La pelea por Acapulco

BAJO FUEGO

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Política
Marzo 04, 2018 18:11 hrs.
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José Antonio Rivera Rosales › codice21.com.mx

A estas alturas resulta realmente irrelevante quién sea elegido como candidato a la alcaldía por el Partido de la Revolución Democrática, porque en los hechos está rota la coalición integrada con el PAN y Movimiento Ciudadano.

De acuerdo con trascendidos creíbles, eran tres los prospectos que figuraban con el puntaje más alto en las encuestas ordenadas por la dirigencia nacional del PRD: David Jiménez Rumbo, Marco Antonio Terán Porcayo y Joaquín Badillo Escamilla.

En teoría, entre esos tres aspirantes se erguiría quien representará al PRD en la puja interna para definir un candidato definitivo de la coalición.

Siempre según los trascendidos, Jiménez Rumbo es quien mayores puntos obtuvo en las respectivas encuestas, pero también quien más carga negativa presenta. Es decir, es muy conocido pero también muy repudiado, lo que lo convierte en un lastre para el PRD.

Seguirían en la terna Terán Porcayo y Badillo Escamilla. Sin embargo, el médico es un chapulín que en la elección local pasada compitió por el PRI y ahora, sin el menor rubor, simplemente cruzó hacia la acera de enfrente, lo que lo sitúa también entre los repudiables para la secular militancia perredista.

De manera sorprendente es Jacko Badillo, el joven empresario acapulqueño, quien destaca con un alto puntaje pero, además, con una imagen muy positiva entre el electorado general.

Si los intereses de tribus no se imponen en la decisión del CEN del PRD -algo que resulta poco probable dada la conducta delincuencial de Los Chuchos, la corriente que ostenta el control del CEN-, entonces Jacko Badillo tendría que ser elegido candidato formal del PRD para la alcaldía de Acapulco, lo que lo obligaría a medirse con Ricardo Mejía, el candidato de Luis Walton.

Pero, decíamos, es irrelevante quién resulte ser el candidato perredista porque la coalición ya expiró gracias a una minuciosa labor de zapa precisamente de la dupla Walton-Mejía Berdeja.

¿Qué fue lo que pasó aquí?

Pareciera claro que el objetivo de este par fue precisamente el de reventar la coalición PRD-PAN-MC, con el fin de allanarle el camino a Ricardo Taja Ramírez.

¿No lo cree usted, amigo lector? Sólo fíjese en que Ricardo Mejía, el delfín de Walton, siempre estuvo criticando al alcalde Evodio Velázquez, lo que terminó por minar la imagen del PRD. Jamás ha dirigido un misil de censura en contra del gobernador Héctor Astudillo y menos contra Ricardo Taja. Es obvio que hay aquí un acuerdo político para facilitar el arribo al poder de Taja Ramírez.

Claro que esta deleznable conducta está dirigida a destruir la citada coalición, con lo cual cada partido integrante estaría obligado a competir con candidato propio, lo que pulverizará la votación de este sector de la izquierda electoral.

Lo mismo hizo Victoriano Wences Real, quien tiene el control político real en el Partido del Trabajo, que en Guerrero causó la ruptura de la coalición integrada con el Movimiento de Regeneración Nacional, el Partido Encuentro Social y el propio PT.

Wences Real, un sujeto con intereses oscuros y conducta reprobable, decidió romper con la alianza de Morena-PT-PES en 40 municipios de Guerrero, entre ellos -pero desde luego- el de Acapulco.

De este modo, gracias a los intereses personales de un solo individuo, el PT de Guerrero se retiró de la alianza que a nivel nacional encabeza Andrés Manuel López Obrador, lo que deja en condición de vulnerabilidad, al menos en el municipio de Acapulco, la candidatura de Adela Román Ocampo, quien fue perfilada para el cargo por el propio candidato presidencial.

A ello habrá que agregar los intentos de algunos personajes en Morena interesados en derribar a Adela Román para imponer a Zeferino Torreblanca Galindo, quien parece no tener fondo en sus ambiciones políticas después de que ya fue alcalde de Acapulco y gobernador del estado, donde no se distinguió precisamente por una gestión brillante.

Debemos admitir, empero, que si ese intento fructifica, entonces habrá un cambio dramático de expectativas políticas…pero para la derecha.

Por otra parte, Adela Román deberá enfrentar un problema adicional: cuenta con el apoyo de la izquierda histórica, que es una estructura de buenas intenciones pero insuficiente para afrontar semejante reto y, además, carecen del dinero necesario para impulsar la campaña de la virtual candidata.

Otra debilidad es que los grupos de dirección que integran a Morena en Guerrero están peleados todos contra todos, en el marco de una desbocada carrera de ambiciones personales -por ejemplo, Félix Salgado, el virtual candidato al Senado de la República, ha tratado de imponer a su hija Evelyn Salgado como candidata a diputada, lo que generó mucha molestia en las bases-.

Vistas así las cosas, lo que tenemos es un escenario en el que dos supuestas coaliciones (PRD-PAN-MC y Morena-PT-PES) participarán en un proceso viciado de origen, con una consecuencia obvia de pulverización del voto popular.

¿Quién gana con este contexto? Sólo Ricardo Taja es un virtual ganador si este escenario se consolida, es decir, si el voto de la izquierda se pulveriza.

A la distancia -porque aún faltan unos días para que los partidos definan posturas definitivas, lo que tiene que ocurrir a más tardar el día 15 de marzo- lo que se visualiza es una contienda en la que tres figuras políticas contenderán realmente por la alcaldía: Ricardo Taja Ramírez, Adela Román Ocampo y Rubén Figueroa Smutny.

Pero si las debilidades y pleitos internos hacen mella en Román Ocampo, entonces la lucha por el poder se escenificará entre dos contendientes, sin duda los más fuertes y decididos a todo: Taja y Figueroa.

Ambos representan grupos de poder muy diferentes, los que estarán enfrentados en esta contienda -que se vislumbra muy sanguinaria, por cierto- en la que una generación de políticos de nuevo cuño se esforzará por alcanzar la joya de la corona que es Acapulco.

Por desgracia para Taja, mucha gente conoce ya de sus vínculos con grupos criminales aunque ahora se avergüenza de ellos. Esa gente de ninguna manera votará por él. Si llega al poder, será como consecuencia del voto del hambre.

Heredero de la familia más rica de Guerrero, Figueroa Smutny se avizora como un contendiente que no estará dispuesto a dar ni pedir tregua, sabido de que lo identifican como la mano dura que está dispuesta a combatir la criminalidad. Las cartas están echadas.

Quien se alce con el triunfo en julio próximo, se convertirá en automático en uno de los más poderosos aspirantes a la gubernatura en 2021. Pronto veremos resultados.


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