Averígüelo Vargas.

Dejaron desgobierno y así es difícil avanzar: Astudillo.—Finalmente se decidió aplicar la ley para evitar desmanes de normalistas.

El hecho de que se diera un cambio de gobierno no representa que de inmediato se resuelvan los muchos problemas que se vienen arrastrando por la inacción y el descuido en que cayeron los gobiernos de Ángel Aguirre y Rogelio Ortega, planteó el gobernador Héctor Astudillo, a quien le correspondió recibir una papa caliente muy difícil de manejar.
Coincidió con el planteamiento que hizo el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, quien señaló que la violencia en el estado se debe a que esos dos gobierno abandonaron y descuidaron sus funciones y eso facilitó que la delincuencia de todo tipo creciera y se posicionara en la mayor parte del estado, hasta provocar la crisis que ahora se vive y que tuvo su peor extremo en el asesinato y la desaparición de los 46 normalistas de Ayotzinapa.
Hizo ver que su coincidencia con el titular de la Segob es porque se trata del funcionario mejor informado del país, de modo que sabe bien de qué está hablando, pues lo que encontró es un estado con una violencia muy marcada, que no puede resolverse en automático con su llegada al cargo, porque se trata de un asunto que tiene que ver con el desgobierno que provocaron dos malas administraciones.
Efectivamente, el primero de esos gobernantes se tiró a la hamaca, dejó que sus auxiliares se hicieran cargo del gobierno, pero para ponerlo en su beneficio, mientras que el segundo se quedó enredado en su teoría, que era el único bagaje que portaba, y no logró en ningún momento conectarse con la realidad.
Es, pues, arrancar un nuevo gobierno prácticamente desde cero y avanzar en un camino cuesta arriba, porque se dejaron abandonados asuntos que debieron cuidarse, limitarse y apliacarse la ley, lo que nunca ocurrió, de modo que ahora, al hacerlo, se le critica por supuestos excesos en el ejercicio de gobierno.
Destaca Astudillo que lo que encontró es un debilitamiento de todas las corporaciones policiacas o con grupos muy reducidos de policías capacitados para enfrentar la avalancha de violencia y delincuencia en todos sus niveles.
Ahora tiene que empezar rehaciendo una base policiaca y avanzar en el Mando Único, lo que requiere de tiempo y de un esfuerzo sostenido, además de requerir necesariamente del apoyo de la Policía Federal y la Gendarmería, con el concurso del Ejército y la Marina.
Enfrenta Héctor Astudillo un enorme trabajo por delante, pero tiene con qué hacerlo, pero requiere del apoyo de los otros dos poderes, Legislativo y Judicial, que tendrá con amplitud, pero también debe ser respaldado por la sociedad que le dio su confianza con su votos, pero ahora requiere de ese y un mayor respaldo para que Guerrero supere la difícil y conflictiva situación que heredaron.
FINALMENTE SE DECIDIÓ APLICAR LA LEY PARA EVITAR DESMANES DE NOMALISTAS.—Este miércoles se sentó un importante precedente con la acción de la policía estatal, que tuvo el apoyo de la federal y los militares, cuando se decidió que no se permitiría que los ayotzinapos y otros grupos de normalistas se robaran una pipa de doble remolque cargada con más de 40 mil litros de combustible, por lo que fueron interceptados y sometidos al orden para recuperar ese transporte, propiedad de la empresa gasolinera JIS.
Ya era costumbre que los normalistas secuestraran o robaran vehículos diversos, desde transportes de pasajeros de las líneas foráneas que operan en el estado, camiones repartidores de mercancías diversas, desde comida chatarra, hasta refrescos y cervezas, más las pipas de combustible que en más de una ocasión se llevaron hasta la normal, como querían hacerlo ahora.
La marca principal de esos atracos, que de hecho son acciones de asalntantes de caminos, fue siempre la impunidad con la que se beneficiaba a los atracadores, amparados en su condición de “estudiantes”, aunque en realidad su actuación era la de delincuentes comunes.
Este miércoles, el gobernador Héctor Astudillo decidió que no se podía seguir tolerando esas acciones delictivas, por lo que ordenó a la policía estatal que recuperara el transporte de combustible, de modo que se procedió a hacerlo y los ayotzinapos fueron interceptados muy cerca de Tixtla, donde se produjo un enfrentamiento, ya que se negaban a entregar los vehículos que con violencia habían robado, aunque la situación no pasó a mayores, aparte de unos cuantos macanazos y gas lacrimógeno.
Lo importante aquí es que finalmente el gobierno del estado decidió actuar para frenar los excesos y los abusos en que han caído los ayotzinapos, cetegistas y otros grupos que se habían dedicado a violentar los derechos de la ciudadanía y a atracar empresas y comercios, por sus puras pistolas.
Al fin se vio la energía y la decisión que la ciudadanía ha demandado al gobierno, sin que los anteriores actuaran para contener a los grupos vandálicos que tanta violencia provocaron, con el daño resultante a la ciudadanía.
Es muy satisfactorio ver que finalmente hay un titular del gobierno del estado que está decidido a cumplir con su obligación y aplicar la ley, para contener a esos grupos que se sienten intocables, porque se les hizo creer que su condición de normalistas o de integrantes de un grupo violento de maestros, les garatizaba que nada se iba a hacer en su contra, sin importar los daños que hicieran o las agresiones que desataran.
Los etenidos no fueron a la cárcel sino entregados a la Comisión de Derechos Humanos donde fueron liberados. No se les consignó por una concesión oficial, pero debe servir de advertencia para otras agresiones y atracos que pretendan realizar.
Es mucho trabajo el que debe hacer el gobernador Héctor Astudillo, para que Guerrero pueda retornar a un ambiente de paz y tranquilidad, pero empezar a tomar acciones que establezcan el obligado respeto a la ley y a las propiedades y derechos de los demás integrantes de la sociedad, muestra un buen principio para recuperar algo de lo mucho que se perdió con gobierno deficientes, incapaces y hasta corruptos.
Qué bueno, todo indica que por fin tenemos gobierno.
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