’ Sígueme ’



*’No se sigue porque se deja; se deja porque se sigue’.

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Religión
Septiembre 29, 2020 22:24 hrs.
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La Palabra de Dios

Memoria de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia

Primera lectura
Job 9, 1-12. 14-16
Job tomó la palabra y les dijo a sus amigos:
’Sé muy bien que el hombre
no puede hacer triunfar su causa contra Dios.
Si el hombre pretendiera entablar pleito con él,
de mil cargos que Dios le hiciera, no podría rechazar ninguno.
El corazón de Dios es sabio y su fuerza es inmensa.

¿Quién se le ha enfrentado y ha salido triunfante?
En un instante descuaja las montañas
y sacude los montes con su cólera;
él hace retemblar toda la tierra
y la estremece desde sus cimientos.
Basta con que dé una orden y el sol se apaga;
esconde cuando quiere a las estrellas;
él solo desplegó los cielos
y camina sobre la superficie del mar.
El creó todas las constelaciones del cielo:
la Osa, Orión, las Cabrillas y las que se ven en el sur;
él hace prodigios incomprensibles, maravillas sin número.

Cuando pasa junto a mí, no lo veo;
cuando se aleja de mí, no lo siento.
Si se apodera de algo, ¿quién se lo impedirá?
¿Quién podrá decirle: ‘Qué estás haciendo?’

Si Dios me llama a juicio,
¿cómo podría yo rebatir sus acciones?
Aunque yo tuviera razón, no me quedaría otro remedio
que implorar su misericordia.
Si yo lo citara a juicio y él compareciera,
no creo que atendiera a mis razones’.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Salmo 87, 10bc-11. 12-13. 14-15
R. (3a) Señor, que llegue hasta ti mi súplica.
Todo el día te invoco, Señor,
y tiendo mis manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se levantarán las sombras para darte gracias? R.
R. Señor, presta oído a mi clamor.
¿Se anuncia en el sepulcro tu lealtad?
¿O tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en las tinieblas?
¿O tu justicia en el país del olvido? R.
R. Señor, presta oído a mi clamor.
Pero yo te pido ayuda, Señor,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas,
y apartas de mí tu rostro? R.
R. Señor, presta oído a mi clamor.

Aclamación antes del Evangelio
Cfr Flp 3, 8-9
R. Aleluya, aleluya.
Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura,
para ganar a Cristo y vivir unido a él.
R. Aleluya.

Evangelio
Lc 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo: ’Te seguiré a donde quiera que vayas’. Jesús le respondió: ’Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza’.

A otro, Jesús le dijo: ’Sígueme’. Pero él le respondió: ’Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre’. Jesús le replicó: ’Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios’.

Otro le dijo: ’Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia’. Jesús le contestó: ’El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

¡Se muy bien que es así!
El tono que utiliza Job siempre nos deja un sabor agridulce. Sabemos de las pruebas que hubo de padecer. Sabemos que no todo le fue de maravilla y que sufrió en sus propias carnes y familia todo tipo de desgracias, hasta que ver probada su fe hasta el fondo de su ser. Dios es así: el Señor de la prueba y de la recompensa. Cuando estudiaba teología un profesor sabio y muy consciente del dolor de Job y del nuestro en la vida, nos comentaba que un rabino de Toledo pasó por mil y una pruebas. Cansado y agotado de tanta desdicha e incomprensión por parte de Dios, un día en su oración le gritó a Dios, que le había quitado todo, hijos, hacienda: Hay una cosa, Señor Yahvé, que no me puedes quitar: ¡mi fe en Ti!

Lo mismo le sucede a Job. Acepta las pruebas, pero reconoce el poder y la sabiduría de Dios. Sus designios son insondables y quiere y hace las cosas a su antojo. Es inútil discutir con Él, o pretender doblegar su voluntad, o contradecirle. A. Machado decía en su súplica: Que se haga, Señor, tu voluntad, aunque sea contra la mía.

Cualquiera de nosotros sabe de esta actitud de rebeldía, de súplica, de vuelta del corazón dolorido contra Dios. Quién no ha pasado por duras etapas, largas, sinuosas, contradictorias. Cuántas veces hubiéramos deseado darle la espalda a Dios, pero al final, nuestro ser entero se inclina ante Él y acepta su voluntad. Es parte central de Padre nuestro: hágase tu voluntad… hágase tu voluntad. Dios comprende nuestra rebeldía, pero no nos deja caer en el abismo. Todo esto es fácil decirlo; después está la vida de cada día, la relación entre Dios y cada uno de nosotros… Quizá ya me he puesto moralizante. No quería, pero…

Llegue hasta ti mi súplica
Todo él es súplica, un continuo acudir al Señor de la vida, un clamor silencioso ante tanta prueba exterior y desazón interior. Son muchas las preguntas que no encuentran respuesta inmediata. Lo importante es mantenerse fiel de la mañana a la tarde, con la oscuridad de la noche por el medio. Él sigue ahí, aunque cueste percibirlo…

Sígueme
Las exigencias del Reino están en juego. No hay disculpas que valgan. La invitación de Jesús a seguirle exige una respuesta sin titubeos (aunque casi siempre titubeamos), pero Él es rotundo y pide una respuesta/actitud contundente. Son frases cortantes dichas de camino. Jesús no se para a dar explicaciones ni a pedirlas. Ya lo ha hecho previamente muchas veces. Ahora se trata de responder a su invitación a seguirle. ¡Sígueme! Es un imperativo sin dulcificaciones ni componendas. Él ya conoce de sobra las disculpas para retrasar el seguimiento. Es éste un evangelio que podríamos llamar ’evangelio vocacional’ o evangelio para no mirar por el espejo retrovisor y decidirse a avanzar. No hay que volver la vista atrás. Hay que confiar en el arado y en el surco/huella que traza en la vida personal.

No reduzcamos este evangelio a las llamadas sacerdotales o de vida religiosa; sería reducirlo en exceso. Es una llamada/invitación a cada uno para ser discípulos suyos. Como dice un amigo, experto en llamadas claras, sin sordina, y en respuestas escuetas: ’La vocación es como un itinerario con señales de pista. Cada señal lleva a la señal siguiente, sin saber el término definitivo. Más que un conocimiento del futuro, es una correspondencia amorosa, es una amistad’. (JSV). Pensemos unos instantes esta definición tan clara y que podemos completar con esta otra aparentemente más alambicada: ’No se sigue porque se deja; se deja porque se sigue’. El reino/presencia de Dios es así, parece contradictorio, pero no lo es. Aunque, la verdad, cuesta entenderlo. Y más aún, aceptarlo.

Hoy, fiesta de S. Jerónimo. Tradujo la Biblia al latín más común, más asequible, por eso se llama La Vulgata, no por ser el latín vulgar, sino porque era el que hablaba el pueblo llano, el vulgo.

Fr. José Antonio Solórzano Pérez O.P.
Casa San Alberto Magno (Madrid)

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