Caro Quintero se siguió enriqueciendo aún encarcelado en gobiernos neoliberales


Mientras cubría su condena, la famila de Caro Quintero fundó 30 empresas ubicadas en Guadalajara

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Caro Quintero se siguió enriqueciendo aún encarcelado en gobiernos neoliberales
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Noviembre 27, 2019 00:28 hrs.
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Carlos Álvarez / ZETA TIJUANA › Emmanuel Ameth Noticias

Rafael Caro Quintero, alias ’El Príncipe’ o ’Rafa’, permaneció 28 años de prisión, de 40 que tenía de condena, durante el periodo que estuvo recluido el narcotraficante, 25 miembros de su familia y amigos crearon 30 empresas legalmente constituidas, todas con sede en Guadalajara, Jalisco.

Según una investigación del diario El Universal, los negocios de los socios y amigos de Caro Quintero de 67 años de edad, están dedicados a los sectores inmobiliario, de distribución de combustible, explotación minera, concesionaria de autos nuevos y usados, servicio en casetas telefónicas, restaurantes, moda y calzado, hasta productos de belleza y spa.



Las empresas fueron creadas por el círculo “más íntimo” del capo sinaloense, hoy prófugo de la justicia, entre ellos 15 socios y 10 integrantes de su familia, de los que destacan una esposa, cuatro hijos, un yerno, una nuera y sus consuegros, además de una pareja sentimental.

Según reportó el mismo rotativo, el ex líder del extinto Cártel de Guadalajara -organización criminal que fundó junto con Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto” y Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Padrino”-, llegó a acumular una fortuna de casi 500 millones de dólares.

El pasado 23 de octubre, el Departamento de Justicia de Estados Unidos informó a través de un comunicado, que busca confiscar bienes en México, que adquirió con recursos ilícitos el capo sinaloense Rafael Caro Quintero, alias “El Príncipe” o “Rafa”. Según el documento emitido por las autoridades estadounidenses, las ocho propiedades del prófugo de la justicia, se encuentran en Guadalajara, Jalisco.

El pasado 9 de octubre, por unanimidad, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) avaló la propuesta del ministro Luis María Aguilar Morales, de negar un amparo al capo sinaloense, para que en caso de ser detenido, sea extraditado a Estados Unidos.

A finales del pasado mes de julio, Ray Donovan, agente especial encargado de la oficina de la Administración para el Control de Drogas​ (DEA, por sus siglas en inglés), en Nueva York, afirmó que Caro Quintero -uno de los principales capos de la droga en la década de los 80 del Siglo pasado, cofundador del extinto Cártel de Guadalajara- es la “prioridad” del Gobierno estadounidense.

El pasado 28 de marzo, alias “El Príncipe” o “Rafa”, logró por segunda ocasión impedir que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se pronunciara sobre el amparo que promovió con el cual pretende evitar su extradición a Estados Unidos.

El ex presidente de la SCJN hizo público el proyecto de sentencia donde proponía a los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte negar la protección de la justicia al capo sinaloense, quien el 26 de marzo reclamó el Tratado de extradición entre México y EE.UU., petición que fue admitida a trámite y turnada al ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.

Esa fue la segunda vez que Caro Quintero procedía de la misma forma, ya que en noviembre del 2016, el narcotraficante sinaloense reclamó que el actual presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, elaborara el proyecto de sentencia.

Aguilar Morales proponía en su proyecto de sentencia negar el amparo al capo sinaloense, y devolver el asunto a un tribunal colegiado para que solo revise cuestiones de legalidad, y con ello determinar si Caro Quintero debe ser entregado a las autoridades estadounidenses.

El 12 de abril del 2018, Caro Quintero fue incluido en la lista de los “Diez Fugitivos Más Buscados” del Buró Federal de Investigaciones estadounidense (FBI, por sus siglas en inglés), por ser el presunto autor intelectual del asesinato del agente antidrogas de Estados Unidos, Enrique “Kiki” Camarena Salazar, crimen por el que ya había purgado una condena de 29 años de prisión en México.

Caro Quintero, a quien el FBI considera que “está armado y es extremadamente peligroso” y por quien ofrece una recompensa de 20 millones de dólares por información que lleve a su captura, había negado en una entrevista videograbada con la periodista Anabel Hernández, publicada en el diario digital The Huffington Post, el pasado 5 de abril, que siguiera activo en el narcotráfico y que se encuentra fugitivo, “por un crimen por el que ya pagó”.

En dicha entrevista, publicada también por el portal Aristegui Noticias, el capo de 67 años de edad y originario de Badiraguato, Sinaloa, pidió a la DEA, del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, y al Gobierno Federal mexicano, que “hagan bien su trabajo” y que lo “dejen en paz”.

La acusación de la DEA y la Fiscalía neoyorquina (EDNY Docket No. 15-CO-208 S-2), también detalló el “papel principal” de Caro Quintero “en el tráfico de metanfetaminas, heroína, cocaína y mariguana a los Estados Unidos y otros países, y refleja sus actividades criminales de 1980 a 2017”.

