Contrafilo
José García Segura
Alta, muy alta es la vara que deberá saltar el gobernador de
Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla.
Y no es que su antecesor, el perredista Silvano Aureoles haya hecho un buen gobierno.
Bedolla mismo la puso ahí.
Recién se comprometió a poner fin a las autodefensas, a los comuneros armados que defienden su derecho a vivir en paz.
’Las autodefensas son un montaje y deben ser desarmadas…’
Nada dijo de quienes han puesto las reglas del juego y operan allá por Carácuaro y Nocupétaro; por Tiquicheo y San Lucas.
Tampoco habló de quienes actúan en la Costa Nahua, en la región Meseta o por los rumbos de Tacámbaro, antesala de la Tierra Caliente.
¿Cómo desaparecerá el gobernador a los productores de aguacate, zarzamora, limón, guayaba, mango…?
Me queda claro que para que no haya autodefensas se necesita una seguridad pública verdadera.
Como impera la incertidumbre, autodefensas y comuneros ignoraron las advertencias del morenista y, por el contrario, participaron en rondines día y noche tanto en la zona aguacatera más importante del país como en la Tierra Caliente.
’Cuando Michoacán se pacifique y acaben las cuotas empezaremos a guardar las armas’ advirtieron los civiles armados agrupados bajo el nombre ’Pueblos Unidos’ (Aguililla, Aquila, Ario de Rosales, Buenavista, La Huacana, Coalcomán, Cuitzeo, Pátzcuaro, Quiroga, Salvador Escalante, San Juan Parangaricutiro, Los Reyes, Morelia, Tangamandapio, Taretan, Tarecuato, Tancítaro, Tepalcatepec, Zamora,
Ziracuaretiro…
Deje le cuento que Morelia, Zamora y Uruapan se convirtieron en los municipios más violentos del país.
¿Barrerá Alfredo Ramírez Bedolla ’el patio de la casa’ para alguien en particular?
Como coreaban por allá: ’El que no brinque es chairo’
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