BUHEDERA: Recicladores

Un mexicano estaba tranquilamente tomando su desayuno, cuando un típico gringo, en shorts, camisa floreada, lentes oscuros y zapatos tenis, masticando chicle, se sienta a su lado. El mexicano ignora al yanqui, quien no muy contento con eso, trata de hacerle conversación y le pregunta: “Perdón ¿ustedes se come todo el pan?” “Por supuesto”, contesta el mexicano. “Nosotros no”, replica el gringo. “Nosotros solo nos comemos la migaja de adentro del pan y la parte de afuera la ponemos en un container, la reciclamos, la transformamos en harina y la exportamos a México.” El mexicano escucha en silencio, imperturbable. El americano, con ansia de joder al paisano sigue masticando su chicle, e insiste: “¿Y ustedes se comen la mermelada con el pan?” “Por supuesto”, contesta nuevamente el mexicano. “Nosotros no”, dice el americano. “Nosotros en el desayuno comemos fruta fresca; la cáscara y las semillas las ponemos en un container, las reciclamos, las transformamos en mermelada y la exportamos a México.” El mexicano, ya un tanto alterado, le pregunta al gringo: “¿Y ustedes qué hacen con los condones después de usarlos?” El gringo contesta: “Los tiramos a la basura, of course.” “Bueno, nosotros no. Después de usarlos los ponemos en un contenedor, los reciclamos, los transformamos en chicle y los exportamos a los Estados Unidos.”



¿PERDÓN?

Yo admiraba a Max Weber, pero ahora leo esta sublime estupidez suya perpetrada en 1914, al inicio de la primera mal llamada Guerra Mundial: “Esta guerra en toda su atrocidad sigue siendo una cosa grande y maravillosa. Es una experiencia que vale la pena tener”. Inexplicable opinión, pues Weber fungía entonces no como profesor sino como director de los hospitales del ejército alemán en Heidelberg, y como tal seguramente testimonió en vivo los sufrimientos de los heridos en esa carnicería idiota (como lo son todas las guerras) Apenas tenía 50 años y ya estaba senil, el pobre Max.



PELÍCULAS DE MIEDO

Nunca me han gustado y las evito absolutamente. Ahora encuentro una posible razón. Stuart Wilde: “Nunca veas filmes de horror, especialmente en compañía de alguien más. No creo que puedas ver una película de éstas sin que una docena de entidades malignas te acompañen de regreso a tu casa. Las películas de horror son carnadas que te invitan hacia lo satánico.” Wilde también desaconseja fumar marihuana, aunque sí recomienda fumar tabaco y comer chocolates, en pequeñas cantidades, lo mismo que el café entero (no descafeinado). También dice que correr o trotar es dañino para tu salud (a mí me gustaba correr en mi infancia mahatleca a todas partes, pero dejé este placer poco a poco; el máximo corredor que yo conozco, que durante medio siglo de su vida trotó obsesivamente por ejercicio varias horas diarias estuviera donde estuviera y en el clima que fuera, lleva un par de años en cama, a sus 70, por completo destruido físicamente).



FILMES PORNOGRÁFICOS

La flamante obligación legal en el condado de Los Ángeles que exige usar condones a los actores de películas porno si quieren tener permiso oficial, no parece afectar mayormente a esa oleosa industria. Y es que la mayoría de esas variadísima obras de arte se ruedan sin permiso previo, incluso en unos cuantos días en la intimidad de casas privadas. Por lo pronto los excelsos artistas a cargo de realizar estas obras de arte simplemente se mudaron fuera del área de Los Ángeles, y si se les aprieta mucho (no pun intended) se irán a estados como Nevada, Florida o de plano a países menos estrictos como Brasil o del este europeo. Este éxodo se añade a los que ya habían afectado la producción de películas cinematográficas y series de televisión de Hollywood, en busca de locaciones menos costosas y reguladas, y con mejores tratamientos fiscales.

DE QUÉ HABLA LA GENTE

La gente inteligente habla de ideas; la gente común habla de cosas; la gente mediocre habla de otra gente. Jules Romain.



OOOOOOMMMMMM
Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.

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