar de tantas horas de televisión; ayunar de tantas dependencias tecnológicas; ayunar de esas obsesiones por el correo electrónico, por la avidez de noticas repetitivas fraudulentas; ayunar de tantos encuentros baladíes; ayunar de pequeños caprichos como si nos fuera la vida en ello; ayunar de gastos superfluos y de la adquisición de cosas innecesarias…

No ayunar de generosidad con los demás, no ayunar de ratos dedicados a la oración o lectura meditativa, no ayunar de visitar a alguien que vive en soledad; no ayunar de compartir bienes y limosnas en silencio que ayuden a otros; no ayunar de una cara más alegre y unas actitudes más esperanzadas y optimistas; no ayunar de buscar momentos de silencio y paz que redundará en beneficio de los más cercanos; no ayunar en los deseos de búsqueda y encuentro con Dios; no ayunar del pan de la Eucaristía…

Así la cuaresma recién iniciada tendrá sentido pleno de preparación a la Pascua.

Fr. José Antonio Solórzano Pérez O.P.
Casa San Alberto Magno (Madrid)

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