R A F A G A
Jorge Herrera Valenzuela
Bueno, quién podrá contestar, decir o aclarar si es Felipe de Jesús Calderón Hinojosa quien influye en el pensamiento y la acción del Presidente Enrique Peña Nieto o si es Carlos Salinas de Gortari. Tienen mucho parecido en la forma proceder para silenciar a los informadores que cumplen con su misión a través de la radio, de la televisión o de la prensa impresa. Desagrada la política de mantener vendados los ojos, cerrada la boca y taponados los oídos. Las represalias son drásticas, sin valorar la violación al derecho de la libre expresión
María del Carmen Aristégui Flores, respetada periodista conocida nacionalmente como Carmen Aristégui, nuevamente es víctima de la presión que desde el Poder Ejecutivo Federal se ejerce sobre los concesionarios de medios televisivos, radiofónicos e impresos, a efecto de eliminar a quien o quienes cometen la osadía de poner al descubierto las irregularidades que se cometen por parte de los gobernantes, de los legisladores y que de una u otra forma incomodan al mismo Presidente de la República. La corrupción y la impunidad siguen reinando en México.
Desde la mañana del lunes 16 de marzo de 2015, Carmen y su equipo quedaron sin trabajo. Les quitaron el micrófono, porque la empresa del señor Joaquín Vargas Guajardo, la de las siglas MVS, manifestó: “No podemos aceptar condicionamientos ni ultimatos de nuestros colaboradores”. Así se puso fin a una corta historia que surgió como consecuencia de que se haya informado, con detalles y objetivamente, todo lo relacionado con la superresidencia que compró la actriz Angélica Rivera Hurtado, esposa del Presidente de México, en Las Lomas de Chapultepec, una exclusiva zona habitacional del Distrito Federal.
El primer paso se dio al despedir a Daniel Lizárraga e Irving Huerta, audaces reporteros que descubrieron la operación de compra venta de la residencia actualmente conocida como “La Casa Blanca”, valuada en varias decenas de millones de dólares. Angélica aparece como propietaria, pero el registro oficial señala como dueño al vendedor, un empresario beneficiado con jugosos contratos para realizar obras, primero en el Estado de México y después en diferentes entidades. Dicho contratista está ligado a Enrique Peña Nieto en ambas etapas, como ya es del dominio público.
Hubo pláticas entre los directivos de MVS y Carmen Aristégui, en las que ella pidió que fuesen reinstalados los reporteros Lizárraga y Huerta, para continuar conduciendo la Primera Edición del Noticiero MVS, de lunes a viernes de las 6:45 a las 10:00 horas. La empresa se negó y determinó la noche del pasado domingo poner fin a las relaciones labores que tenía con el equipo Aristégui. Carmen ha dicho que “Esta batalla, nadie lo dude, es por nuestra libertad. ¡Vamos a dar la batalla! Y un equipo de abogados ya está trabajando en el terreno legal.
REACCIONES INMEDIATAS
“Las condiciones impuestas a la periodista eran simplemente inaceptables, por dignidad profesional y por cambio unilateral a su contrato”, expresó Gabriel Sosa Plata, Ombudsman y defensor de la audiencia de MVS. El historiador Enrique Krauze, condenó la medida contra Carmen porque “vulnera seriamente a la libertad de expresión en México”.
Mientras que la analista y catedrática Denise Dresser al enterarse de la decisión contra su amiga y colega, no dudó en aseverar: “Yo doy por terminada mi relación con MVS”, además escribió en su artículo semanal, en el diario Reforma: “Carmen Aristégui hacía su tarea todos los días, defendiendo el derecho a la libertad de expresión”.
Desde este espacio manifiesto mi adhesión para la valiente y veraz periodista Carmen Aristégui, que guste o no, hace un periodismo limpio y claro, poniendo un toque especial en el periodismo mexicano que ciertamente está inmerso en la moderna tecnología, en la avanzada cibernética, pero que dista mucho de contar con auténticos reporteros, hombres y mujeres dedicados a investigar, a reportear, no atendidos a la información oficial de los gobiernos o del sector privado. En el equipo de Aristégui si se investiga, se documenta y se fundamentan las noticias.
ALGO SUCEDIDO EN EL PASADO
Debemos recordar que en el 7 de febrero de 2011, MVS también fue presionada por los hombres de Los Pinos. Eran los días del poder ejercido por el michoacano Calderón Hinojosa. Nuestra colega fue víctima de la suspensión de sus tareas periodísticas, porque en una de sus emisiones no reparó en referir a que el diputado federal perredista Gerardo Fernández Noroña había extendido una manta frente a la tribuna de la Cámara de Diputados, allí en el Palacio de San Lázaro, en que acusaba al Presidente Calderón de ser alcohólico.
La periodista comentó que la Presidencia de la República debería de hacer una declaración al respecto, se esperaba una contestación desmintiendo al conocido diputado, entonces leal a Andrés Manuel López Obrador. Sí, hubo una respuesta: Carmen Aristégui tuvo que dejar el noticiero al cual retornó pese a las intrigas urdidas por los hermanos Zavala Gómez del Campo, cuñados de Calderón Hinojosa.
Deseamos que Carmen retorne a su espacio radiofónico, porque es necesario que estemos enterados de un trabajo reporteril que pone al descubierto hechos y sucesos que deberían ser atendidos por las autoridades correspondientes, sin subestimar las denuncias como ocurrió en el caso del priista Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, a quien hoy César Camacho Quiroz, dirigente nacional del PRI, lo premia permitiéndole imponer candidatos en el Distrito Federal, incluyendo a su señora madre (la de Cuauhtémoc, el llamado Rey de la Basura) en la lista de aspirantes a diputados plurinominales.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿No se dará cuenta el Presidente Enrique Peña Nieto como cada día se mancha más su sexenio, con medidas y sanciones a las que se dice ajeno, pero nadie se lo creemos?
