’ A vino nuevo, odres nuevos ’



Las flores mejor en vida

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’ A vino nuevo, odres nuevos ’
Religión
Septiembre 02, 2021 22:02 hrs.
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La Palabra de Dios

Viernes 03 septiembre 2021
Memoria de San Gregorio Magno, Papa y doctor de la Iglesia

Lectura I
Col 1, 15-20
Cristo es la imagen de Dios invisible,
el primogénito de toda la creación,
porque en él tienen su fundamento todas las cosas creadas,
del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles,
sin excluir a los tronos y dominaciones,
a los principados y potestades.
Todo fue creado por medio de él y para él.

El existe antes que todas las cosas,
y todas tienen su consistencia en él.
El es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia.
El es el principio, el primogénito de entre los muertos,
para que sea el primero en todo.

Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud
y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas,
del cielo y de la tierra,
y darles la paz por medio de su sangre,
derramada en la cruz.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Del Salmo 99
R. (2c) Bendigamos al Señor, porque él es bueno.
Alabemos a Dios todos los hombres,
sirvamos al Señor con alegría,
y con júbilo entremos en su templo. R.
R. Bendigamos al Señor, porque él es bueno.
Reconozcamos que el Señor es Dios,
que él fue quien nos hizo y somos suyos,
que somos su pueblo y su rebaño. R.
R. Bendigamos al Señor, porque él es bueno.
Entremos por sus puertas dando gracias,
crucemos por sus atrios entre himnos,
alabando al Señor y bendiciéndolo. R.
R. Bendigamos al Señor, porque él es bueno.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo,
porque es eterna su misericordia
y su fidelidad nunca se acaba. R.
R. Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Aclamación antes del Evangelio
Jn 8, 12
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
R. Aleluya.


Evangelio
Lc 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: ’¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?’

Jesús les contestó: ’¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán’.

Les dijo también una parábola: ’Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’ ’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

Todo se mantiene en Él
Con este himno cristológico, san Pablo, nos orienta hacia la totalidad que es Cristo: Imagen de Dios invisible. Él nos muestra la vida de Dios, a través de su palabra de consuelo podemos experimentar la misericordia de Dios. Sí, todo se mantiene en Él. Cristo es la paz, la luz, la vida y la verdad de todo cuanto existe. Todo se mantiene en Él porque Dios puso el centro de la Historia en su persona. Todo se muestra ahora antes de Cristo y después de Cristo.

’Todo se mantiene en Él’ requiere una revisión de nuestros pasos de fe. La fe en Dios pasa por el conocimiento de Cristo. No hay otra alternativa para el compromiso de la fe. En Cristo reside toda la plenitud, la felicidad se halla en él. Y por medio de Él también se reconcilia todos los seres. Cristo es el principio de reconciliación. A través de Él se reúnen las promesas y las esperanzas de la humanidad.

’Todo se mantiene en Él’: Cristo realiza la paz por medio de su sangre en la cruz. La paz tuvo un precio, la entrega total de su persona por una razón de amor. La entrega total y gratuita desde el amor supone que toda mi persona entra en el juego de la fe y del amor.

Por eso, como cristianos hemos de lograr que nuestra fe no sea un simple rezo mecánico tranquilizador de nuestras conciencias. Ese ’todo se mantiene en Él’ es hacer que mi vida se prepare para un compromiso real e íntegro de mi persona hacia lo que la fe y el amor me exigen.

Las flores mejor en vida
Hay personas que se enfadan interiormente ante el comportamiento hipócrita de la gente, cuando ésta va a presentar sus respetos al difunto y en vida fueron incapaces de hacerle una visita. Y determinan que ellos prefieren que las flores se las regalen en vida, una vez muerto ¿para qué las quiere?

El Evangelio de hoy nos hace sentir algo similar respecto del ayuno. Gozar de la presencia del novio mientras esté vivo, una vez muerto ya ayunarán. Esa es la apuesta de Jesús frente a la antigua ley. En un mundo de exigencias, retos y compromisos, en ocasiones, exigimos a los otros lo que nosotros no sabemos dar. Es importante encontrar nuevos caminos para que la fe se renueve en nuestro interior: a odres nuevos le pertenecen vinos nuevos.

Un ejemplo de ello, es la eterna disputa que se ha generado por motivo de la pandemia y la comunión en la boca. Hay personas que en contra del sentido común exigen la comunión en la boca, sin caer en la cuenta de que puede contagiar al sacerdote, y a su vez, el sacerdote contagiar a más fieles. Hay una responsabilidad y el sentido común nos hace inclinarnos en dar la comunión en la mano. Algunas personas lo consideran un sacrilegio tocar al Señor, y expresan con mala educación, y falta de amor su desacuerdo con el sacerdote. En este caso, ¿qué es más importante para mi fe? El cumplir escrupulosamente con la comunión en la boca o actuar desde el sentido común, la responsabilidad y el equilibrio frente a la pandemia, y, así, procurar un comportamiento más ajustado con el amor al prójimo.

Un corazón nuevo para un mensaje nuevo de amor es lo que nos propone Jesús. Restaurar nuestros corazones. Volviendo al ramo de flores cuando uno muere, carece de sentido enviar a alguien por convencionalismo un ramo de flores cuando ya no puede disfrutar de su belleza, ni de su olor. No caigamos en convencionalismos para que nuestra fe resista a los embates del mundo. Seamos astutos y ágiles para comprender que la fe requiere de una autenticidad en el amor.

Pidamos a Dios para que encontremos motivos nuevos para renovar nuestro corazón y nuestro amor. Que seamos capaces de amar desde la responsabilidad de la fe siempre nueva.

Fray Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

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