’ Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados ’


"Mi yugo es llevadero y mi carga ligera"

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’ Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados ’
Religión
Julio 15, 2020 22:39 hrs.
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La Palabra de Dios

Jueves 16 de julio 2020

Primera lectura
Is 26, 7-9. 12. 16-19
La senda del justo es recta
porque tú, Señor, le allanas el sendero.
En el camino de tus mandamientos te buscamos,
anhelando, Señor, tu nombre y tu recuerdo.

Mi alma te desea por la noche
y mi espíritu te busca por la mañana,
porque tus mandamientos son la luz de la tierra
y enseñan justicia a los habitantes del orbe.

Tú nos darás, Señor, la paz,
porque todo lo que hemos hecho
eres tú quien lo ha hecho por nosotros.

Acudimos a ti, Señor, en el peligro,
cuando nos angustiaba la fuerza de tu castigo.
Como una mujer que va a dar a luz,
que se retuerce y grita angustiada,
así éramos, Señor, en tu presencia:
concebimos y nos retorcimos,
¡pero lo único que hemos dado a luz ha sido viento!
No le hemos dado salvación al país,
no le han nacido habitantes al mundo.

Tus muertos vivirán, sus cadáveres resucitarán,
despertarán jubilosos los que habitan en los sepulcros,
porque tu rocío es rocío luminoso
y la tierra de las sombras dará a luz.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Salmo 101, 13-14ab y 15. 16-18. 19-21
R. (20b) El Señor tiene compasión de nosotros.
Tú, Señor, reinas para siempre
y tu fama pasa de generación en generación.
Levántate y ten misericordia de Sión,
pues ya es tiempo de que te apiades de ella.
Tus siervos aman sus piedras
y se compadecen de sus ruinas. R.
R. El Señor tiene compasión de nosotros.
Cuando el Señor reedifique a Sión
a aparezca glorioso,
cuando oiga el clamor del oprimido
y no se muestre a sus plegarias sordo,
entonces temerán al Señor todos los pueblos,
y su gloria verán los poderosos. R.
R. El Señor tiene compasión de nosotros.
Esto se escribirá para el futuro
y alabará al Señor el pueblo nuevo.
porque el Señor, desde su altura santa,
ha mirado a la tierra desde el cielo,
para oír los gemidos del cautivo
y librar de la muerte al prisionero. R.
R. El Señor tiene compasión de nosotros.


Aclamación antes del Evangelio
Mt 11, 28
R. Aleluya, aleluya.
Vengan a mí, todos los que están fatigados
y agobiados por la carga,
y yo les daré alivio, dice el Señor.
R. Aleluya.


Evangelio
Mt 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: ’Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy

"En la senda de tus juicios, Señor, te esperamos"
La primera lectura que nos presenta la liturgia pertenece a los capítulos llamados apocalípticos de la primera parte del libro del profeta Isaías(Is 24-27). Estos pasajes muestran ciertos rasgos visionarios, esperanzadores y suelen ir acompañados deoraciones, himnos y súplicas.

Isaías nos muestrauna reflexiónsobre el actuar de Dios en la historia de la salvación. Un actuar que en ocasiones se retrasa y lleva al ser humano a preguntarse acerca de las difíciles circunstancias por las que atraviesa: ¿porqué sufre el justo, el inocente, o por qué parece que los poderosos triunfan sobre los humildes y sencillos? El profeta se convierte en portavoz de la sabiduría del Dios de Israel para su pueblo. El que camina por la senda del Señor en su vida cotidiana y procede con justicia haciendo el bien a sus hermanos, transforma su camino en un sendero ’llano’ aunque no siempre lo advierta y le parezca que la espera no tiene sentido. El ’juicio’ de Dios se convierte en la luz que ansía el alma del justo sea en la noche o al despuntar el alba.

Que suerte la del pueblo que confía en el Señor y espera en sus mandatos. Solo Él es capaz de dar ’éxito’ a nuestras empresas y proyectos, solo Él es capaz de llenar nuestro mundo de lo que más desea: la paz. Todo aquel que se aleja del Señor, que no sigue su camino, por mucho que se esfuerce, e incluso que sufracomo la parturienta al dar a luz, solo es capaz de generar viento, humo. Pero Dios ama a todo ser humano y por eso convertirá la tierra estéril en tierra fértil, la tiniebla en luz, la muerte en vida.

"Mi yugo es llevadero y mi carga ligera"
El evangelio que leemos hoy es una auténtica delicia, un vaso de agua fresca para las personas cansadas, doloridas, que sufren en la vida las situaciones más complicadas y difíciles. También en momentos de pandemia, el recordar quién es Jesús y cómo libera nuestra vida de todo tipo de ataduras supone una mirada confiada en el porvenir.

Después de dar gracias a Dios que se revela a la gente sencilla y oculta el verdadero sentido de la vida a los que se creen sabios y entendidos, Jesús nos interpela de manera directa. Podríamos decir que apunta a nuestro interior, al corazón. En aquel tiempo, la expresión nos lleva a cualquier época y lugar, y en consecuencia también al ahora, al presente, donde Jesús nos invita a volvernos a Él con tres imperativos:

Venid a mí. El primero va dirigido a todas las personas que viven sobrecargadas en esta vida, en la cual el peso de las situaciones existenciales les agobia y no saben dónde acudir. Anhelan la paz, el bienestar o al menos un lugar dónde descansar. Jesús les dice que vayan a Él y encontraran esos brazos que sostienen, esas palabras que alivian el alma, ese bálsamo que todo lo cura. En Jesús encontrarán el auténtico descanso.

Cargad con mi yugo. Esta invitación entra en contradicción con la promesa de encontrar descanso, ¿cómo es posible descansar llevando un yugo? Jesús sale al paso de las posibles dudas e indecisiones afirmando que su yugo es llevadero y su carga ligera. El yugo en algunos textos mesopotámicos antiguos significaba el trabajo entendido como vocación. En este sentido el yugo-trabajo a pesar del cansancio es liviano porque responde a nuestras opciones. Sin embargo, en el AT, el término es sinónimo de sometimiento y esclavitud. Siguiendo la imagen del yugo llevado por dos animales (bueyes, mulas), Jesús nos puede estar diciendo que su yugo es más llevadero porque lo llevamos con Él. Él camina a nuestro lado, soporta nuestra carga, nos anima en el sendero, aligera nuestro desánimo, de ese modo nuestra carga personal, familiar, comunitaria o social se nos vuelve aceptable, capaz de ser transformada, se nos vuelve liviana.

Aprended de mí. El tercer imperativo también nos adentra en el desconcierto, no por el hecho de aprender de Jesús, el único Maestro, sino por lo que Él habla de sí mismo: soy manso y humilde de corazón. Actitudes que no dicen mucho a nuestra sociedad pero que en situaciones de vulnerabilidad como la que estamos viviendo nos hacen pensar que precisamente la mansedumbre y la humildad de corazón son las cualidades que nos ayudan a llevar el yugo cotidiano. Solo desde un corazón humilde y sencillo semejante al de Jesús, podemos superar cualquier crisis, cualquier adversidad, cuando aprendemos que dándonos y cuidando de otros, descansamos.

¿Estamos dispuestos/as a cargar con este yugo y aprender de Jesús?

Hoy es el día de la Virgen del Carmen, Reina de los mares, que ella nos ayude a calmar las tempestades de nuestra vida, y nos lleve a navegar en las aguas del Señor Jesús.

Hna. Carmen Román Martínez O.P.
Congregación de Santo Domingo

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