“El 30 de julio de 1992, la Corte de Distrito del Distrito Central de California emitió una orden federal de arresto, acusando a Caro Quintero de crímenes violentos en favor del crimen organizado, de conspiración para secuestrar a un agente federal, de secuestrar a un agente federal, de asesinar a un agente federal, de ayudar, instigar y ser cómplice después de ese hecho”, indicó el Gobierno estadounidense.

“Hoy, junto con nuestros socios federales de la DEA, del Servicio de Alguaciles y del Departamento de Estado, estamos comprometidos a llevar ante la justicia a este criminal peligroso y líder de un cártel, quien es responsable del asesinato brutal de un agente de la DEA”, dijo el Director Adjunto del FBI, David L. Bowdich.

“El agente especial Camarena estaba dedicado a detener el narcotráfico y a romper el círculo de delitos relacionados con las drogas. Él mostró gran valentía para ir tras los narcotraficantes más violentos. Y es precisamente por esta valentía y entrega que no vamos a dejar de buscar a Caro Quintero sino hasta que demos con él y lo pongamos tras las rejas, donde pertenece”, abundó Bowdich.

En julio del 2016, en una entrevista publicada por el semanario Proceso, el capo sinaloense había dicho, también, que ya no pertenecía al narcotráfico y que no mató a Enrique “Kiki” Camarena, además de que no estaba en guerra, ni Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “El Chapo”, ni con Ismael Zambada García, “El Mayo”.

A principios de la década de 1980, Caro Quintero, en aquel momento con 30 años de edad, junto a “Don Neto” y a “El Padrino”, se convirtió en uno de los tres líderes del Cártel de Guadalajara, el cual formó alianza posteriormente con el Cártel de Medellín, liderado por el traficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria.

“Se considera a Caro Quintero como uno de los ‘padrinos’ del narcotráfico, que ayudó a formar el Cártel de Guadalajara a fines de la década de 1970. Supuestamente, se convirtió en uno de los principales proveedores de heroína, cocaína y mariguana a los Estados Unidos y estuvo a cargo del cártel en Costa Rica y en la frontera entre los Estados Unidos y México”, señaló el Gobierno estadounidense en su comunicado.

Fue entonces cuando Enrique “Kiki” Camarena Salazar se infiltró en el Cártel de Guadalajara. En 1984, como resultado de la información obtenida por el agente encubierto estadounidense, cientos de soldados mexicanos asaltaron Rancho Búfalo, una plantación de marihuana del grupo criminal, cuya producción anual estimada era de cientos de millones de dólares.

“En noviembre de 1984, las autoridades mexicanas allanaron una plantación de 2 mil 500 acres de mariguana, propiedad de Caro Quintero. El Cártel de Guadalajara culpó al agente especial Camarena Salazar por la redada, y decidió tomar represalias”, abundó el Gobierno estadounidense.

“El agente especial Camarena, un ex marino, bombero, oficial de policía y alguacil adjunto, estuvo muy cerca de descubrir una ruta de millones de dólares para para transportar drogas por un millón de dólares de México a los Estados Unidos en 1985”, señaló el Gobierno de EE.UU.

“Kiki” Camarena Salazar y el piloto aviador de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, Alfredo Zavala Avelar, fueron secuestrados por un grupo de hombres armados el 7 de febrero de 1985, en Jalisco. Un mes después sus cuerpos fueron hallados en un rancho del estado de Michoacán, con señales de tortura.

“Antes de que pudiera exponer las operaciones de narcotráfico, fue secuestrado en ruta a almorzar con su esposa el 7 de febrero de 1985 en Guadalajara, Jalisco. Supuestamente, las órdenes directas del secuestro fueron dadas por Caro Quintero”, indicó el Gobierno estadounienese.

“Camarena fue rodeado por cinco hombres armados que lo arrojaron dentro de un automóvil y se lo llevaron. Se cree que Camarena murió a los dos o tres días de su secuestro, pero su cuerpo no fue encontrado sino hasta el 5 de marzo de 1985. Sobreviven al agente especial Camarena su esposa y sus tres hijos.”, abundó el Gobierno de EE.UU.

El capo sinaloense, quien había sido condenado a 40 años de cárcel por el crimen de “Kiki” Camarena Salazar, pasó 28 años en prisión, pero fue liberado en agosto de 2013 por un Tribunal del estado de Jalisco, mismo que justificó la decisión con un tecnicismo jurídico.

Casi de inmediato, Caro Quintero se fugó tras conocer que la Procuraduría General de la República (PGR) obtuvo una nueva orden de aprehensión con fines de extradición a EE.UU., cuyo Departamento de Justicia, ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares por su captura, misma que subió hasta los 20 mdd.

En diciembre de 2013, el entonces titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, reveló que Caro Quintero envió una carta al presidente Enrique Peña Nieto, en la que solicitó que no se le persiguiera más porque lo que tenía que pagar lo saldó en prisión. Sin embargo, en actualidad el capo sinaloense es buscado para que cumpla los 12 años que le faltan de condena.

Hasta enero de 2015, el Segundo Tribunal Unitario del Tercer Circuito con sede en Guadalajara, en acato al fallo de la SCJN, declaró nuevamente penalmente responsables a Caro Quintero y A Fonseca Carrillo, por los delitos de privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro y homicidio calificado, en agravio del agente de la DEA y del piloto mexicano Zavala Avelar.

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